Estocolmo expondrá los premios Nobel vistos por Kim Manresa y Xavi Ayén
El Museo de la Academia Sueca exhibe las imágenes de la serie de ‘La Vanguardia’
¿Puede la literatura cambiar el mundo? Esta es la pregunta que plantean los comisarios Karin Jonsson y Miguel Ángel Invarato en la exposición que el 23 de septiembre abrirá la temporada del Museo Nobel de Estocolmo. Rebelión literaria consta de un centenar de fotos realizadas por Kim Manresa para la serie de entrevistas a premios Nobel de Literatura que Xavi Ayén inició en el 2005 para el
Magazine de La Vanguardia. Escribir y leer son a menudo actividades solitarias, pero aún son vistas como algo peligroso. “Se sigue censurando y prohibiendo textos, los autores siguen siendo amenazados, perseguidos e incluso encarcelados por lo que escriben”, exponen los comisarios. Y para mostrar el poder de la literatura para cambiar la realidad eligen el ejemplo de doce premiados: Svetlana Alexiévich, Dario Fo, Nadine Gordimer, Imre Kertész, Doris Lessing, Toni Morrison, Herta Müller, Orhan Pamuk, Kenzaburo Oé, José Saramago, Wole Soyinka y Wisława Szymborska.
“Para ellos –dice Xavi Ayén–, las pantallas del ordenador o la hoja en blanco son espacios de libertad, se sienten libres, pero cuando salen a la calle, pasan al otro lado del espejo de Alicia, y sus vivencias son las de la opresión o las del exilio”. Además de esos 12 ejemplos destacados, se verán imágenes de los 23 laureados que se han encontrado con los dos periodistas catalanes.
Kim Manresa destaca que “a la hora de hacer las fotos, quise huir del típico posado, de las fotos de estudio. Fo nos llevó a la universidad, donde le hacían un homenaje por sus 80 años; Soyinka, a las montañas donde estuvo con los guerrilleros; Saramago, a un acto del Partido Comunista y nos enseñó el Chiado quemado. Con Kenzaburo Oé fuimos a una taberna a beber sake, nos enseñó Tokio, viajamos con él en metro y nos dijo que hacía cincuenta años que no iba en este medio de transporte”.
Los escritores no sólo se revuelven contra las dictaduras. “En la exposición también hay ejemplos de autores que con su escritura se oponen a cualquier clase de injusticia o a las presiones corporativas que intentan asfixiar al individuo”, dice Ayén. La eficacia liberadora de la literatura no se consigue mediante la prosa militante o la novela política, cuyo efecto pasa cuando la situación concreta deja de tener actualidad.
La literatura es una defensa contra las ofensas de la vida (decía Pavese); no modifica el orden establecido: modifica a quienes establecen este orden (opinaba Ehrenburg), nos recuerda que somos seres inacabados (sostenía Duvignaud), no nos hace caminar, pero nos permite respirar (comentaba Barthes). Alexiévich y Herta Müller son más directas en su crítica, pero, otras, como Wisława Szymborska, parecen más inofensivas, cuando su ironía y libertad ponen en cuestión las tiranías.
Rebelión literaria se expondrá en otros países europeos: Alemania, Italia, Portugal... ¿Se verá en Barcelona? “Estamos en tratos para que se vea también aquí nuestro trabajo, tal vez desde otro planteamiento”, dicen los dos periodistas.
La exposición destaca cómo la literatura es capaz de cambiar la realidad de países oprimidos