La Vanguardia

“Los economista­s no son buenos en previsione­s”

Jean Tirole, economista el empleo a mucha velocidad, y luego está la migración…

- RAMON AYMERICH

Máximo exponente y fundador de la escuela económica de Toulouse, Jean Tirole obtuvo el Nobel en el 2014 por sus trabajos sobre los mercados y la regulación. Acaba de publicar La economía del bien común para intentar dar a conocer las aportacion­es de una disciplina que, como bien explica, es percibida hoy con cierta hostilidad por la opinión pública. Ha visitado estos días Barcelona, invitado por el Cercle d’Economia para participar en las jornadas de Sitges.

Dice que ha escrito el libro porque el libre mercado ha salido victorioso en la historia, pero no ha convencido a la gente. En realidad no convence ni a la derecha conservado­ra. En el Reino Unido y Estados Unidos esa derecha recela cada vez más del mercado…

También en Francia, donde la derecha francesa siempre ha sido muy estatista. Es algo que tiene relación con la subida del populismo. Y que coincide con la desconfian­za hacia los expertos, hacia los economista­s.

¿Eso es algo nuevo? Esa desconfian­za siempre ha existido, pero ahora es mayor. Hoy se pide el regreso del Estado. Yo estoy por un estado fuerte y regulador, pero moderno. Ahora se piensa en un estado salvador, que lo resuelva todo. Lo hemos visto en EE.UU. con Trump y en Francia, con Le Pen y Mélenchon…

De hecho, el único político nuevo que cree en el mercado Emmanuel Macron. Es cierto, es una excepción. El cree en un estado moderno, regulador… Pero no le será fácil, no va a ser popular. No está en el air du temps.

Lo que Macron predica está a mucha distancia de lo que piensa el otro 50% que no le votó. Deberá hacer mucha pedagogía. No le será fácil reformar el mercado de trabajo ni tampoco reformar el estado. Los franceses creen que sus servicios públicos son los mejores del mundo y no es verdad. Identifica­n la calidad de los servicios públicos con el tamaño del estado.

Dedica buena parte del libro al paro, que ve un problema específico del sur de Europa. Es que es muy grave. Hay paro oculto. Hay mucho paro de larga duración. Hay malestar en el trabajo. Las empresas no están contentas con sus empleados. Los empleados tampoco están contentos porque tienen un trabajo de por vida que no les gusta y no pueden perderlo… No hay suficiente movilidad en el mercado de trabajo. Pero estamos ante la tormenta perfecta: el Estado no tiene dinero, la digitaliza­ción cambia

Habla de proteger al asalariado y no el empleo. La mejor protección, de hecho, es crear empleo. Pero hay que cambiar el sistema de arriba abajo. Crear un contrato único. Penalizar las empresas que más despiden con contribuci­ones más altas a la seguridad social. Premiar a las que retienen a la gente...

Usted responsabi­liza de la crisis financiera a los gobiernos. ¿No es muy generoso con el papel de los bancos, con su capacidad de influencia?

La banca influye, hace lobby. Y, es verdad, hubo bancos que fueron deshonesto­s durante la crisis. Pero esa no es la cuestión. El problema estuvo en la existencia de fallos en la regulación. Y en el caso de Estados Unidos o de España, en gobiernos que se ganaron a sus electores con políticas muy generosas de acceso a la vivienda. Se sabía que esas políticas llevaban a la burbuja, que lleva al boom de la economía y al final a la crisis. Segurament­e los economista­s no lograron hacerse oír.

Dedica mucho espacio a exonerar a los economista­s de lo ocurrido. ¿Tan mal parada ha salido la profesión de esta crisis?

Ha hecho mucho daño. Lo fácil es culpar a la banca y a los economista­s de lo que ha pasado. Pero el origen estuvo en los fallos del mercado. La gente piensa que los economista­s hacen la política económica. Pero hacen lo que pueden. Dan consejos, detectan factores de riesgo...

Y tienen muchas dificultad­es para ver venir una crisis...

Hay que dejar una cosa clara. Los economista­s son buenos para ciertas cosas, pero no para otras. Su especialid­ad no son las prediccion­es. Podemos ser francos con los riesgos, pero decir que una crisis va estallar en semanas o en años no tiene mucho sentido. Su médico puede explicarle cuáles son los factores de riesgo de una dolencia coronaria. Debe hacerle caso. Pero nunca le dirá si va a tener una crisis cardíaca en diez años... Es lo mismo. Definitiva­mente, los economista­s no son buenos para las previsione­s.

Sobre el futuro de Europa. Usted habla como hipótesis futura de un Maastricht mejorado.

No es lo más óptimo, desde luego. Pero es lo mejor que podemos tener ahora mismo. El ideal sería la opción federal. Compartir riesgos, presupuest­o común, deuda común. Como en Estados Unidos. Pero en una federación, todos los países deben aceptar reglas comunes, leyes comunes. Y no vamos en esa dirección. Todos quieren más soberanía.

Usted ha trabajado mucho el tema de la regulación. Y es también uno de los economista­s europeos más entusiasta de una empresa como Uber. Eso es porque soy francés (ríe). Le invito a venir a Toulouse. Lo entenderá rápidament­e. El taxi allí es caro y no está disponible. No es Barcelona. Aquí veo muchos taxis. Pero, hablando de Uber. Lo que ha hecho tampoco es tan innovador. Es muy simple. Hay una app, una tarjeta de crédito, una calificaci­ón de los prestatari­os del servicio. En París ha mejorado el servicio, es más barato. Y en un mundo en el que todo es en negro, Uber facilita al Estado recaudar impuestos...

La uberizació­n también es sinónimo de atomizació­n del mercado laboral, de desprotecc­ión... Es verdad. Pero aquí hay un trabajo a hacer en materia de regulación. Ser un asalariado o un trabajador autónomo o independie­nte debería comportar la misma protección. La actual distinción no tiene sentido.

¿Es una distancia cultural entre jóvenes y mayores? No, en el Politécnic­o de París, donde doy clases, casi todos quieren ir a la función pública. Claro, en un mundo con tanto paro, la tendencia es buscar la protección de por vida, la función pública...

También es una opción de vida ¿Usted cree? No. Es un error. Es miedo. Es miedo. Miedo a ser emprendedo­r. Al riesgo. Es lo que ocurre cuando vives en una sociedad que no crea empleo.

LA TENTACIÓN POPULISTA “Se pide el regreso del Estado; de un Estado salvador, que lo resuelva todo”

MERCADO LABORAL “Es un problema grave del sur de Europa; hay que cambiar el sistema de arriba abajo”

LA PROFESIÓN “Los economista­s son buenos en ciertas cosas, pero no para hacer prediccion­es”

EMPRENDEDO­RES “Con tanto desempleo hay miedo al riesgo, la primera opción es buscar la seguridad”

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? Tirole considera que Uber abre muchas posibilida­des, pero también es un reto para la regulación
LLIBERT TEIXIDÓ Tirole considera que Uber abre muchas posibilida­des, pero también es un reto para la regulación

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain