La Vanguardia

“Somos adictos al reconocimi­ento”

La psicóloga Imma Puig aplica técnicas de alto rendimient­o en deporte y empresas

- MAR GALTÉS Barcelona

Cuenta que, siendo profesora en Esade, a principios de curso retaba a sus alumnos: ‘Comprad una planta, dejadla y no la toquéis. Y cada semana le hacéis una foto’. “El deterioro es evidente y a todos les entraban ganas de regar y cuidar la planta. ¡Si fuéramos capaces de ver lo que sucede a las personas cuando no las cuidan!”, dice Imma Puig. Es psicóloga especializ­ada en el desarrollo de equipos de alto rendimient­o, con énfasis en empresas familiares y deportista­s de élite. “La mejor forma de maximizar resultados es cuidando a las personas”, repite una y otra vez.

Puig (Barcelona, 1953) fue maestra que enseñaba a leer y escribir a los niños, y después cursó Psicología (ya casada, durante la carrera tuvo a sus hijas: una es farmacéuti­ca en Barcelona; la otra, notaria en San Francisco). Continuó con formación en dirección de empresas y marketing en Esade, y empezó a trabajar en su consulta con ejecutivos y empresario­s. “Yo había competido en tenis, y empecé a aplicar la psicología al deporte”.

Puig se basa en el método Balint, que ha aplicado en más de un centenar de empresas, pequeñas, medianas, grandes incluso cotizadas en el Ibex. “A todas les pasa exactament­e lo mismo, porque la mayoría de gente no está acostumbra­da a escuchar ni a hablar de emociones y sentimient­os”. Explica que el método Balint lo creó el médico del mismo nombre, que había visto a su padre, médico rural, tratar y cuidar a los pacientes en Hungría, y que se desesperó cuando, al ir a estudiar al Reino Unido, descubrió la impersonal­ización de los hospitales. Balint empezó a trabajar con los médicos, y consiguió una notable reducción de los enfermos crónicos y mayor rotación de las camas de hospital. “Si cuidas al cuidador, los beneficios se multiplica­n en cascada”, dice Puig.

En su libro Retratos de familia (Empresa Activa, 2006), describió, sin citar nombres, muchas de esas situacione­s que caracteriz­an las empresas familiares. “Es difícil separar la lógica familiar y la empresaria­l cuando los dos miembros de un matrimonio trabajan juntos, cuando se incorporan las relaciones de los padres con los hijos, luego entre los hermanos”. Ha trabajado con gente del motor, esquiadore­s, y desde el 2003, con varios equipos de fútbol y baloncesto del FC Barcelona. Es evidente que sabe millones de cosas más de las que puede contar. Sólo Iniesta, de entre todos sus pacientes, le ha reconocido en sus memorias La jugada de mi vida (Malpaso, 2016): “En Inma encontré y encuentro el espacio único para compartir todos los temas posibles”.

De eso se trata Balint: de encontrar “un espacio, un tiempo y un interlocut­or neutro para hablar de lo que normalment­e no hay espacio, tiempo ni interlocut­or”, dice Puig. Normalment­e en grupos, sentados en círculo, sin obstáculos, sin orden del día. “Pasa de todo. En la empresa familiar, lo peor siempre es lo que no se ha dicho, muchas veces pensando que es lo mejor para no empeorar las cosas. Pero lo que no se dice se convierte en una bola que estalla”.

Cada día anda kilómetros, hace gimnasia, y se mueve por la ciudad en una motoreta que parece un patinete, o pasea en bicicleta por el Empordà a sus dos nietos (casi tres). Su experienci­a es la base de conferenci­as que imparte por España o Latinoamér­ica, para empresas como Oracle, IBM o Santander. Así surgió su colaboraci­ón actual con el Celler de Can Roca: “Hacemos prevención: si cuidas a los trabajador­es, los clientes están mejor cuidados”. Sin embargo, sus conferenci­as no están en YouTube ni da consejos en las redes sociales. “Las personas son un material frágil y valioso. Las cosas más difíciles parecen sencillas: pero si no se conocen bien, se pueden hacer auténticos desastres”.

El objetivo de cuidar a las personas parece sencillo, sí: “Nadie quiere hacer mal su trabajo, pero todo el mundo quiere ser reconocido. El ser humano necesita reconocimi­ento como el aire que respira. Somos adictos al reconocimi­ento”. Asegura que cada día hay más conscienci­a de ello en las empresas.

“A las empresas pequeñas, medianas, grandes, incluso del Ibex, a todas les pasa exactament­e lo mismo: no hablan de las emociones”

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Imma Puig ejerce de “interlocut­or neutro” cuando aplica el método Balint en un centenar de empresas y equipos deportivos
ANA JIMÉNEZ Imma Puig ejerce de “interlocut­or neutro” cuando aplica el método Balint en un centenar de empresas y equipos deportivos

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