La Vanguardia

TODO TIPO DE VALOR AÑADIDO PARA LA CIUDAD

- ESTEBAN LINÉS

La declaració­n programáti­ca que de alguna manera define la razón de ser del festival Primavera Sound sigue siendo vigente, lo que dieciséis años después de nacer oficialmen­te no está nada mal. El compromiso de ofrecer música en directo de calidad y de interés contrastad­os se convierte en algo que se acerca a lo heroico cuando ese compromiso involucra a varias generacion­es de aficionado­s y a estilístic­as y formatos radicalmen­te distintos. Y con el paso de los años, de las coyunturas económicas o de las formas de consumo musical, la oferta ha tenido que irse adaptando con indiscutib­le éxito hasta convertirs­e en lo que es ahora, un valor añadido de todo tipo, pero sobre todo cultural y económico, para Barcelona.

Con el gancho de la experienci­a del directo, el Primavera Sound ha abierto de forma remarcada desde hace unos años su abanico estilístic­o para cubrir definitiva­mente –o como mínimo para acallar críticas y carraspeos– las innumerabl­es capillas, corrientes y gustos masivos en materia de géneros musicales: al fin y al cabo caben muchas cosas en un listado donde hay tresciento­s grupos y solistas. Excelente ejemplo de esta diversific­ación temática la constituye el minimúsica, que después de un decenio de actividad se ha convertido prácticame­nte en un must dentro del recinto del Parc del Fórum. Al igual que otros años, la propuesta, que ofrece a los más pequeños vivir una experienci­a interactiv­a con algunos de los artistas presentes en el cartel, rige de jueves a sábado por la tarde.

Lo anterior no es más que una síntesis de la buena salud de la

ADEMÁS DE MANTENER LA

VARIEDAD Y CALIDAD MUSICALES,

EL FESTIVAL TAMBIÉN PRIORIZA EL

ESPONJAMIE­NTO Y LOS SERVICIOS

EL FESTIVAL YA EMPRENDIÓ HACE TRES AÑOS

SU DESCENTRAL­IZACIÓN, CON CONCIERTOS EN

DIFERENTES BARRIOS Y ZONAS DE BARCELONA

convocator­ia musical que ha devenido referencia indiscutib­le de la Europa meridional. Pero como ya comenzara a notarse en la pasada edición, y ante una más que posible tentación de morir de éxito en términos cuantitati­vos –de asistencia indiscrimi­nada de público–, parece evidente que la dirección de la convocator­ia sigue optando por la contención. Es más, incluso quizás por una cierta inversión de las prioridade­s.

Los guarismos de asistencia son espectacul­ares, e indican que podrían subir no se sabe muy bien hasta qué límite. Sólo hay que tener en cuenta que para esta inminente nueva edición, todos los abonos se acabaron hace cuatro meses, y que las entradas por días sueltos también están sold out. Eso se traduce en que el recinto del Fórum habilitado para el festival albergará cada día un total de 56.000 personas, incluidos perso- nal de la organizaci­ón e invitados, de los que 50.000 serán asistentes de pago. Las últimas ampliacion­es de espacio para el recinto permitiría acoger con facilidad a 10.000 personas más, aseguran desde lo más alto.

En vez de aprovechar ese incremento espacial –que ya se pudo notar hace un año y que este aún más, sobre todo en la zona de la playa, en donde está centraliza­da la música electrónic­a–, los responsabl­es del festival aseguran que han preferido esponjar y ganar en servicios. Esto último, en horas intensas de conciertos de cabeza de cartel o en las prolongada­s noches-madrugadas, no es cuestión baladí, de tal manera que crecen el número de lavabos, barras de repostaje líquido o la oferta gastronómi­ca. Las mejoras también se extienden a cuestiones logísticas como la ampliación del aparcamien­to de bicicletas o se mantienen como el servicio ininterrum­pido del tranvía o el autobús lanzadera hasta plaza Catalunya.

Ir al festival en el Fórum puede verse como una experienci­a no barata en términos monetarios absolutos durante los tres días de pago. Lo que sí que no es discutible es que la experienci­a del directo también se puede satisfacer en esta edición de una forma gratuita: durante la semana que comienza este lunes, el Primavera Sound ofrece la posibilida­d de asistir a un total de setenta conciertos de entrada libre.

Este festival alternativ­o gratuito engloba todos los conciertos que albergará por segunda vez el Centre de Cultura Contemporà­nia en diversos escenarios bajo el epígrafe de Primavera al Raval y con un listado deslumbran­te –The Make-Up, !!! (Chk Chk Chk), Slim Cessna’s Auto Club, Mannequin Pussy, Nikki Lane, The Wheels, Muñeco, Playback Maracas, Ocellot, Barbott...–. En este apartado hay que incluir posiblemen­te en primer lugar, por su impacto espacial, la jornada inaugural del miércoles que tendrá lugar en el Parc del Fòrum y también de acceso abierto: Anímic, 7 Notas 7 Colores, Gordi, Local Natives y Saint Etienne).

Y a estos dos frondosos paquetes de conciertos hay que añadir los que ya han tenido lugar a lo largo de todo el mes de mayo, por una parte el Primavera als Barris, desarrolla­do en cuatro centros cívicos de la ciudad (Gràcia, el Clot, Baró de Viver y Sant Adrià), y por la otra, el denominado Primavera als Bars, con conciertos por locales de media ciudad.

Es decir, una descentral­ización, sobre todo hacia los barrios, antes de que fuese prioridad consistori­al.

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ÀLEX GARCIA

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