Claves legales de una ‘start-up’
Elhecho de que el emprendedor disponga de un asesoramiento legal adecuado desde el inicio de su proyecto puede ser determinante para el éxito de la start-up (empresa de nueva creación) e incluso para su viabilidad. Resumiré las diferentes fases de una start-up y los temas claves del asesoramiento legal en cada una de ellas.
En la fase inicial el/los emprendedor/es tiene/n una idea innovadora a partir de la cual se desarrolla un proyecto de negocio y se forma un equipo fundador. En esta etapa conviene proteger los activos intangibles (derechos de propiedad intelectual e industrial) mediante el registro de marcas y patentes, dominios de internet, protección del software, así como acuerdos de confidencialidad. También es muy importante la elección del tipo societario, el lugar de constitución de la sociedad y el pacto de socios.
La constitución de la sociedad desde el inico permitirá limitar la responsabilidad de los emprendedores ante eventuales reclamaciones de terceros y protegerá su patrimonio personal ante una insolvencia. Respecto a la constitución de la sociedad, hay que dedicarle el tiempo necesario a los estatutos sociales, estableciendo cláusulas específicas para que se ajusten a las necesidades de este tipo de empresa.
La elección del domicilio social vendrá precedido por un análisis de marco regulatorio del negocio (cuestión trascendental en el caso de Uber, por ejemplo) y de las implicaciones fiscales (tanto a nivel de tributación como, en su caso, de incentivos por I+ D + i).
El pacto de socios complementa los estatutos sociales, ya que regulará la relación entre los emprendedores-socios, estableciendo la participación, funciones y remuneraciones de cada uno, así como el órgano de gobierno de la sociedad y el proceso de toma de decisiones. El pacto ha de prever mecanismos de resolución de conflictos, pactos de no competencia en caso de salida de un socio, la entrada de otros (cláusulas antidisolución) y supuestos de venta de la sociedad (derechos de arrastre y acompañamiento).
En esta fase inicial en la que se desarrolla el negocio/producto también tiene relevancia legal la protección de datos de carácter personal, especialmente para empresas que operan en el ámbito digital y/o crean bases de datos. Es importante el cumplimiento normativo referente al comercio electrónico y a las condiciones generales de contratación. Del mismo modo que se protege el uso de datos personales, las start-ups también deben proteger su propia información sensible mediante la firma por los candidatos a socios y los inversores de acuerdos de confidencialidad e incluso, en el caso de competidores, de pactos de no competencia específicos.
La segunda fase se caracteriza por el crecimiento del negocio, inversiones importantes y, en consecuencia, un elevado requerimiento de capital. Ello implica la búsqueda de recursos económicos a través de rondas de financiación con fondos de inversión y capital-riesgo. El abogado deberá orientar en la obtención de financiación y asesorar en las negociaciones de los acuerdos de inversión, que normalmente conllevarán la suscripción de un nuevo pacto de socios acorde con las nuevas circunstancias. Aquí es crucial la seguridad jurídica de la sociedad, que facilitará la entrada de nuevos inversores. También la optimización fiscal de la inversión tanto para
el inversor como para el emprendedor. Por último está la venta de la startup. En esta etapa, como consecuencia de las rondas de financiación, una parte importante del capital es titularidad de fondos de inversión. Estos inversores están interesados en vender sus participaciones, de modo que recuperan su inversión y materializan plusvalías, y acostumbran a arrastrar a los socios fundadores.
En este punto es muy relevante la valoración de la empresa y la planificación jurídica y fiscal de la operación, la negociación de contratos, constitución de garantías, la continuidad de directivos clave de la empresa y las obligaciones de no competencia de los vendedores.