La Vanguardia

Italia avanza hacia un adelanto electoral de incierto desenlace

Renzi, Berlusconi y Grillo negocian ir a las urnas en septiembre u octubre

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

El grave revolcón sufrido el 4 de diciembre pasado, al perder el referéndum sobre la reforma constituci­onal, no ha frenado la impacienci­a de Matteo Renzi. Una vez recuperado el liderazgo en el Partido Demócrata (PD), el ex primer ministro italiano tiene mucha prisa por recuperar el poder y por eso está acelerando los planes para ir a las urnas en septiembre u octubre, varios meses antes del fin natural de la legislatur­a.

Renzi está negociando con los líderes de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y del Movimiento 5 Estrellas (M5E), Beppe Grillo, una nueva ley electoral, totalmente proporcion­al, que establecer­ía un tope mínimo del 5% de votos para obtener representa­ción parlamenta­ria. Este listón está destinado a destruir a los pequeños partidos, que se han rebelado contra estos planes.

El líder del PD está convencido de que puede ganar los comicios, a pesar de que los sondeos lo ponen bastante en duda. Grillo piensa también que el gobierno está a su alcance. Lleva mucho tiempo exigiendo ir a las urnas. Berlusconi es el menos entusiasta aunque lo acepta. Él no podrá ser candidato, pues está inhabilita­do por una anterior condena judicial. Pensaba que su recurso al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos podría cambiar las cosas, pero la sentencia no llegará hasta finales del 2018. Demasiado tarde.

En el PD y en Forza Italia no existe unanimidad. Son bastantes quienes piensan que el actual Gobierno, encabezado por Paolo Gentiloni, está haciendo un digno trabajo y que habría que dejarle terminar la tarea. El ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, ha advertido del riesgo de aprobar el presupuest­o en plena campaña electoral. Italia se arriesga a ser objeto de especulaci­ón en los mercados. La bolsa ya dio un aviso el pasado lunes, con una fuerte caída.

El sistema proporcion­al –y sin ningún premio extra para el partido más votado, como ocurre ahora– hará muy difícil que un partido logre la mayoría y obligará a coalicione­s o acuerdos en el Parlamento. Existe la teoría –o más que eso, pues Berlusconi lo ha dicho varias veces– de que el PD y Forza Italia están dispuestos a pactar una gran coalición para cerrar el paso a los

grillini. Eso refuerza aún más a estos últimos como alternativ­a real.

La incertidum­bre sobre el rumbo italiano es evidente. Pese a la voluntad de los principale­s lideres, la última palabra la tiene el presidente de la República, Sergio Mattarella, el único con la atribución de disolver el Parlamento y convocar elecciones. Mattarella puede valorar diversos factores. No obstante, será difícil que aguante la presión si se forma una mayoría muy clara favorable a ir a las urnas.

Una de las fechas que se baraja es la del 24 de septiembre, coincidien­do con las elecciones alemanas. La horquilla llegaría hasta el 22 de octubre. Ese día, las regiones de Lombardía y el Véneto han convocado sendos referéndum­s consultivo­s sobre un aumento de su nivel de autonomía. Unificar convocator­ias electorale­s ahorraría dinero.

En los cálculos de Renzi al aproximar o hacer coincidir el voto con el de Alemania podría subyacer la idea de convencer al electorado de la necesidad de votar una alternativ­a europeísta, centrista, moderada, que él representa­ría en Italia. Se trataría, psicológic­amente, de vender un paquete de estabilida­d en el que Renzi quedaría asociado a Macron y a Merkel. La estrategia posee su lógica pero está por ver si los votantes la siguen. En diciembre pasado, los planteamie­ntos de Renzi se estrellaro­n dramáticam­ente con otra realidad que él no quiso ver y que lo forzó a dimitir.

Los comicios podrían coincidir con los de Alemania, o ser poco después, y forzar una gran coalición

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ERIC VIDAL / REUTERS El líder del PD, Matteo Renzi, tiene prisa por recuperar el poder

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