España se relaja en la lucha contra el tabaco: sin campañas desde el 2007
España fue líder en la defensa de los derechos de los no fumadores a respirar un aire libre de humos, cercando con nuevas leyes el consumo de tabaco. Sin embargo, no ha mantenido esa lucha en el tiempo, renunciando –bien por relajación o bien por presiones de la industria tabaquera– a ir más allá en el cerco a un producto claramente dañino para la salud. ¿Qué ha pasado?, se preguntan las sociedades médicas. “La Ley (del tabaco) supuso una mejora en la calidad del aire, una reducción de los ingresos por infarto de miocardio y de procesos respiratorios agudos; pero no es suficiente. Hemos caído en una espiral de autocomplacencia que nos ha hecho no seguir avanzando en el desarrollo de medidas dirigidas a la prevención y a la cesación del tabaquismo”, denuncia Regina Dalmau, presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
Este comité, junto con la Fundación Española del Corazón (FEC) y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ha exigido a las autoridades la adopción de medidas urgentes para el control del tabaquismo, que en España causa más de 52.000 muertes al año y un sinfín de sufrimiento. El tabaco es el responsable directo del 29% de las muertes por enfermedad cardiovascular y el 30% de fallecimientos por cáncer, lo que se traduce en el 6% del gasto sanitario y en torno al 2% del PIB.
Aunque poco a poco se está reduciendo el consumo del tabaco, “la situación es todavía alarmante, con casi el 20% de jóvenes españoles de entre 15 y 24 años que son fumadores habituales”, señalan las organizaciones citadas, que piden medidas urgentes para promover el cese del tabaquismo. Un ejemplo claro de la falta de voluntad de las administraciones es “la nula inversión por parte de las administraciones en campañas para la prevención del tabaquismo, inexistentes desde 2007”, señalan las tres entidades.
Y exigen que se equipare el tratamiento del tabaquismo al de una patología crónica, con financiación de fármacos, como ocurre con otros procesos crónicos como la diabetes o la hipertensión arterial, y programas públicos de deshabituación tabáquica. Además, entre otras cuestiones, las tres entidades han denunciado la tardía trasposición de la Directiva Europea de Productos de Tabaco (Francia ha impuesto los empaquetados neutros, es decir, sin que se vea la marca y España ni siquiera ha debatido esta posibilidad), la inexistencia de campañas nacionales para prevenir el tabaquismo y la inequidad en la creación de programas para el abordaje del tabaquismo entre las diversas comunidades autónomas.