El linchamiento de Curie
Marie Nöelle relata el escándalo amoroso que rodeó a la científica
Ala cineasta francesa Marie Nöelle, la figura de Marie Curie siempre le había parecido lo máximo. “Su vida era para mí el plan perfecto: estudiar, hacer un gran descubrimiento, estar con el hombre ideal…”. Desde pequeña, Noëlle tenía a la científica polaca como modelo. Pero ni mucho menos se planteaba hacer una película sobre ella. Hasta que hace seis años leyó un artículo sobre un episodio de su vida que desconocía por completo: el escándalo montado por la prensa amarilla y la sociedad machista del momento a raíz de la relación afectiva que, habiendo enviudado cuatro años atrás, Curie entabló con su colega el físico Paul Langevin. Él seguía casado aunque muy mal avenido con su despechada esposa, que fue quien originó el linchamiento.
“Lo que a mí me pareció un escándalo, al descubrir la historia, es cómo trataron a Marie Curie: una mujer menor de cuarenta años que se había reencontrado con el amor por primera vez desde la muerte de su marido”, señala la realizadora. Lo dice casi indignada, como si los violentos escraches que decenas de personas montaron a la puerta de casa de la científica hubieran salido ayer por la tele. “Está claro que el objetivo era atacar a una mujer que había destacado por encima de unos cuantos hombres”, añade.
Para Noëlle, madame Curie no sólo era un ejemplo de perseverancia y de rigor en su ejercicio de la ciencia, sino también en el de “la libertad, la coherencia y el sentido de la justicia”. De ahí su negativa –indica la cineasta– a dar su brazo a torcer ante la presión social y hasta de la Academia Sueca cuando, justo tras haber decidido otorgarle el segundo Nobel, se supo lo suyo con el doctor Langevin.
La lectura del artículo sobre ese capítulo ignorado en la biografía de la gran estudiosa de la radiactividad cambió el concepto de Noëlle sobre ella y, a la larga, no sólo la empujó a escribir y dirigir Marie Curie sino a poner todo su dinero en el proyecto.
La película combina el relato del escándalo en cuestión con destacadas notas sobre la lealtad personal y profesional que Marie guardó siempre, y de manera expresa en sus intervenciones públicas, a su fallecido esposo y a los valores que habían compartido juntos; entre ellos el de preservar los buenos fines de la ciencia frente a toda tentación de utilizarla con fines no pacíficos. “Quería retratar el romanticismo que caracterizaba a esos grandes sabios”, explica Noëlle. Porque, en su opinión, “los científicos se parecen bastante a los artistas”.