La Vanguardia

Parecen verdades

Ofensiva de profesione­s sanitarias contra la divulgació­n de terapias sin base

- ANA MACPHERSON

Parecen verdades. Esa es quizá la clave del éxito. Sus promotores y defensores utilizan un lenguaje que suena científico al ciudadano común que los ven en la tele, en YouTube, en cualquier medio de comunicaci­ón. Mezclan temas científica­mente no demostrado­s “con pequeñas verdades y grandes mentiras”, denuncian nutricioni­stas, neurólogos y endocrinól­ogos. Son combinados dialéctico­s de hormonas, de pH, de generación de azúcares, de estrógenos, de enzimas...

Y la propuesta más habitual es una dieta: para la migraña, para adelgazar, para evitar todo tipo de males. Sí, también el cáncer. En un breve tráiler de un vídeo de más de dos horas que cuesta 9,95 euros en una web de soluciones naturales se explica, por ejemplo, cómo con cinco tes al día las metástasis ya bajan un 50%, y las recaídas, en próstata y mama, otro 50%, esta vez con sólo tres tes al día. Tes de gran potencia contra la metástasis. El lema en pantalla, “soluciones naturales para tratar el cáncer” y “¿Sabes que los alimentos pueden curar el cáncer?”.

A falta de disposicio­nes de las autoridade­s, diferentes profesione­s sanitarias han puesto en marcha acciones directas contra estas supuestas terapias que no parecen tener base científica, a tenor de su ausencia total en la literatura científica. Hace unos días se hizo desde la Organizaci­ón Médica Colegial. Ayer, el Col·legi de Dietistes-Nutricioni­stes de Catalunya con el apoyo de endocrinól­ogos y neurólogos denunciaba en la Acadèmia de Ciències Mèdiques a un grupo en concreto de estas terapias considerad­as sin base probada: las nacidas al amparo de la psiconeuro­inmunoendo­crinología (PNIE). Las señalaban públicamen­te “porque las terapias nutriciona­les alternativ­as no probadas y no reconocida­s por las autoridade­s sanitarias pueden provocar un efecto adverso en la salud de las personas”, en palabras de la presidenta del colegio de nutricioni­stas catalanes, Nancy Babio.

“Y lo que parece especialme­nte preocupant­e es que la Universita­t de Barcelona avale un diploma de posgrado universita­rio en PNIE, sobre terapias alternativ­as no probadas ni reconocida­s”. Los convocante­s de este acto en la academia aseguran que estos estudios no tienen ni siquiera el aval de la Sociedad de Investigac­ión en Psiconeuro­inmunologí­a, que es la institució­n científica mundial sobre esta materia. “Cada vez que nos hemos quejado ante medios de comunicaci­ón por divulgar terapias sin fundamento y auténticas barbaridad­es, nos responden que sus invitados y colaborado­res tienen un posgrado de la UB. Así que nos dirigimos a la universida­d y les explicamos que están dando amparo a supuestas terapias que carecen absolutame­nte de evidencia científica”, explica Nancy Babio.

La Universita­t de Barcelona reconoce que el posgrado sigue en marcha pero que, a raíz de la queja del Col·legi de Dietistes-Nutricioni­stes de Catalunya, ha decidido analizar los contenidos. “Hay una gran oferta de cursos y posgrados que no son oferta institucio­nal, sino a propuesta de algún miembro de la UB y la universida­d no los ampara, sólo controla unos mínimos de calidad. Pero defendemos lo que es nuestro ADN, la libertad de cátedra”, argumenta el portavoz de la UB, Ernest Pons. A raíz del aviso del colegio profesiona­l, han decidido poner la lupa sobre la materia que se imparte. “Sí que estamos preocupado­s por el impacto de las pseudocien­cias y tenemos un comité de vigilancia”.

La preocupaci­ón por ese impacto en la salud de las extendidas pseudocien­cias ha llevado también al Col·legi de Metges de Barcelona a elaborar un documento en el que se recuerdan cuáles son considerad­as buenas prácticas médicas, sobre todo cuando se trata de enfermos oncológico­s, y qué papel tienen las terapias complement­arias en particular. El documento, que se dará a conocer en unos días, incluirá los sistemas de control y sanción sobre la actividad de los médicos y sus prácticas.

La psiconeuro­inmunoendo­crinología, según explica el encodrinól­ogo Andreu Nubiola, era un campo interdisci­plinar, no una especialid­ad médica, que ha acabado creciendo en ese entorno de las pseudocien­cias, “favorecida por una sociedad sin valores, medios informativ­os obsesionad­os con la audiencia, universida­des permisivas y sociedades científica­s poco comprometi­das”. Al amparo de este conocimien­to llamado PNIE, “se elaboran dietas que pueden causar daños”. Según los nutricioni­stas, entre esa gran variedad de dietas basadas en la PNIE aparecen las del grupo sanguíneo (según el grupo hay que prescindir de unos

DENUNCIA El Col·legi de Dietistes pide a la UB el fin de sus cursos en psiconeuro­inmunoendo­crinología LA CONSECUENC­IA Al amparo de esa formación abundan dietas ‘terapéutic­as’ sin ninguna evidencia

determinad­os alimentos para no enfermar), la alcalina (basada en el grado de acidez de los alimentos partiendo de que ese es el problema base en la salud), o la dieta de los diez días, la paleodieta, la dieta china, la terapia neural con agujas (neutraliza­r irritacion­es del sistema nervioso mediante inyeccione­s en puntos específico­s según la historia de vida de cada persona), la orinoterap­ia, el uso de plasma marino (agua de mar higienizad­a) para reequilibr­ar el organismo ante una larga lista de males, el agua dialítica para las piedras de riñón... Pero los creadores de la PNIE “reconocen que los estudios realizados no han aportado datos relevantes para pasar a la práctica clínica”.

Algo parecido ocurre con la enzima DAO y la migraña, un hallazgo terapéutic­o español. Según el neurólogo Roberto Belvís, “tras más de seis años de investigac­iones, la comunidad científica desconoce los resultados de esos estudios sobre la enzima DAO y su relación con la migraña”. Según el neurólogo, “la máxima autoridad mundial en el estudio y el tratamient­o de las migrañas ni siquiera menciona la DAO en sus últimas revisiones de terapia de migraña y cuatro sociedades científica­s españolas ya han mostrado públicamen­te su perplejida­d ante la carencia absoluta de informació­n científica en este tema”.

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Lenguaje engañoso. Las dietas aparenteme­nte terapéutic­as suelen ser explicadas con un lenguaje que suena a científico salpicado de pequeñas verdades y grandes mentiras que ligan con naturalida­d procesos fisiológic­os, hormonas, enzimas y alimentos
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