“Più preziosa, più bella, ciao Venezia”
Algo debe de estar cambiando en España para que, mientras el Real Madrid se dispone a ganar su enésima Champions, Pilar Rahola sea entrevistada en Sábado de luxe (Telecinco). Los argumentos a favor del referéndum (sí o sí) suenan a marciano en un plató acostumbrado a reparaciones estéticas, adicciones, adulterios retráctiles y pollos gastrogenitales propios de la industria del reality. Un grupo de interlocutores intenta rebatir la vehemencia soberanista de Rahola, pero ella los despacha con un proselitismo contundente reforzado por una iluminación espectral. La eficacia del escaparate no depende sólo de la convicción de la entrevistada. Quizás por eso, el iluminador la sabotea con una luz tipo Museo Madame Tussauds.
Al día siguiente, Antonio Baños pasa por el 3/24. Baños es un caso insólito: es comentarista y, al mismo tiempo, protagonista de la actualidad que le toca comentar. Se expresa con una agilidad que compensa la incontinencia metafórica del proceso. “No hace falta que seamos amigos”, dice para subrayar que la discrepancia no será obstáculo para alcanzar el objetivo. Y, añadiendo sarcasmo a la receta, recuerda que a los miembros de Catalunya en Comú los llaman “els cecs”. Y ahora que tanto se habla de la Comisión de Venecia, aporta un punto de vista peculiar: “Tengo 50 años y nunca había oído hablar de la Comisión de Venecia”. Sería un buen nombre para una pizzería de extrarradio, La Commissione di Venezia, donde sonara a todas horas aquel macarrónico hit de MariaJosep Villaroya,
¿Y Germà Gordó? La imagen que transmite no es la de un gran devorador de pizzas sino del enésimo oficial descatalogado por el cambio climático de la nueva política. Todos subrayan que es católico, pero su semblante
Ciao, Venezia. en la comisión parlamentaria (¡otra comisión inútil!) parecía más el de un conspirador cardenalicio que el de un clérigo misionero. El modo como Gordó ha sido catapultado (por fases) al espacio por el PDECat es un prodigio de física espacial. El lema de un acto reciente del partido era “Crear, garantir, compartir el millor país”, pero Marta Pascal debería pensar en oficializar la corriente interna de Els del Pas al Costat o proponer un concurso en TV3 para intentar encontrar La Famosa Agenda de Gordó Sospechosamente Perdida (premio: un fin de semana, todo pagado, en Andorra). Por suerte ,el presidente Puigdemont combate el peligro de la resignación y, consciente de vivir una (otra) semana decisiva, recupera la clásica metáfora de la sardana “sin mirar la mano de quien tenemos al lado”. No me gustaría empañar el clima de euforia, pero yo diría que uno de los problemas de la política española y catalana actual es precisamente no haber mirado lo suficiente la mano que teníamos al lado.
Los interlocutores intentan rebatir el soberanismo de Pilar Rahola