El abogado de Osàcar admite que puede haber condena para CDC
Melero asegura que Millet no se tapaba con la bandera catalana, sino con la pirata
Xavier Melero, el abogado de Daniel Osàcar, el extesorero de CDC, previó ayer cuatro escenarios para el final del caso Palau. De ellos, dos son los que le resultan más probables: en uno se reconocería la financiación del partido por parte de Ferrovial, pero no se imputaría delito alguno; en el otro, esa financiación sería considerada tráfico de influencias. Pero en ninguno de los dos su cliente tendría responsabilidad, sugirió el letrado durante su informe en el juicio por el expolio de la entidad cultural.
En su alegato final, Melero señaló otras dos hipótesis sobre cómo concluirá el caso: que Ferrovial no financió a CDC y que sí lo hizo mediante tráfico de influencias y blanqueo de capitales. En cualquier caso, exoneró a Osàcar de responsabilidad y destacó su interés en devolver el dinero de los convenios suscritos por la Fundación Trias Fargas.
El letrado definió que aquí se celebran tres juicios en uno: por delito fiscal, por la apropiación de fondos del Palau y por la presunta financiación irregular de CDC. Sobre los dos primeros dijo tener poco que decir, más que el tribunal tendrá que echar mano “de la calculadora económica y penológica”. Pero sobre el tercer apartado sí que se manifestó.
En primer lugar, para contestar al fiscal, en aquella afirmación de que Fèlix Millet usó la bandera para asaltar la cartera, y se preguntó: “¿Hay algo específicamente aquí? ¿Es Millet independentista o soberanista? No. No hay nada específicamente catalán, como no hay nada madrileño en la operación Lezo. Si alguna bandera hay que invocar aquí no es la catalana, sino la pirata. Es un caso de clase, de los que cortan el bacalao: ni fidelidades, ni ideología, ni bandera”. E incidió en que Millet se relacionaba con todos los partidos. “Ha habido oprobio y lapidación desmesurada, pero entiendo que es el relato de una carrera honorífica desmesurada, fuera de lugar e incomprensible”.
En su informe, donde conjugó derecho con fina ironía, expuso que Daniel Osàcar fue tesorero de CDC entre el 2005 y el 2010, y que todos los documentos que han aparecido son anteriores, al mismo tiempo que criticó las confesiones de Millet y los Montull porque negaron las acusaciones en la investigación, y no ha existido posibilidad de defenderse. En este sentido, señaló que el fiscal propone una convicción teológica del tráfico de influencias, porque no hay pruebas.
“Este es un caso de clase, de los que cortan el bacalao, sin ideología ni fidelidades”, indica el defensor del extesorero