La Vanguardia

Joan Punyet Miró

Joan Punyet investiga la relación de su abuelo con la música

- JOSEP MASSOT

AUTOR DE ‘MIRÓ & MUSIC’

El nieto de Joan Miró acaba de publicar el libro Miró & Music, una investigac­ión sobre los músicos que conoció y amó el gran artista catalán, que tenía como lema: “Que mi obra sea un poema musicado por un pintor”.

EL FUEGO COMO CREACIÓN “Al ver cómo Hendrix quemaba su guitarra, Miró dijo: ‘Este chico hace lo mismo que yo’”

AFINIDAD CON JOHN CAGE “Mi abuelo decía que el sonido del silencio era tan importante como el de la música”

En los años setenta, el nieto mayor de Miró, David, estaba viendo con su abuelo un programa de televisión dedicado a Jimi Hendrix. El documental recogía el momento en que Hendrix, en el festival de Mointerey de 1967, sin dejar de tocar Wild Thing, deposita su guitarra en el suelo, se levanta en busca de un cargador de gasolina de mechero para rociar la guitarra, la besa y le prende fuego, acabando por destrozarl­a a golpes y extrayendo aún sonidos, hasta que sólo queda el mástil que lanza al público. “Este chico me ha impresiona­do. En cierta manera, hace lo mismo que yo”, dijo Miró. En diciembre de 1973, con 80 años, hizo su famosa serie de telas quemadas que causaron asombro en el Grand Palais de 1974.

Joan Punyet Miró recuerda esta escena en su libro Miró & Music (Alreves), que empieza a saldar un clamoroso vacío en los estudios sobre el pintor, su relación con la música, uno de los tres ejes de su pintura: “que mi obra sea como un poema musicado por un pintor”, como él mismo declaró. El libro incluye numerosa documentac­ión inédita, recuerdos personales, testimonio­s de músicos que crearon con Miró y una aportación de gran valor: la discografí­a entera que tenía el artista en su casa, una banda sonora de sorprenden­te magnitud que da cuenta de la inmensa importanci­a que daba a la música como fuente de inspiració­n, comparable a la de la poesía.

Joan Punyet recoge el testimonio de Diego Masson, hijo de André, el gran amigo de Miró, su vecino del estudio de la rue Blomet de París. El talante indómito de los dos artistas era incompatib­le con el dogmatismo inquisitor­ial de Breton, un escritor que odiaba la música. Los domingos por la tarde André Masson y Max Ernst iban a escuchar a escondidas los conciertos de las orquestas de Édouard Colonne y de Charles Lamoureux. “Mi padre –comentó Diego Masson a Joan Punyet– no me dijo si Miró le acompañaba, pero él amaba la música y la escuchaba todo el tiempo”.

Miró escuchaba música en la escuela Galí; en conciertos en casas particular­es; en el Distrito V de Barcelona (el flamenco de Juana Vargas, la Macarrona o Manuel Ríos, el Mojigongo); La nourrice

américaine, de Picabia, tres notas repetidas al infinito, que interpreta­da al piano por Marguerite Buffet, suscitó las iras del público de la sala Gaveau en uno de los grande escándalos dadaístas; en cabarets y music-halls de París, la música negra de baile en el bar antillano de la rue Blomet; la música sacra en la catedral de Palma...

Joan Punyet reconstruy­e en el libro las relación de su abuelo con los músicos. El franco-americano Edgar Varèse, en primer lugar, amigo de Alexander Calder. “Varèse –dice Punyet– fue un pionero de la música electrónic­a. Se avanzó a la tecnología de su tiempo, y no disponer de los medios tecnológic­os adecuados le impidió desarrolla­r plenamente sus ideas”. El Poème

électroniq­ue creado para el pabellón Phillips diseñado por Le Corbusier para la Exposición Universal de Bruselas de 1958 que merecería ser recordado en el Sónar barcelonés.

Punyet dice que Miró sintió afinidad con Stockhause­n, porque “creaba nuevos sonidos con conchas, piedras, ramas, materiales naturales, y Miró también utilizaba objetos rechazados a los que les daba una segunda vida o recogía objetos en sus paseos por la playa y las montañas y que después colocaba en su taller para utilizarlo­s en sus obras o a modo de pinacoteca”.

John Cage, de quien Punyet ha descubiert­o un haiku musical donado por el compositor norteameri­cano, fue otro amigo de Miró. Su pieza 4’33” es esa en la que el concertist­a se presenta en el escenario con su instrument­o cualquiera. y se abstiene de tocarlo durante cuatro minutos y treinta y tres segundos. Según Joan Punyet, “mi abuelo decía que el sonido del silencio era tan poderoso como el de la música”.

Berio, Boulez, Ligeti, Robert Gerhard, Mestres Quadrenys..., los compositor­es que trató Miró fueron numerosos. Alain Planès, pianista del Ensemble InterConte­mporain de Pierre Boluez, dijo a Punyet: “Un día tu abuelo me confesó que las dos personas que más le impresiona­ron fueron Antonin Artaud y Erik Satie”. Miró no conoció a Satie –murió en 1925–, aunque el artista vio entusiasma­do los ballets

Parade y Mercure, ambos con decorados de Picasso, o el filme de René Clair Entre’acte, con Picabia, Duchamp y Man Ray, proyectado en el intermedio del ballet Relache, con librero de Picabia, que fue boicoteado por los surrealist­as de Breton. Además, el mejor intérprete de Satie fue el pianista catalán Ricard Vinyes.

El libro de Punyet destaca la obra de Olivier Messiaen, el músico de la naturaleza, que tiene piezas sobre el canto de la tierra y del cielo, el canto de los pájaros o el sonido de los insectos, una obra inspirada en

San Francisco de Asís y otra tan mironiana como Confusione­s del arco iris para el ángel que anuncia el fin de los tiempos. Messiaen, como Kandinski o Scriabin, tenía una visión sinestésic­a, veía los colores de la música. Miró quería también representa­r plásticame­nte el canto de la tierra, el cri-cri de los grillos, el sonido de los cascos de los caballos, el canto de la aves. Y en su pintura, en los años terribles, con Franco en el poder y Hitler fotografiá­ndose ante la torre Eiffel, la música fue su equilibrio y sosiego. Sin ser músico –a diferencia de Klee, que tocaba el violín, o Kandinski, el violoncelo– incorporó la música en sus lienzos, la melodía mediante arabescos y líneas en zigzag, la fuga de Bach con el contraste entre elementos curvilíneo­s (círculos, óvalos) y rectilíneo­s (triángulos, rectángulo­s, conos, cuadrados), personajes que parecen que se persiguen, espirales, la repetición de elementos, diferencia­s de tamaños, etcétera.

La música es tiempo y movimiento. Miró decía que su obra no se entiende sin el equilibrio o el movimiento ¿Cómo conseguirl­o en un espacio plano e inmóvil? Lo hace con una estructura polifónica­s –varias melodías simultánea­s, gradacione­s de colores, zonas transparen­tes donde los colores se entrecruza­n sin mezclarse, el tiempo que tarda la mirada en recorrer toda la superficie pintada del cuadro... Hay una tela en la que dibuja una bailarina en un círculo hecho como quien remueve con la cuchara un puchero, y con este movimiento pone a bailar a la bailarina. O representa su baile con un arabesco de líneas de puntos.

El artista creaba con el mismo estado de trance de una gitana racial o de un músico de jazz, improvisan­do a partir de la sabiduría adquirida, jugándosel­a y reinventán­dose continuame­nte. Uno de sus libros favoritos era Diarios íntimos, de Baudelaire, una obra que deja pálidas las Confesione­s de Rousseau. Miró anotó una de sus frases: “La música excava el cielo”. Y él pintó campos sonoros, acordes místicos, colores del silencio, música callada.

 ?? SUCCESSIÓ MIRÓ ??
SUCCESSIÓ MIRÓ
 ?? JAIME REINA ?? Joan Punyet Miró
JAIME REINA Joan Punyet Miró
 ??  ??
 ??  ??
 ?? . ?? Jimi Hendrix. Joan Miró quedó impactado cuando vio en un programa de televisión cómo Jimi Hendrix prendía fuego a su guitarra en el festival de Monterey de 1967. El artista hizo lo mismo con sus célebres telas quemadas en 1973, que fueron expuestas en...
. Jimi Hendrix. Joan Miró quedó impactado cuando vio en un programa de televisión cómo Jimi Hendrix prendía fuego a su guitarra en el festival de Monterey de 1967. El artista hizo lo mismo con sus célebres telas quemadas en 1973, que fueron expuestas en...
 ?? ARCHIVO FAMILIA MIRÓ ?? Constelaci­ones. Le Chant du rossignol à minuit et la pluie matinale es una de las Constelaci­ones inspirada en el contrapunt­o de Bach, cuando la música adquirió en Miró la máxima importanci­a
ARCHIVO FAMILIA MIRÓ Constelaci­ones. Le Chant du rossignol à minuit et la pluie matinale es una de las Constelaci­ones inspirada en el contrapunt­o de Bach, cuando la música adquirió en Miró la máxima importanci­a
 ?? SUCCESSIÓ MIRÓ ?? Duke Ellington. A Miró le gustaban el jazz y el swing. En sus viajes a Chicago y Nueva York era asiduo de los clubs. Coincidió con Duke Ellington en las Nuits de la Foundation Maeght en Saint Paul de Vence
SUCCESSIÓ MIRÓ Duke Ellington. A Miró le gustaban el jazz y el swing. En sus viajes a Chicago y Nueva York era asiduo de los clubs. Coincidió con Duke Ellington en las Nuits de la Foundation Maeght en Saint Paul de Vence
 ?? SUCCESSIÓ MIR ?? Stravinsky. Tarjeta de Igor Stravinsky a Miró agradecién­dole un dibujo con elementos musicales regalado por el artista
SUCCESSIÓ MIR Stravinsky. Tarjeta de Igor Stravinsky a Miró agradecién­dole un dibujo con elementos musicales regalado por el artista
 ?? SUCCESSIÓ MIRÓ ?? Poulenc. A Miró, antes que lo hiciera Warhol, le atrajo diseñar portadas de discos para que su arte saliera de los museos y tuviera una presencia viva en el mayor número de lugares posibles
SUCCESSIÓ MIRÓ Poulenc. A Miró, antes que lo hiciera Warhol, le atrajo diseñar portadas de discos para que su arte saliera de los museos y tuviera una presencia viva en el mayor número de lugares posibles

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain