Trump: “Pese a tantas mentiras, estoy completamente exculpado”
El abogado del presidente pasa al contraataque y denunciará al exjefe del FBI
Donald Trump hizo de tripas corazón y aguantó sin escribir ningún tuit el jueves mientras duró la declaración del exjefe del FBI James Comey ante el Comité de Inteligencia del Senado, pero el viernes se levantó dispuesto a volver a la carga y pasar a la ofensiva. A las 6 de la mañana tuiteó: “A pesar de tantas declaraciones falsas y mentiras, total y completa vindicación”. Y además acusó al exjefe del FBI: “WOW, Comey es un filtrador”.
Luego, en la conferencia de prensa conjunta con el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, fue aún más contundente. La conclusión de Trump sobre el testimonio de Comey es que “no hubo confabulación [con los rusos], no hubo obstrucción de la justicia y [Comey] es un filtrador”. Además aseguró que el exjefe del FBI “dijo cosas que no son verdad” y negó haberle dicho que “esperaba” que zanjara la investigación del Rusiagate ni que le exigiera lealtad. Con actitud desafiante, Trump aseguró estar dispuesto a declarar bajo juramento ante el fiscal especial del caso su versión de las reuniones con Comey pero evitó responder varias veces si tenía o no grabadas las conversaciones, como en su día insinuó vía Twitter.
En paralelo y para desacreditar la versión de James Comey, los abogados de Trump han pasado al contraataque agarrándose al hecho de que el exjefe del FBI, una vez destituido, filtró los memorandos de sus conversaciones con Trump para que los hiciera llegar a la prensa. Comey reconoció este hecho en su declaración y ahora el abogado personal de Trump, Mark E. Kasowitz, prepara dos denuncias contra Comey ante el inspector general del Departamento de Justicia y ante el Comité Judicial del Senado. Recuerdan además que Comey había declarado en una comparecencia anterior que nunca había filtrado informaciones.
Veinticuatro horas después de que el exjefe del FBI explicara públicamente cómo el presidente de Estados Unidos le presionó para que pusiera fin a la investigación de las conexiones del equipo de campaña de Trump con funcionarios rusos, la cuestión sigue planteada en dirimir si lo que dice Comey que dijo Trump constituye una obstrucción a la justicia, es decir, una actuación contraria a la ley que podría desembocar en un juicio político( impeachment). Según Comey, Trump le exigió “lealtad” y le dijo: ‘Espero que pueda ver la manera de evitar que esto [la investigación del Rusiagate] continúe y deje ir a Flynn, que es un buen tipo”.
Si el verbo “espero” pronunciado por el presidente en una reunión a solas con el jefe del FBI cabe interpretarlo como una orden o simplemente como un deseo es lo que ahora domina todos los debates entre congresistas y juristas, pero las opiniones se reparten políticamente según los expertos consultados, sean demócratas o republicanos. Estos últimos descartan que se pueda acusar a Trump por un mero juicio de intenciones y no por hechos concretos. Interesante es la opinión de Alan M. Dershowitz, profesor emérito de Harvard, quien habiendo ejercido como asesor del equipo del presidente admitió en la Fox que Trump había cometido un “pecado político”, pero que “en ningún caso podría considerarse un crimen”.
Richard Painter, que fue asesor de George W. Bush, sostiene que sólo podría plantearse la intervención de Trump como un delito si surgieran nuevas pruebas de que Comey fue despedido para frenar la investigación y eso, por obvio que parezca, resulta difícil.
La verdad es que los republicanos y los asesores de Trump en la Casa Blanca respiran aliviados, como si el escándalo Rusiagate estuviera ya desactivado, cuando la investigación dirigida por un fiscal especial, Robert Mueller, sigue abierta y, por lo que se ve, con mucho trabajo por delante.
“No hubo confabulación ni obstrucción, Comey no dijo la verdad, es un filtrador, y lo declararé bajo juramento”