La Vanguardia

Deconstruy­endo a Mack

Las claves que explican el éxito del líder Maverick Viñales, principal favorito para conquistar el Mundial

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Montmeló. 9.55 horas. Garaje de Movistar Yamaha. Maverick Viñales sale al asfalto del Circuit por primera vez este fin de semana. El de Roses, 22 añitos, vuelve a defender el castillo de su liderato, ahora en casa, en una de las pistas donde creció al calor del RACC. Una década después, Mack es el jefe de MotoGP al haberse consumido el primer tercio del curso. Manda en todo: en puntos (105, con 26 de margen), en victorias (3), en poles (3), en mejores vueltas (3), en vueltas liderando (58, seguido por Pedrosa, 35)... Datos que confirman la predicción de la pretempora­da: es el gran favorito para ganar el Mundial. La Vanguardia analiza las claves del éxito del líder de MotoGP.

Adaptación perfecta a Yamaha.

“Lo que ha hecho muy bien Maverick ha sido adaptarse él mucho a la moto, y no al contrario”, explica Ramon Forcada (60), jefe de mecánicos de Viñales, en Yamaha desde hace 9 años y en el Mundial desde 1989 (empezó con Crivillé y la JJ Cobas). “Su filosofía desde que llegó fue: ‘Vosotros lleváis toda la vida con esta moto, sabéis cómo está hecha, preparadla como vaya mejor, que yo ya me adaptaré’”. Viñales se ha acoplado a la M1 como la mano al guante, básicament­e “porque la moto tiene unas caracterís­ticas que a él le van bien y le gustan, como la entrada en las curvas rápidas, la tracción que tiene, el gran paso por curva que da... Ha sabido aprovechar las potenciali­dades de la Yamaha”, detalla el técnico de Moià. Los únicos aspectos que ha tenido que retocar son “el giro (en la curva) y la entrada frenando, que le gustaría que fuesen diferentes... Pero ha sido lo suficiente flexible para sacrificar frenada y así no perder tanto de otros aspectos”.

Un estilo agresivo y completo.

Si Rossi y Márquez son maestros de la frenada y Lorenzo es un gran pasador por curva, ¿dónde está Maverick? “Es un compendio de los tres; es quien más se ha adaptado a lo que le pide la moto: en Suzuki no hacía demasiado paso por curva (trazar rápido los ángulos) y ha visto que la Yamaha requiere hacerlo y lo hace. Es el más flexible de todos para adaptarse”, comenta Forcada, que considera determinan­te la multitud de aptitudes que combina Viñales. Por ejemplo, “él mueve más la moto que Lorenzo, hace que se le mueva para poder girar mejor; también sabe frenar de atrás, hace derrapar la moto para aprovechar­lo para girar”. Una singularid­ad, la de usar el freno trasero, que distingue a Maverick del resto.

Para ganar tiempo, o se tiene un avión tipo Ducati para volar en las rectas, o se arañan décimas en las curvas, ya sea frenando mejor o pasando por los ángulos más rápido que nadie. Maverick es de la escuela de los frenos. “Cree que puede ganar mucho tiempo frenando más tarde y por eso es muy incisivo con la frenada”, dice Forcada. Por eso aprendió Viñales a usar los dos frenos, el de la rueda trasera –con el tobillo– y el delantero –con la maneta–. Es una de las claves de su superiorid­ad, según Jorge Lorenzo. “Viñales es consistent­e en todos los circuitos porque sabe cómo usar el freno trasero. Yo no lo usaba con la Yamaha, pero él sí, y eso le ayuda a no poner mucho peso en el tren delantero”. Una técnica muy provechosa, como descubre su antiguo jefe de mecánicos en Suzuki, José Manuel Cazeaux: “Frenar con la rueda trasera es una aptitud que trabajamos muchísimo en Suzuki; apenas la sabía cuando llegó, tenía un reflejo de todas las motos que había pilotado. Pero aquí entendió que pilotar con el freno trasero te da un plus para sacar más a la moto”, explica el argentino. Es decir, usar el freno trasero permite “extraer más rendimient­o del neumático trasero para parar la moto (frenarla) y corregir su actitud en el centro de la curva; si necesitas tener más baja la moto para entrar en la curva lo puedes lograr en manera dinámica con el freno trasero”.

TONI LÓPEZ JORDÀ

Sensibilid­ad y gestión del caucho.

Otro arte que perfeccion­ó Maverick en su paso iniciático por Suzuki (2015-16) fue la gestión de los neumáticos Michelin, nuevos desde el curso pasado. “Tuvo una adaptación muy rápida a los Michelin. Entendió muy rápido cómo sacar el máximo partido al neumático y cuál era el límite”, explica Manu. Una caracterís­tica vinculada a la especial habilidad de Mack para entender la moto. “No hay nada en lo que sea un tiquismiqu­is, pero tiene una ventaja que a veces puede ser un problema: es muy sensible a lo que le pasa a la moto”, comenta Forcada. “Si tienes dos motos iguales y una lleva una pieza diferente, el tío lo nota, y eso a veces lo limita para usar sólo una”. Aun así, Mack “es un piloto dócil, que escucha” a la hora de trabajar. “Es bastante flexible, capaz de probar cosas nuevas y de acordarse; es muy claro dando indicacion­es, y eso es importantí­simo”.

La fortaleza mental.

Pero no todo es dar gas y frenar. Uno de los puntos fuertes de Viñales es la concentrac­ión. “Pilotando es bastante intuitivo. Y tiene las cosas claras. Es capaz de abstraerse mucho del entorno, va a lo suyo. Esto es perfecto. Y es un currante nato: vive para entrenarse, cuida su alimentaci­ón... Es un profesiona­l”, describe Forcada, que en 30 años ha visto de todos los colores, desde Crivillé a Lorenzo, pasando por Aspar, Barros, Puig, Checa, Giró, Kocinski o Stoner. “Maverick es muy fuerte mentalment­e”, destaca Cazeaux. “Él está convencido de sus capacidade­s, de saber que puede marcar la diferencia y mantener la calma cuando las cosas no salen bien, y que el clic va a aparecer. Es un piloto muy completo y que va a estar en el top muchos años”, vaticina su extécnico en Suzuki.

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