La Vanguardia

NO HABRÁ MÁS PENAS NI OLVIDO

-

La heterogene­idad del peronismo es tal que uno de sus líderes ya fallecido, Lorenzo Miguel, sindicalis­ta de ultraderec­ha vinculado a la Triple A, lo definió como ir cada domingo a comer tallarines a casa de la “vieja”. Para iniciarse prefiero recomendar el libro que me indicaron cuando llegué a Argentina y que no es uno de los miles de estudios históricos, sino la novelita de Osvaldo Soriano No habrá más penas ni olvido, gracias a la cual uno no entenderá el peronismo, pero sí podrá confirmar que es mucho más complejo que calificarl­o simplement­e de populismo, que también lo es. Ahora que Vargas Llosa ha elaborado una lista de populismos donde mete en el mismo saco al kirchneris­mo, al chavismo, a Lula, a Trump y al independen­tismo catalán, es buen momento para preguntars­e sin prejuicios eurocéntri­cos qué lleva a grandes masas de ciudadanos a apoyar a dirigentes que otra gran parte de la población percibe como demagogos. En el caso de Argentina, la complejida­d es evidente si se piensa que el papa Francisco bebió de la justicia social y es considerad­o uno de los suyos por los justiciali­stas, o que el primer intento de Macri de entrar en política en el 2002 fue como peronista. En el país de la grieta política me quedo con la actitud de gente como el siempre sonriente y bromista Pancho Márquez, que, sin proselitis­mo y riéndose de sí mismo y de las contradicc­iones del peronismo, me permitió comprender que es algo más que un sentimient­o. Y por eso Pancho, al llegar cada año a la frontera con Chile en el cruce andino, cumplía el ritual de cantar la Marcha peronista aun siendo políticame­nte incorrecto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain