Isabel II espera a los Reyes
La visita de Estado de los Reyes a Gran Bretaña está programada para celebrarse entre el 12 y el 14 del próximo mes de julio. Hay que hacerla y se hará pero estos días, debido a la mala gestión de las autoridades británicas del caso de Ignacio Echeverría, asesinado por los terroristas el pasado sábado pero declarado desaparecido durante cuatro días, se ha comprobado lo poco que les importa a los ingleses quedar mal con los españoles. Si desde España no se ha hecho una protesta formal, ha sido precisamente por no enredar el próximo viaje real pero, según se ha constatado, poco o nada le interesa al gobierno británico, el de antes y el nuevo, una visita de esas características. El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, que acompañará a los Reyes en el viaje de Estado, se ha tenido que morder la lengua.
Los ingleses se ofendieron cuando, tras ser fijada para el mes de abril del 2016, España suspendió la visita en el último momento alegando la interinidad del Gobierno de Rajoy. Luego llegó el referéndum del Brexit; todo cambio y al gobierno de Theresa May ya le importaba menos el viaje de los Reyes de España. Aún así la visita se programó de nuevo y debía haberse realizado esta semana pero hubo que aplazarla de nuevo por el adelanto electoral en Gran Bretaña. La Corona, en general, se debe a su respectivo gobierno, la de España y la de Gran Bretaña, y en lo que se refiere al viaje, aunque esté protagonizado por ambos monarcas, en realidad, responde a los intereses políticos y los de los ingleses, ahora, son otros.
Si el viaje se lleva a cabo será, sobre todo, por la intervención del palacio de Buckingham y más concretamente por la buena disposición de la reina Isabel, cuya sintonía con la familia real española no siempre ha coincidido con la de sus sucesivos gobiernos. La reina Isabel que quiere hacerle ese regalo al biznieto de la prima de su abuelo; porque ese es el parentesco que une Isabel II y Felipe VI. La reina inglesa y el rey de España tienen como antepasada común a la reina Victoria quien, mediante matrimonio, colocó a ocho de sus nueve hijos (el mayor, Eduardo VIII, se quedó en casa) en todas las cortes europeas. La reina Victoria también figura en el árbol genealógico de la reina Sofía y del duque de Edimburgo, unidos, además, por el lado griego.
El marido de la reina Isabel, que hoy cumple 96 años, ha anunciado su jubilación para el próximo otoño, pero en realidad se despedirá de su actividad oficial de más de 60 años, con su presencia en la cena de gala que la soberana británica ofrecerá a Felipe y Letizia el 12 de julio en el palacio de Buckingham. Será la última ocasión en la que se le podrá fotografiar con su frac y sus condecoraciones y ocupará su sitio en la mesa junto a la reina Letizia. Será, también, la última ocasión en la que ejercerá de consorte real en un acto de esa relevancia protocolaria.
Después del viaje de los Reyes, Felipe de Edimburgo atenderá sus últimos compromisos con las organizaciones que preside y, en compañía de la reina Isabel, viajará a Balmoral (Escocia) como hace todos los años y a su regreso a Londres, a mediados de octubre, ya será un jubilado. Las largas vacaciones de Isabel y Felipe en Balmoral son desde hace décadas una manera en la que la Corona inglesa demuestra su vinculación a Escocia. El viejo castillo de Balmoral fue comprado en 1852 por el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria, quien a diferencia de Felipe de Edimburgo murió con 42 años y no tuvo tiempo de jubilarse.