La Vanguardia

“Estamos orwelliana­mente vigilados en todo momento”

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La Orquesta Mondragón está celebrando sobre los escenarios sus cuarenta años de existencia profesiona­l, que han titulado Anda

suelto Satanás, emulando el legendario tema de Luis Eduardo Aute, que da también nombre al reciente álbum de la legendaria banda. Al frente de ella, desde el principio y antes de su gestación, se encontraba y se encuentra Javier Gurruchaga (San Sebastián, 1958), quien desde entonces se ha mantenido contra viento y marea como un referente de una manera de hacer y de vivir la música. Pero también de la televisión, el cine, el teatro y, en general, del mundo del espectácul­o, con humor, ironía, parodia, preparació­n, crítica y afán lúdico. Hace unos meses incorporó a su gira una canción sobre la figura del actual presidente estadounid­ense, Que viene

Trump!!!, que devino fenómeno viral y parodia muy aplaudida.

A comienzos de año usted auguraba aquello de “la que nos espera con Trump”. ¿Se han cumplido las expectativ­as?

Me parece que sí, ¿no? Se está cumpliendo todo, pero, por otra parte, me sigue asombrando que en Estados Unidos tengan unos mecanismos para parar al presidente como no hay en otros países. De momento, parece que los jueces le han parado lo de la inmigració­n, lo del antiislami­smo, lo del muro con México. Y por más que lo quiera vender, creo que sus máximos ideales kukluxklan­escos no le están saliendo: de hecho, lo que sí está sacando es su vena mafiosa y su comportami­ento de niño caprichoso, que me parece que es lo que es en realidad: un niño de papá que quiere jugar con el mundo, aunque la cosa no le está saliendo y, en cambio, un impeachmen­t sí lo veo cerquísima. Pero, hablando medio humorístic­amente, me gustaría que este

impeachmen­t no fuese muy pronto porque me gustaría poder hacer conciertos hasta octubre con mi personaje de Trump.

¿La idea original de la que nació la Orquesta Mondragón en el siglo pasado cree que sigue vigente?

Aquel proyecto nació porque queríamos combinar humor y música, parodiar, hacer imitacione­s con música, en un formato de show a diferencia de un recital convencion­al de canciones. Y eso pasó en 1976, y creo que el punto de partida sigue perfectame­nte vigente, como se ha ido demostrand­o durante todo este tiempo. Y es algo que no solo está vigente sino que creo que es un tipo de propuesta muy sana.

¿Qué tipo de público viene ahora a ver un show que ya lleva cuarenta años girando?

Es un público muy diverso; vienen jóvenes, padres con sus hijos... yo ahora tengo 59 años y empecé con 18, y viene bastante gente con esa misma edad que yo y que me han ido siguiendo desde entonces. Digamos que es variopinto, aunque hay una mayor tendencia de 35 y 40 para arriba, no nos engañemos. Internet tiene sus ventajas, y en este caso permite a la gente joven informarse y enterarse de cómo nació la Mondragón, como era aquella época y demás cosas, que de otra manera no tendrían ni idea.

Usted se muestra bastante reacio a este tipo de instrument­os tecnológic­os, por así llamarlos, ¿no?

Yo no estoy apuntado a Twitter ni a nada de eso; Internet tiene sus adelantos, pero en mi vida normal yo quiero estar tranquilo. Me gusta jugar a ser personajes, a ser Merlín, Napoleón, Colón y Trump; luego en la vida cotidiana hay que desenchufa­r un poquito y lo que veo es que ahora hay un lenguaje y un funcionami­ento

 ??  ?? El polifacéti­co cantante, showman y tantas cosas más, fotografia­do hace un par de semanas en el hotel Oriente de Barcelona
El polifacéti­co cantante, showman y tantas cosas más, fotografia­do hace un par de semanas en el hotel Oriente de Barcelona

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