El último obstáculo
Wawrinka es el último obstáculo de Nadal en el camino al décimo título
Rafael Nadal persigue su décimo Roland Garros, pero para ello debe doblegar al suizo Stan Wawrinka, que ha sido capaz de situarse entre los mejores del mundo por su perseverancia y su excelente tenis, pleno de recursos y calidad.
Un inmensa tirolina se ha convertido en centro de atención estos días en París. Se accede a ella desde el segundo piso de la torre Eiffel y sobrevuela el Campo de Marte hasta la Escuela Militar en un recorrido de unos 800 metros pleno de adrenalina a una altura de 115 metros. Para todos los jugadores que han participado en esta edición de Roland Garros las emociones también han estado a flor de piel durante las últimas semanas. Pero sólo dos han sobrevivido a la dureza del segundo Grand Slam de la temporada y hoy se verán las caras en la Philippe Chatrier a partir de las 15.00 horas. Uno, es un habitual del torneo, Rafael Nadal, que persigue su décimo título para sumar el doble dígito que ya tiene en Montecarlo y en el Trofeo Conde de Godó. El otro es Stan Wawrinka, un suizo que ha vivido a la sombra de Roger Federer durante mucho tiempo, pero que ha sido capaz de situarse entre los mejores del mundo por su perseverancia y su excelente tenis, pleno de recursos y calidad que únicamente poseen los mejores. Desde el 2014, cuando ganó el Open de Australia superando al balear –lastrado por una lesión de espalda– en la final, ha encadenado tres títulos del Grand Slam a razón de uno por año (Roland Garros 2015, US Open 2016). Sólo le falta Wimbledon, donde nunca ha avanzado más allá de los cuartos de final.
Si imaginamos a los tenistas en la tirolina, no cabe duda de que Nadal y Wawrinka se han adaptado muy bien al reto. El jugador de Manacor ni siquiera ha cedido un set –en el 2008 y el 2010 fue campeón impoluto– y el de Lausana tan sólo dos, los que perdió en la apasionante semifinal ante Murray. A otros les ha ido peor, principalmente a Djokovic, que desde su victoria del año pasado en la Philippe Chatrier habrá perdido 11.145 puntos en la ATP. Mañana será cuarto en el circuito, superado por los dos finalistas. Nadal desprende confianza, la seguridad de quien está muy a gusto en la pista. En el 2017 ha recuperado su mejor versión a pesar de que comenzó con tres derrotas en finales (Open de Australia, Acapulco y Miami), dos de ellas ante Federer. Pero no le entró el pánico. Bien asesorado, como ha sido norma durante toda su carrera, no desesperó. El valor de la experiencia. Sentía bien la pelota, notaba que le corría mucho. Y sus piernas estaban ágiles, desplazándose con rapidez a todos los rincones de la pista. Cuando llegaron los torneos de tierra, todos los ingredientes para dominar de nuevo a sus rivales se habían unido para configurar a un tenista demoledor . “Soy Rafa Nadal y no tenía sentido ir a competir sin opciones –explica en referencia al parón del año pasado y al proceso vivido en los últimos meses–. Era mejor detenerse y entre todos hemos hecho lo que tocaba para volver a ganar”.
La final de esta tarde se disputará en las condiciones que le gustan al balear, con calor. El pronóstico vaticina sol y una temperatura
LA TÁCTICA DE NADAL “Ser agresivo, jugar largo, con intensidad, y lograr que él arriesgue desde posiciones incómodas” EFECTIVIDAD El balear cuenta sus finales por victorias, pero el suizo no ha fallado al buscar el título en un Grand Slam
próxima los 30 grados. Pero Nadal se concentra solamente en el juego, en “ser agresivo, jugar largo, con intensidad. Tengo que encarar los puntos y lograr que se arriesgue desde posiciones incómodas. Así me hará menos daño. Pero al margen de lo que yo haga, no hay duda de que Wawrinka es un excelente jugador. Golpea la bola con mucha dureza y es com-
LA SINCERIDAD DE WAWRINKA “Disputar una final ante Rafa en Roland Garros es el mayor desafío que hay en el mundo del tenis”
plicado detenerle”. En su análisis de la décima final que disputará en París, el balear explica que “en tierra batida el equilibrio entre el riesgo y el beneficio es muy claro, lo que no sucede tanto en otras superficies. Mi juego es muy bueno cuando combino bien entrar en la pista desde la línea de fondo y salir”.
Nadal nunca ha perdido una final en Roland Garros, pero Wawrinka también ha ganado los tres títulos de Grand Slam cuando ha llegado al séptimo partido. El recuerdo del 2014 es intrascendente ahora y el manacorense comenta que “nunca en mi vida he jugado una revancha, no entiendo de eso. No es una buena manera de encarar nada. El que juegue mejor ganará. Así de sencillo”.
“Rafa está mejor que en Montecarlo, Barcelona o Madrid, está en su mejor momento del año y suele jugar bien los partidos importantes ”, comentó Toni Nadal. “Tenemos ilusión por ganar porque hace tres años que no lo hacemos en un Grand Slam”, añadió. Fue en París, en el 2014.
Stan Wawrinka, por su parte, sabe que “disputar una final ante Rafa en Roland Garros es el mayor desafío que hay en el mundo del tenis. Cuando él está al otro lado de la pista has de cambiar la estrategia, moverte muy rápido”. El suizo habla también de “agresividad” para frenar a su adversario y es consciente de que “dependeré mucho de mis sensaciones con el revés”. “Es una final y sólo la primera vez –en Australia– no sentí presión. En las otras estaba nervioso, incluso desagradable con mi equipo”. El de Lausana ha estado 5 horas más en la arcilla que su rival, pero este dato no suele influir cuando está en juego un trofeo tan importante.
“El 10 es un número muy bonito –concluye Nadal–, pero el que más me gusta desde siempre es el 9”. El balear sonríe y, claro, cambia sin dudar su querido nueve por una victoria esta tarde.