La Vanguardia

París alberga la primera prueba de la Drones Champions League.

‘La Vanguardia’ presencia en París, junto a 150.000 curiosos, la primera prueba de la Drones Champions League: el Mundial de carreras de drones

- SERGIO HEREDIA París Enviado especial

–En el futuro, los chavales nos van a pasar por encima. Nos zurrarán. –¿Y eso? –Absorben mucho más rápido. Los ponen en el simulador y arrasan. Ya hay niños de cuatro o cinco años capaces de pilotar helicópter­os en miniatura mucho mejor que nosotros: los típicos críos chinos cuyos padres les meten caña cada día. En nuestro equipo hay un muchacho de ocho años. Ese tipo es realmente la bomba...

Dani Pacha (29) trastea, nervioso. Ahora un destornill­ador, luego una llave inglesa. Le cambia una hélice a su dron. Revisa la cámara. Tiene prisa. En un rato salta al ruedo.

Conversamo­s en la carpa del equipo Nexxblades. Se celebra la primera prueba de la Drones Champions League (DCL). Se trata de la liga mundial de carreras de drones, organizada por WWP, multinacio­nal austriaca especializ­ada en marketing deportivo. Suena cachondo. Pacha es una de sus estrellas. El evento se celebra en los Campos Elíseos, en París. Lo crean o no, hay 150.000 espectador­es. Pacha firma autógrafos. Le piden selfies.

–No entiendo lo de los niños –le insisto.

–Sí, hombre. Es muy sencillo. Absorben el aprendizaj­e mucho más deprisa, aunque no sepan ajustar los drones. El padre se encarga del mantenimie­nto. El niño solo pilota. Ya van apareciend­o críos competitiv­os. Nada que hacer... ¿Ya entiende su letra? –me pregunta.

–Sí sí, tranquilo. Lo que no entienda me lo invento –bromeo.

Estoy anotando sus palabras de pie. Pacha habla deprisa.

En su día a día, Pacha es técnico en ascensores. Nació en Badajoz. Vive en Almendrale­jo.

–¿Su trabajo como técnico en ascensores le ayuda en esto?

–No lo sé. No creo. Yo estudié electricid­ad. Otro del equipo es ingeniero. Aquel es profesor de Educación Física... Víctor, deja eso que ya lo hago yo (le dice a su mecánico). Montar un dron es A,B y C. Buscar en Internet, tutoriales, manuales de fabricante­s... Si me disculpa, seguimos luego.

Pacha sale de la carpa y se sube al escenario. Su turno. Se alinea con otros siete pilotos. Desde el escenario, dirigirán sus drones, que volarán a 90 km/h en un circuito de unos 200 m de largo protegido por mallas. Todo, sobre la avenida. Ocho drones sorteando conos y peraltes. La carrera se prolonga por un minuto. Los pilotos dirigen el dron desde unas gafas de realidad virtual. Ven lo que el dron ve. El espectador puede seguir la carrera a través de una pantalla gigante, al pie del Arco de Triunfo. También puede ver en vivo cómo pasan los drones, revolotean­do nervudos. Son ligeros y resplandec­ientes. Unos cacharros muy raros. Mientras los bichos vuelan, le pregunto a Herbert Weirather, consejero delegado de WWP: –El dron ¿cómo debe ser? –Debe pesar entre 700 gramos y un kilo.

El dron de Pacha pierde fuerza y cae sobre el asfalto. Resignado, se quita las gafas: –Demasiados cuerpos, demasiadas pantallas... –¿...? –Esto está lleno de móviles y espectador­es. De repente pierdes la señal y no sabes el porqué. A mí me ha pasado al salir del túnel. Por mucho que revises la antena, poco puedes hacer.

Pacha se entrena en un campo de fútbol en Almendrale­jo. Eso, cuando le dejan hacerlo.

–A ver si me dan la llave y puedo entrar y salir cuando quiera...

Monta unas porterías plegables y hace que los drones pasen por dentro una y otra vez.

Otras veces se va al prado. Conduce unos pocos kilómetros y entonces el campo se abre ante él.

–¿En qué consiste el entrenamie­nto? –Practicar y practicar. –¿No hay preparació­n física? –A veces corro. Pero es cosa mía. Al principio, Pacha pilotaba heli- cópteros. Hará diez años. No se le daba mal, pero no le veía futuro. –El futuro es el dron –dice. Ya hay profesiona­les en esta liga, que cuenta con seis paradas. En Berlín, sobrevolar­án una estación. Y en Pekín, la Gran Muralla.

–En China no tendrán muchos espectador­es –le digo a Weirather.

–No lo crea. La muralla apenas está a una hora de camino de Pekín.

–Aquí sí hay muchos curiosos. ¿Cuánto le ha pagado la DCL a la ciudad por alquilar este lugar? –No lo sé. Supongo que mucho. –¿Llegará el día en que ustedes cobren a los espectador­es?

–Ojalá. En 1850, los futbolista­s jugaban en los Campos Elíseos. Cualquiera podía ir a verlos. Hoy, en el estadio de fútbol pagamos, ¿no...? Pacha se ve como un profesiona­l. –Bueno, tengo mis dudas. El 5% de los pilotos vive de esto. Alguno gana mucho. Quien logre el título de la DCL se lleva 100.000 euros. No está mal, ¿eh? Pero lleva sus riesgos. Yo tengo un hijo, una familia. Tengo miedo de que llegue la hora de decidir. ¿Puedo pasar tanto tiempo fuera? ¿Dejo mi trabajo...?

Pacha tiene ocho drones. Se trata de un aparato singular. Difícil describirl­o. Parece una araña con cuatro hélices, una batería y una cámara. Cada dron cuesta unos 300 euros. Con el resto de piezas –la cámara, la emisora, las gafas–, el precio se va a los 500. –¿Usted se lo paga? –Mi equipo está detrás. –¿Y si el dron se cae y se rompe? –Yo lo reconstruy­o. El cacharro puede alcanzar los 200 km/h. Aunque no lo hará en la carrera: se estrellarí­a contra la malla protectora.

Al cabo de un rato, me pregunto por su utilidad social. ¿No nos hablan de drones trayéndono­s a casa un CD, o una pizza...?

–No lo dude, en diez años habrá

EL FUTURO “En el futuro, los chavales nos van a pasar por encima: absorben rápido el aprendizaj­e”, dice Pacha

APLICACIÓN EN LA VIDA “En diez años, habrá cientos de drones sobrevolan­do las ciudades”, dice un ‘blogger’

EL DÍA A DÍA Pacha se entrena en un campo de fútbol en Almendrale­jo: sus drones esquivan las porterías

miles de drones sobrevolan­do las ciudades. Ya ocurre en Dubái –dice Georgiu Buhnici, blogger rumano especialis­ta en tecnología. –¿No chocarán en el aire? –Para eso está la tecnología 5G, para que los drones se reconozcan y hablen entre sí. Los drones son el futuro. Facilitará­n rescates en las montañas, nos mejorarán la vida... Pacha es más escéptico: –¿Se imagina a millones de aparatos volando a la vez, y cada uno de ellos llevando un solo producto? La verdad, no es viable. Amazon tendrá que esperar –dice.

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campo de fútbol de Almendrale­jo; en la imagen, posa con dos drones en los...
ANDY SILLABER Pionero. Dani Pacha, extremeño de 29 años, se ha convertido en un referente en la materia en España: trabaja como técnico en ascensores y se entrena en prados y en un campo de fútbol de Almendrale­jo; en la imagen, posa con dos drones en los...
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