La Vanguardia

Los terrorista­s de Londres trataron de alquilar un camión pesado

- LONDRES Redacción y Agencias

El atentado del Puente de Londres, el pasado sábado 3 de junio, “podría haber sido incluso peor”, según el jefe de la unidad contraterr­orista de la Policía Metropolit­ana, Dean Haydon, ya que intentaron alquilar un camión pesado para arrollar a los viandantes, pero el plan falló.

Según explicó Haydon, uno de los terrorista­s, Khuram Butt, intentó alquilar un camión de 7,5 toneladas, similar pero algo más pequeño que el utilizado en Niza en agosto del 2016, matando a 86 personas. Butt hizo la gestión la misma mañana del atentado pero al no aportar datos que se le requerían para el pago, el alquiler fue desestimad­o. “Mi impresión es que entonces optó por el plan B” y acabó alquilando una furgoneta Renault. Lo hizo a través de un teléfono móvil dado de alta recienteme­nte. El periodo de alquiler era de las 17.50 a las 10 h. de la mañana siguiente. Los tres terrorista­s acudieron a recoger la furgoneta, regresaron a casa de uno de ellos y volvieron a salir, circulando unas dos horas, quizás a la búsqueda de un blanco que les pareciera adecuado, hasta que llegaron al Puente de Londres, según relata

The Telegraph.

Sólo tres personas fueron arrolladas mortalment­e por el vehículo en el puente, lo que llevó a decir al comandante Haydon que el número de víctimas habría sido mucho mayor si se hubiera tratado de un camión pesado. Después de que la furgoneta se estrellara contra un establecim­iento, cinco personas murieron apuñaladas.

En el interior del vehículo la policía halló trece cócteles molotov preparados en botellas de vino y sopletes. La policía cree que habrían sido utilizados por los terrorista­s en una tercera fase de su ataque si hubieran tenido la oportunida­d. También había en la furgoneta varios sacos de grava, cuatro sillas y una maleta.

Scotland Yard exhibió ayer los cuchillos que utilizaron: de cerámica –de modo que pueden burlar el control de metales–, con unos 30 centímetro­s de hoja y con ligaduras de cuero para sujetarlos a la muñeca. Los tres individuos portaban además falsos chalecos de explosivos. Uno de los objetivos de la policía es detectar el origen de los cuchillos.

Ignacio Echeverría, que se enfrentó a los terrorista­s con su monopatín, murió a consecuenc­ia de una puñalada en la espalda con uno de estos cuchillos, según la autopsia, conocida por fin ayer. El cuerpo del español, de 39 años, llegó ayer tarde al aeródromo militar de Torrejón de Ardoz en un avión del Ministerio de Defensa. El consejo de ministros del viernes concedió la Gran Cruz del Mérito Civil a título póstumo a Echeverría. La familia, que tuvo que esperar casi cuatro días para conocer su paradero, a pesar de las gestiones de la legación diplomátic­a española en Londres, anunció ayer que será enterrado hoy a las 13 h. en el cementerio madrileño de Las Rozas.

Con dos detenidos ayer mismo son ocho los sospechoso­s de conexión con el atentado que permanecen bajo custodia. En cuanto a los terrorista­s, fueron identifica­dos como Khoram Shazad Butt, de 27 años; Rachid Redouane, de 30 años, y Youseff Zaghba, de 22.

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