La ciudad carece de modelo
En estos dos años ha habido un acercamiento, con el sector del comercio, especialmente con la llegada del PSC. No obstante, la ciudad carece de modelo y de futuro ilusionante. Se ha perdido la capacidad de crear proyectos ambiciosos. La cooperación público privada está en retroceso, y se ha creado una corriente anti empresa muy preocupante. Hay problemas no resueltos, como el top manta ,la regulación de las terrazas, la turismofobia y, en lugar de afrontarlos y superarlos, derivan hacia nuevos conflictos innecesarios como la revisión de la ordenanza de civismo, las supermanzanas, el tranvía. Este escenario genera desconfianza empresarial y ciudadana y, a medio plazo, puede situar a la ciudad en niveles muy por debajo de los conseguidos en el pasado. Hay que recordar que no gobiernan solo para sus votantes, sino para todos los ciudadanos. En relación al comercio, se ha elaborado un plan de trabajo donde los BID’s serán el eje principal, pero falta por ver su aplicación. Mientras, seguimos viendo el deterioro comercial del centro sin políticas claras para los comercios singulares, la desaceleración económica por el Peuat, la proliferación de cadenas globales sin identidad y un inquietante Plan Estratégico de Turismo. (La nota es la media de las puntuaciones de las entidades integrantes de Barcelona Oberta)