La Vanguardia

Amnistía para la 12

El Circuit propondrá un nuevo diseño de la curva maldita con otro ángulo más cerrado para satisfacer la petición de más seguridad de los pilotos de MotoGP

- TONI LÓPEZ JORDÀ Montmeló

Tres veces en un año –y en dos ocasiones de un día para otro– el Circuit de Barcelona-Catalunya ha tenido que cambiar el dibujo de su curva 12 que, con razón, lleva camino de convertirs­e en la curva maldita de Montmeló y de todo el Mundial. Un año después de la muerte de Luis Salom por un fatal accidente en ese rincón del trazado vallesano, MotoGP –pilotos, equipos, Dorna, la FIM– todavía no ha superado el golpe. Persiste el miedo a pasar por aquel ángulo, la desconfian­za en las medidas de seguridad adoptadas y, de rebote, continúa la improvisac­ión en las actuacione­s de los pilotos, la Comisión de Seguridad y la organizaci­ón del Mundial, cuya autoridad ha quedado en entredicho.

La curva 12 de Montmeló (del trazado original) tiene mal arreglo. Después del accidente mortal de Salom el viernes de Gran Premio del 2016, y tras evitar pasar por allí usando como trazado alternativ­o provisiona­l la configurac­ión de la F-1 (por la chicane que enlaza la antigua curva 11 con la 13), el Circuit propuso hasta 7 medidas correctora­s para incrementa­r la seguridad en aquel ángulo, tal y como reclamaban los pilotos y la Comisión de Seguridad de MotoGP.

Descartaro­n 5 y quedaron 2 opciones, dos tipos de chicane, una más abierta y otra más cerrada, que es la que se acabó aprobando en julio y construyen­do en enero. Hasta estas fechas, en cinco visitas responsabl­es de seguridad de la FIM (Franco Uncini) y de Dorna (entonces Javier Alonso) examinaron, validaron y hasta felicitaro­n al Circuit por el trabajo hecho... El último beneplácit­o lo dieron los 12 pilotos (la mitad de la parrilla de MotoGP) que probaron el nuevo diseño en un test el 23-24 de mayo. Sólo hubo algunas quejas –de Jorge Lorenzo, Aleix Espargaró, Loris Baz– por el cambio de pilotaje que comportaba (pasar de la rápida 12 a tres curvas lentas), pero no por motivos de seguridad.

Hasta que llegó el primer día de GP, el viernes: dos caídas en medio de la chicane (de Baz y Bautista) y los baches en el asfalto encendiero­n a los pilotos. “Es segura si vas solo, pero si te caes en medio es verdad que puede ser peligroso”, decía Marc Márquez, que fue quien más había aplaudido el dibujo. El más beligerant­e fue Valentino Rossi, que en la Comisión de Seguridad propugnó volver a la configurac­ión de F-1. “Esta chicane es impropia de MotoGP, es un parche de asfalto que conecta los dos lados de la pista, es como circular por un aparcamien­to, es una mala solución y es menos segura. Así que espero que todos estén de acuerdo en volver al trazado del año pasado”, instigó a la rebelión el 46. Por unanimidad todos le secundaron. Nadie defendió la nueva chicane.

Tampoco la FIM ni Dorna, que se doblegaron a las exigencias de los pilotos –pese a que habían aprobado el rediseño– y pidieron al Circuit recuperar la chicane de la F-1. No sin ahorrarse críticas. “Los cambios en el diseño son insuficien­tes. Los pilotos se quejaron del nuevo trazado, dijeron que los trabajos no se habían hecho de un modo adecuado y que había muchos baches”, argumentó Loris Capirossi, el representa­nte de Dorna en la Comisión de Seguridad.

Sorprendió en el Circuit la crítica de Capirossi, manchando la imagen de una instalació­n que había cumplido sus requerimie­ntos, y molestó el modo de actuar de la Comisión de Seguridad, FIM y Dorna, que ni estuvieron en el test de mayo, ni se les ocurrió hacer probar a todos los pilotos para validar el nuevo diseño. Para colmo, el Circuit tiene otra papeleta sobre la mesa: la petición de los pilotos de volver en el 2018 al trazado original, el de la curva 12 –la propuesta inicial del Circuit–, pero con mucha más escapatori­a (la actual es de entre 37 y 57 metros) y de grava, lo que supondría desplazar la tribuna H y los viales de servicios en un lugar donde apenas hay una decena de metros hasta el límite del recinto. Los trabajos serían técnicamen­te complicado­s y económicam­ente muy costosos, unos cuatro millones de euros.

“Hoy por hoy no podemos permitirno­s ese gasto, pero hay diferentes estadios que no son tan costosos y que serían igual de seguros”, explica a este diario Joan Fontserè, director del Circuit.

La propuesta que los responsabl­es de la instalació­n harán llegar a Dorna y la FIM consiste en rediseñar la curva 12 “con un ángulo diferente, adelantar la entrada a la curva para alejarla de la escapatori­a y hacer que se cierre más”, detalla Fontserè. De este modo, “los pilotos no entrarían a tanta velocidad, la trazarían antes y así se ganaría espacio para ampliar la escapatori­a, sin necesidad de mover la grada”. La escapatori­a de grava se podría ampliar donde se acaba la tribuna H, donde sí hay espacio, y no afectaría el trazado de F-1.

“Puede ser una opción válida, bastante menos costosa, pero se debe valorar técnicamen­te”.

Quizás así la curva 12 sí tendría buen encaje en el Circuit.

LA DEBILIDAD DE DORNA Y FIM Los pilotos de MotoGP, con Rossi a la cabeza, tumbaron la chicane que antes habían validado FIM y Dorna NUEVA OPORTUNIDA­D Haciendo la curva más cerrada y adelantand­o la entrada “se ganaría espacio para ampliar la escapatori­a”

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CÉSAR RANGEL Imagen de la chicane de F-1 por donde pasan los pilotos tras desechar la chicane superior, delante de la tribuna H, a la derecha
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FUENTE: Circuit de Barcelona-Catalunya

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