Guindos carga la responsabilidad en los gestores por el colapso del Popular
“El banco era un zombi”, asegura con contundencia el ministro de Economía
El ministro de Economía, Luis de Guindos, dirigió sus dardos sobre los gestores del Banco Popular, intervenido por las autoridades europeas y comprado el pasado miércoles por el Banco Santander. En su comparecencia en el Congreso de los Diputados, Guindos dedicó buena parte de su intervención a mostrar el progresivo deterioro del sexto mayor banco de España y se refirió concretamente a su último presidente, Emilio Sarancho, para señalar que hace un par de meses admitió la necesidad de reforzar el capital de la entidad, pero sin detallar “un plan de actuación concreto”.
“Algo ha fallado. A lo mejor habría que mirar más a la propia entidad”, acabó reconociendo, para después defender que ni el supervisor –el Banco Central Europeo–, ni el Gobierno español ni el Banco de España ni la CNMV tuvieron un papel determinante en las decisiones que se habían tomado en los últimos años. “El Banco Popular era un zombi, ahora tienen más posibilidades de competir que hace tres o cuatro meses, incluso antes”, llegó a manifestar el ministro de Economía, ante una oposición que le reclamó una y otra vez por qué no se había actuado antes. Por qué el Popular había ido superando las pruebas realizadas por las autoridades europeas. Por qué la CNMV, como hizo ayer con Liberbank, no había suspendido la cotización de la entidad antes de su ejecución o las operaciones a corto.
Guindos insistió una y otra vez en que el Ministerio de Economía no cuenta con inspectores propios y que, por tanto, en todo momento ha dispuesto de la información brindada por el supervisor europeo y por el Banco de España. En todo caso, explicó que el Instituto de Contabilidad y Auditores de Cuentas (ICAC), dependiente de Economía, ha pedido “explicaciones a los auditores” del Popular –PwC–, para que argumenten por qué hicieron modificaciones “poco después” de cerrar las cuentas. Así mismo se mostró convencido de que la CNMV está actuando frente a “posibles manipulaciones del mercado”.
El ministro de Economía planteó la intervención y posterior venta del Popular como la única alternativa al inicio de un concurso de acreedores que, según detalló, habría supuesto más “complicaciones” y habría supuesto que todos los accionistas habrían perdido todo, los depositantes no habrían podido retirar sus depositos y el Fondo de Garantía tendría que hacerse cargo de los 35.000 millones en depósitos de menos de 100.000 euros, así como la incertidumbre para los trabajadores de la entidad. Guindos resaltó que la venta al Santander no implica ni “un euro de ayuda pública ni garantías para el comprador”. Ante las preguntas de la oposición, el ministro de Economía admitió que en los últimos tiempos “algunas comunidades autónomas y ayuntamientos que retiraron fuertes cantidades” habían retirado sus depósitos, al tiempo que negó que la Seguridad Social hubiese hecho lo mismo. También apuntó que la sangría de depósitos se detuvo el mismo miércoles, cuando se hizo pública la compra por parte del Santander. Sobre el proceso de venta, explicó que el FROB se puso en contacto con las cinco entidades que habían mostrado interés por el Popular y que, de ellas, dos firmaron un compromiso de confidencialidad, aunque “sólo una” hizo una oferta. Cuando los diputados le preguntaron por qué no había habido ofertas de bancos extranjeros, Guindos afirmó: “Ojalá, lo deseable es que haya muchas ofertas”.
A la hora de admitir alguna responsabilidad, el máximo responsable del departamento de Economía sólo confesó que aceptaba su participación, dentro del Eurogrupo, en la creación del Mecanismo Único de Resolución y añadió que es partidario de mejorarlo para que pueda hacer frente con más eficacia precisamente a los problemas de liquidez que llevaron al colapso al Popular.
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