El régimen norcoreano libera a un estudiante estadounidense en coma
Corea del Norte liberó ayer al estudiante estadounidense Otto Warmbier, que llevaba 17 meses encarcelado por arrancar un póster de propaganda durante un viaje a Pyongyang. Su familia contó a
The Washington Post que hace una semana supo que el joven, de 22 años, está en coma desde hace más de uno después de contraer botulismo, según la versión de las autoridades norcoreanas, y que necesita ayuda médica urgente.
La puesta en libertad, un éxito de la Administración Trump, fue anunciada por el secretario de Estado, Rex Tillerson, que no comentó el estado de salud de Warmbier “por respeto a él y su familia”, pero confirmó que fue evacuado con atención médica.
Estudiante de economía en la Universidad de Virginia, fue condenado en marzo del 2016 a 15 años de trabajos forzados, después de admitir el intento de robo de un póster con un eslogan político que decoraba el hotel de Pyongyang donde se hospedaba como turista en Nochevieja. En una confesión televisada, un instrumento muy querido por el régimen de Pyongyang, dijo que quiso llevarse el cartel como un “trofeo” para una iglesia de Estados Unidos, y que su “objetivo era dañar la motivación y la ética de trabajo del pueblo coreano”.
Desde su última aparición pública, en un juicio que duró sólo una hora, su familia no había vuelto a saber nada de él. Hasta hace una semana, cuando los norcoreanos informaron repentinamente a los enviados estadounidenses que negociaban su liberación que el chico contrajo botulismo (una intoxicación a menudo causada por la ingestión de conservas en mal estado) poco después del juicio y que cayó en coma al tomar una pastilla para dormir.
“Nuestro hijo está camino a casa –dijo Fred Warmbier, el padre de Otto, a The Washington Post–. Por el momento estamos considerando lo ocurrido como un accidente”. En una entrevista de finales de abril, los Warmbier, de Cincinnati (Ohio), criticaron a la administración Obama, para la cual “Otto parecía ser una distracción indeseada” y que les recomendó guardar silencio, dijeron, para no ofender a las autoridades norcoreanas y empeorar la situación.
Warmbier, de 22 años, fue condenado por arrancar un póster de propaganda en un hotel de Pyongyang