Puigdemont dice que sólo un Estado propio mitigará la pobreza
El president afirma que el “déficit fiscal brutal” impide repartir la riqueza
Le costó la reprimenda de la jefa de la oposición, Inés Arrimadas, que aseguró que si Puigdemont sale al atril y “no habla de la independencia no es Puigdemont”, pero el presidente de la Generalitat aseguró sin ambages en la sesión en el Parlament dedicada al seguimiento de las políticas para erradicar la pobreza que la falta de un Estado propio imposibilita una atención mejor.
“El Estado independiente no es un capricho, sino una necesidad para dar respuesta a las necesidades más básicas”, argumentó Puigdemont, que denunció a su vez el “déficit fiscal brutal”, ya que un 8% de la riqueza que se genera en Catalunya “se marcha y no vuelve”.
El president lo afirmó durante su comparecencia en la Cámara catalana para hacer balance del cumplimiento de la resolución del pleno sobre la pobreza aprobada en marzo del año pasado. Y ligó la agenda nacional con la social. Inseparables la una de la otra, aseguró.
La esperanza para apaciguar buena parte de las necesidades de la ciudadanía es la renta garantizada de ciudadanía, aún por aprobar, y que la consellera de Treball, Dolors Bassa, anunció que sería efectiva a partir del 15 de septiembre.
El presidente de la Taula d’Entitats del Tercer Sector Social de Catalunya, Oriol Illa, corroboró esta idea, y en los pasillos del Parlament valoró como “fundamental” la renta garantizada para que las personas sin recursos puedan asumir las necesidades más básicas.
En todo caso, la guerra de cifras estaba asegurada. Por ejemplo Puigdemont, el vicepresidente, Oriol Junqueras, y la consellera de Presidència, Neus Munté, aseguraron que los presupuestos destinan el 74,7% de los recursos a partidas sociales, “los más altos de la historia”. Que se habían evitado 4.480 desahucios. Y que el 87% de las medidas acordadas hace un año ya han sido aplicadas o están en curso.
La oposición lo discutió todo. A su parecer, no son las cuentas más sociales, y no se han ejecutado el 55% de las medidas. Además, la diputada de la CUP Gabriela Serra matizó al Ejecutivo catalán que si bien se habían evitado desahucios, se habían llevado a cabo más de 10.000.
La CUP también aplaude la renta garantizada, pero la cree insuficiente. Sin embargo, coincidió con el Govern en la necesidad de crear “una república” catalana para tener recursos suficientes para priorizar las políticas contra la pobreza.
En cambio, la líder de Cs fue muy crítica. Arrimadas acusó a Puigdemont de “criminalizar” la solidaridad cuando afirma que los recursos “se marchan y no vuelven”. Además, le reprochó que esgrimiera la independencia como “poción mágica”. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, afirmó que el Govern “vibra” con el referéndum y la independencia, mientras desatiende la pobreza, al mismo tiempo que hacía notar carencias en sus políticas sociales. También se mostró muy crítica la diputada de Sí que es Pot, Marta Ribas, que acusó al Govern de hacer “malabarismos” con los datos. Además, reprochó a los consellers que no se haya reformado la renta mínima de inserción y que aún no se haya aprobado la renta garantizada. “Las medidas urgentes no se han llevado a cabo”, señaló, destacando que mientras el Govern dedica 5,1 millones de euros a ayudas de urgencia social, los ayuntamientos han destinado a ello 60 millones de euros en el 2016. El presidente del PP en Catalunya, Xavier García Albiol, advirtió al Govern que mientras “no hay dinero para educación o dependencia”, sí hay para “crear estructuras de Estado y financiar el proceso separatista”. La oposición critica que el Govern no se prive, en este tipo de debate, de apelar a la independencia