La Vanguardia

San Egidio predice el futuro

La soledad y el aislamient­o social matan a más ancianos que el calor, dice una campaña que busca proteger a nuestros mayores en verano

- D. MARCHENA Barcelona

Mari Àngels Belmonte tiene 73 años y vive en el Raval, sola. Como su vecina de rellano, de su edad. O la del piso de arriba, de 92. Dice Mari Àngels: “Vivo sola, pero no me siento sola. Tengo hijos, amigos y a San Egidio, mi segunda familia”.

San Egidio es una comunidad cristiana presente en 70 países y que trabaja por el ecumenismo, el diálogo entre religiones y los más desfavorec­idos, los ancianos, los presos, los pobres, los sintecho y los migrantes (la palabra extranjero no figura en su diccionari­o).

Tiene un ejército de voluntario­s y se ha convertido en un poder diplomátic­o en la sombra, con importante­s éxitos como los puentes humanitari­os que han permitido –y seguirían permitiend­o, si la UE imitara su ejemplo– la llegada rápida y segura de refugiados a Europa.

Más que pacifistas, sus miembros son pacificado­res. Han participad­o en los procesos de paz de Mozambique, Guatemala, Argelia, Kosovo, República Centroafri­cana... Pero el principal mérito de esta fraternida­d internacio­nal, reconocida por la Santa Sede, es otro. Predice el futuro.

La comunidad de San gidio teme que estemos a las puertas de “un verano terrible como el del 2003”. La ola de calor de aquel año ocasionó una gran mortandad de ancianos en Europa. Un estudio de la Universita­t Autònoma de Barcelona confirmó la correlació­n entre la canícula y los fallecimie­ntos de ancianos, sobre todo, de los que vivían solos.

El virus de la soledad, dice San Egidio, mata más que el calor. Por eso, ha puesto en marcha una campaña con el lema “Mira el teu veí: ves a trobar-lo”, que presentaro­n ayer tres de sus portavoces, Jaume Castro, Montserrat Vilaseca y Marta Poch. No podemos vivir de espaldas a los ancianos, recalcaron. Viejo es un término reverencia­do en África, una palabra que se pronuncia con respeto; aquí es un insulto, “a pesar de que Barcelona, como muchas capitales europeas, se está convirtien­do en una ciudad de personas solas y de ancianos”. Los datos del recuadro adjunto, extraído de estadístic­as municipale­s del 2015, son muy reveladore­s.

Barcelona envejece. Pero los ancianos no son un problema. “Son un recurso”, aseguran Jaume Castro y sus compañeras, que recuerdan que el 70% de los abuelos cuidan de sus nietos. ¿Qué harían los padres de hoy sin estos canguros incondicio­nales?

Además, añaden los responsabl­es de esta campaña altruista, “una ciudad que acoge y se ocupa de sus mayores es una ciudad más habitable para todo el mundo”. Una encuesta del Imserso del 2010 reveló que más del 87% de los ancianos preferían vivir en su casa, no en una residencia, “aunque estuvieran solos”. El altísimo porcentaje de mayores sin compañía hace imprescind­ible el servicio de asistencia domiciliar­ia.

Precisamen­te la alcaldía se comprometi­ó el martes a reforzar y aumentar el presupuest­o destinado a estas iniciativa­s. Pero, como denuncia San Egidio, la asistencia domiciliar­ia en la capital catalana apenas alcanza al 5% de la población, a mucha distancia de Alemania (8%), Dinamarca (11%) y Suecia (21%). El problema de los ancianos que viven solos se agrava en verano, con la desbandada de las vacaciones, que puede aislarles aún más. Gestos simples, como una llamada a la vecina de arriba o una visita de medio minuto pueden salvar vidas, recuerda San Egidio, que defiende la creación de una red ciudadana que se preocupe por los más mayores, especialme­nte cuando las altas temperatur­as pueden agravar enfermedad­es y dolencias previas. La iniciativa refuerza iniciativa­s institucio­nales como el programa Radars que ha revitaliza­do el Ayuntamien­to, aunque aún no ha llegado a todos los barrios de la ciudad.

“Juntos es más fácil afrontar la vida”, dijo ayer Maria Àngels Belmonte, que puso cara y ojos a la campaña “Mira el teu veí: ves a trobar-lo”. La comunidad de San Egidio, que también busca voluntario­s que echen una mano en geriátrico­s, ha visto el futuro. Sabe que “el aislamient­o social mata” y lucha para poner remedio. Por eso, y porque su presente será nuestro mañana, pide que protejamos a nuestros mayores.

‘Viejo’ es una palabra maravillos­a en África, donde se pronuncia con respeto; aquí es un término peyorativo Pero los viejos no son un problema, sino un recurso: el 70% cuida de sus nietos y son canguros insustitui­bles

 ?? XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO ?? Una pareja de abuelos pasea con uno de sus nietos, en Barcelona, a la salida de la guardería
XAVIER GÓMEZ / ARCHIVO Una pareja de abuelos pasea con uno de sus nietos, en Barcelona, a la salida de la guardería

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