Una serie animada incorpora un joven con síndrome de Down
El personaje de ‘Una casa de locos’ ha sido doblado por Joan Sorribes
CJ Casagrande es un adolescente de trece años que siempre tiene ganas de jugar, de reírse y tiene la capacidad innata de relajar situaciones tensas. Sería un personaje más de una serie de dibujos animados si no fuera porque es uno de los primeros personajes con síndrome de Down que aparecen en una serie animada. El canal de televisión infantil Nickelodeon estrena mañana a las 21.05 horas un episodio especial de Una casa de locos, una de sus series más populares, en el que se incorpora este personaje y que ha sido doblado al castellano por Joan Sorribes, actor que también tiene esta discapacidad intelectual.
El protagonista de la serie es Lincoln, el único niño de la familia Loud que debe convivir con sus diez hermanas. En este capítulo también aparece la familia Casagrande, uno de cuyos miembros es precisamente CJ, quien con su situación rompe una lanza a favor de la integración de los discapacitados intelectuales en el mundo de la ficción animada. Hasta ahora sólo había un par de casos (la irlandesa
Punky y la argentina Beto, que no han llegado a emitirse en España), pero no cabe duda de que la repercusión será mayor con Una casa de locos (The Loud house es su título original), una de las series de mayor éxito de Nickelodeon Studios.
Joan Sorribes ha sido el encargado de poner voz a este personaje. Conocido por haber participado en la serie Polseres vermelles y en la película Herois, el joven actor catalán explica que cuando le ofrecieron doblar este personaje le encantó la idea “porque nunca había visto dibujitos con alguien con síndrome de Down”. Sorribes comenta la importancia de este personaje: “A mí y a las personas con síndrome de Down nos gusta que en la televisión también salgamos y, como las otras personas, podemos hacer distintos tipos de personaje”.
El actor nunca había hecho doblaje anteriormente y agradece la ayuda que recibió de la directora del estudio. Confiesa que tuvieron que repetir algunas veces, “pero ella me animaba y fue divertido”. Sorribes constató lo difícil que es “empezar y terminar cuando lo hace el dibujo de la pantalla”.
El actor, que en la actualidad trabaja en la recepción de un club deportivo –“donde conozco mucha gente”, explica– ha hecho teatro desde pequeño y siempre se ha sentido atraído por el mundo de la interpretación. Recuerda con cariño su participación en Polseres vermelles y Herois: “Nos hicimos muy amigos con los otros chicos, porque estuvimos durante unas semanas juntos en una casa, y nos lo pasamos muy bien”, comenta.