“Es mucho mejor organizarse que ir por libre”
Responsable del Área de Rehabilitación Urbana y Proyectos de Innovación Residencial de la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda
Zaragoza es una de las ciudades que –como Barcelona– apuesta por la rehabilitación para mejorar y dignificar su parque de edificios. Juan Rubio del Val es uno de los principales impulsores y conocedores de las iniciativas que se han llevado a cabo en la capital aragonesa.
El año 2000 Zaragoza apostó por extender las políticas de fomento de la rehabilitación al conjunto de la ciudad. ¿Por qué?
Nos dimos cuenta que era necesario ir más allá del centro histórico, ya que de los 280.000 pisos que hay en la ciudad, 80.000 tenían más de 50 años. Primero hicimos un estudio pionero que nos permitió realizar un diagnóstico de la rehabilitación a llevar a cabo cruzando datos sociales, demográficos, económicos, etc., de la población residente y del estado de los edificios.
¿Qué les aportan estos datos?
Es importante conocer la edad de un edificio, pero también la de las personas que lo habitan para saber qué necesidades tienen ahora y pueden tener en un futuro. Por ejemplo, la accesibilidad es clave para las personas mayores o familias con hijos pequeños. También nos han permitido conocer el nivel de ingresos, de estudios, o si la finca cuenta con una comunidad de propietarios.
¿Cómo influye que haya una comunidad de propietarios?
Es más fácil y rápido gestionar ayudas cuando los propietarios de un inmueble están organizados que cuando todos van por libre.
¿Qué más destacaría?
La necesidad de trabajar de manera consensuada y coordinada con todos los agentes implicados, y ofreciendo la máxima información a los vecinos porque la gente sigue viviendo en su casa mientras se hacen las obras.
¿Es necesaria más información?
Sí, el ciudadano debe tener toda la información en cuanto a plazos, costes, financiación... y hay que buscar espacios para acercar la gestión al lugar donde se hacen las obras, y no al revés.
Una de las quejas es el exceso de burocracia.
Es necesario que las diferentes administraciones se entiendan para no marear al ciudadano; aquí hemos aprendido mucho de Barcelona, –que supo crear el Consorci de l’Habitatge– a través del cual se gestionan los recursos de las diferentes administraciones. Es muy importante contar con una ventanilla única, como también es importante la viabilidad económica del proyecto.
Saber si las familias podrán pagar la rehabilitación...
Es necesario analizar bien la capacidad de ahorro de las familias, adecuar la financiación a éstas y que las administraciones ofrezcan subvenciones. En las ayudas –y en todo el proceso de rehabilitación– es muy importante el acompañamiento social y administrativo: es imprescindible una buena gestión, y que los vecinos se sientan acompañados en todo el proceso.
¿Cuáles son los principales problemas con que se encuentran?
Solucionados los problemas de financiación, el principal problema es el de la inadecuación de la normativa municipal. Hay que hacer una relectura de la normativa de edificación en clave de rehabilitación para que no se den paradojas como que no puedes poner un aislamiento de ocho centímetros porque sobresale de la alineación que marca la normativa... Es necesario adecuar las normativas municipales a la nueva política de rehabilitación, y en clave de ciudad sostenible.
¿Rehabilitar para mejorar la calidad de vida o como inversión?
A corto plazo la rehabilitación permite una mejora de la calidad de vida e introducir medidas de ahorro energético, y a largo plazo es una inversión. Un claro ejemplo son los ascensores.
“Antes de rehabilitar, es importante conocer la edad de un edificio y la de las personas que lo habitan” “Es necesario adecuar las normativas municipales a la nueva política de rehabilitación sostenible”