El peso del juego limpio
El límite salarial que marca LaLiga lastra la progresión deportiva del Espanyol
Patada a seguir. Ese era el concepto que en la jerga de los gestores financieros definía a la perfección lo que era la economía del Espanyol ejercicio tras ejercicio hasta la llegada al club de Rastar Group y Chen Yansheng. Deuda, créditos, pagarés y avales eran los mecanismos habituales para sacar adelante unas cuentas plagadas de salvedades de los auditores en las juntas de accionistas. Tras un ejercicio completo bajo su gestión y una inversión cifrada en 140 millones de euros –en torno a 25 de ellos destinados a la compra de acciones–, el Espanyol sigue maniatado por una deuda que lastra los parámetros de fair play financiero que marca LaLiga, en especial al techo salarial de la plantilla.
A la espera de que esta misma semana el gestor de la competición entregue a los clubs sus límites, desde la entidad no hay demasiado optimismo. Si el año pasado pudo casi doblar esta masa salarial desde los 21 millones a los 40 que reflejaron las últimas cuentas, este año el incremento rondará los 10 millones. Una cantidad insuficiente para acometer los fichajes que exigiría entrar en la elite de la Liga. Sobre todo teniendo en cuenta que el club ya tuvo la pasada pretemporada que volver a tirar de las “fórmulas imaginativas” de antaño firmando contratos progresivos cuyas mejoras ya se comerán buena parte de este incremento. Es el caso de los contratos de Hernán Pérez, Víctor Sánchez y, en menor medida, Javi López. A ello se suman las fichas de Piatti y Diego López que ahora deberá afrontar el Espanyol, además de la de Sergio García, que en unos días se convertirá en el primer refuerzo de la nueva campaña.
La única forma de aligerar esta mochila pasa por deshacerse de los jugadores con fichas más altas. Bajo un criterio estrictamente deportivo eso cuenta más que vender mejor o peor, ya que su afectación sobre el límite salarial es inmediata. De ahí que tras liberarse de José Antonio Reyes o Demichelis, los descartes más interesantes sean ahora los de otros jugadores con fichas elevadas como Roberto, quien ya ha negociado con el Málaga, o Caicedo, por más que el club no está dispuesto a deshacerse de él a cualquier precio.
A medio plazo, la solución no es otra que reducir la deuda al ritmo más rápido posible. En el primer ejercicio cerrado por Chen la rebaja de la deuda neta, la que utiliza LaLiga para establecer sus parámetros de juego limpio, ha ido de los 133 a los 110 millones (de 191 a 143 en el caso de la deuda bruta). Aunque buena parte de la inversión de Rastar se ha transformado en créditos que abundan en el problema. El Espanyol supera sin problema los otros parámetros de fair play. Sus ingresos se ajustan a las exigencias del gestor, la reducción de gastos no deportivos supera el mínimo exigido, no tiene obligaciones con acreedores acogidos a la ley concursal, no presenta pérdidas, la diferencia entre ingresos y gastos relevantes es positiva y los gastos asociados a la primera plantilla no alcanzan, ni de lejos, el tope del 70% de los ingresos.
Eso sí, la deuda neta supera, y hasta ahora duplica, los ingresos de la temporada. Por más que el club blanquiazul prevé presentar de cara al próximo ejercicio un presupuesto con 80 millones de ingresos y se acerque a una deuda que costará aún varios ejercicio para rebajar.