El líder del PSOE se abre al deshielo con Iglesias tras la moción de censura
Los dos dirigentes reanudan el contacto y se emplazan a una próxima cita
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, tiene como gran objetivo de su nuevo mandato construir una mayoría social alternativa que acabe echando de la Moncloa al líder del PP. Piensa que Mariano Rajoy va a intentar alargar esta legislatura todo lo posible, aunque está seguro también de que no se volverá a presentar como candidato del PP a las próximas elecciones generales. Mientras tanto, Sánchez quiere empezar ya a construir una mayoría parlamentaria alternativa que prosiga la labor de desmontaje de las políticas a su juicio más nocivas de los cinco años de mandato de Rajoy. Y para ello considera fundamental, en primer lugar, fraguar un entendimiento con Pablo Iglesias, como líder de la tercera fuerza política del país.
Sin prisa, pero sin pausa. La portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, reveló ayer que Iglesias, una vez concluido el debate de la moción de censura contra Rajoy, contactó con el líder del PSOE. Un primer “intercambio de impresiones”, dijo. En realidad, sólo fue un breve intercambio de mensajes telefónicos, en el que ambos se agradecieron el tono en el debate de la censura. Pero ya aprovecharon para emplazarse a reanudar el diálogo y tener una próxima cita, después de que el PSOE culmine este fin de semana su congreso. El equipo de Sánchez confirmó después que el líder del PSOE recibió un mensaje de Iglesias, “al que respondió con cortesía”. No le suele gustar a Sánchez que Iglesias busque llevar la iniciativa en su relación, y máxime tras los desencuentros sufridos en la anterior legislatura en la que el líder de Podemos, finalmente, impidió su investidura como presidente del Gobierno.
Pero con el regreso de Sánchez al liderazgo del PSOE, ahora se abre un tiempo nuevo. Y, al menos por parte del nuevo equipo de Ferraz, quieren explorar la posibilidad de fraguar un entendimiento con Podemos. A nadie en el PSOE se le escapa el cortejo del que ahora son objeto por parte de Iglesias. Pero Sánchez y su portavoz parlamentario en el debate de la censura, José Luis Ábalos, celebraron el “cambio de tono y actitud” que mostró Iglesias durante la sesión. Y lo agradecieron. “Mejor eso a que nos insulte”, ironizaron, en referencia a las tensiones sufridas cuando el líder de Podemos les echó en cara “la cal viva”, en referencia a Felipe González y la guerra sucia de los GAL.
Que Iglesias, concluido el debate con Ábalos, fuera a su escaño a darle la mano fue muy valorado. Lo entendieron como un primer gesto para empezar a superar las “hostilidades y desconfianzas” de la pasada legislatura. Un posible borrón y cuenta nueva para dar por superados los agrios desencuentros del pasado, aunque sin olvidar, claro está, que los dos partidos compiten por buena parte del mismo espacio electoral. “Lo que puede dar de sí esta relación ya se verá”, dicen, cautos, en el equipo de Sánchez.
Por lo pronto, piensan, donde tiene que empezar a fructificar este entendimiento es en el Parlamento. En las propuestas que los socialistas están cocinando en el Congreso contra las políticas del PP, en las reprobaciones de los ministros registradas, en las comisiones de investigación en curso. Y también, y no es cuestión menor, ante las iniciativas que están elaborando para ofrecer una respuesta a la situación de Catalunya. Un entendimiento que el equipo de Sánchez considera inevitable para acabar desalojando a la derecha de la Moncloa. En Ferraz piensan, así, que a Podemos “no le quedará otra” que buscar ese entendimiento, y que se hará cada vez más evidente a medida que el PSOE recupere, como aseguran que ya está recuperando, el pulso electoral y la intención de voto.