El futuro (del cine) es mujer
Las directoras catalanas copan premios y esperanzas
Tras años de olvido, la marea del cine catalán eleva las mujeres al primer plano. No es que salgan del armario; nunca estuvieron dentro. Pero algo está cambiando: las cineastas ganan visibilidad y momento. Lo dicen los datos: hoy se estrena Júlia
ist, de Elena Martín, y la próxima semana Estiu 1993, de Carla Simón, reconocida en el pasado festival de Berlín como la mejor ópera prima. El filme de Simón lo produjo Valérie Delpierre, cuyo nombre también está detrás de Los desheredados, de Laura Ferrés, la única participante española en el pasado Cannes. El corto, producido por Delpierre, fue reconocido con el premio Descubrimiento en el festival. El 30 de junio se estrena Brava, de Roser Aguilar...
Pero hay más: en el mismo Cannes Variety señala diez cineastas que marcarán el futuro del cine catalán. Tanto Elena Martín como Carla Simón están entre esos nombres, como lo están Neus Ballús, Meritxell Colell y Ángeles Hernández. Las productoras Marta Ramírez y la citada Valérie Delpierre, catalana a todos los efectos, figuran entre las elegidas. En total, siete mujeres para el futuro junto a tres hombres: David Victori, Lluís Quílez y Carlos Marques-Marcet. ¿Qué está pasando aquí? “Nada anormal”, dice Delpierre. “Tan sólo que el cine necesita otra mirada y las mujeres la podemos proporcionar. No creo que la situación sea el resultado de una discriminación que ahora se acaba, no. Es otra cosa. Quizá tan sólo que hay más mujeres determinadas a ser directoras, formadas para serlo y de- cididas a serlo”, dice esta productora instalada en Barcelona “por amor a la ciudad”.
En la pasada edición de Cannes, el mayor escaparate del cine mundial, el tema de las cineastas ocupó un lugar central. Tras décadas de ostracismo, ellas salen a la palestra. ¿Será un espejismo?
Dejemos hablar a Jake Gyllenhaal, protagonista de Okja, la película de la discordia, producida por Netflix y denostada por Almodóvar porque nunca se estrenará en salas. Pero Gyllenhaal habla de otra cosa, de sus colegas femeninas. “Estoy profundamente convencido de la superioridad de las mujeres a la hora de hacer cine”, afirma. ¡Guau! Esto es convicción. ¿Es tal convicción el resultado de la presencia de Sofia Coppola, reconocida como la mejor directora del certamen? ¿De ella y de la japonesa Naomi Kawase y Lynne Ramsey, todas ellas en competición? A su lado elevan su voz Jane Cam-
FUTURO ‘Variety’ elige siete mujeres entre los diez nombres para el futuro del cine catalán
PRESENTE Sólo un 16 por ciento de los proyectos del 2016 tuvieron una cineasta detrás
pion, Palma de Oro por El piano , la única mujer que ganó el máximo premio en 70 ediciones, y también Diane Kruger y Robin Wright. “Creo que las cosas están cambiando para mejor”, dice Kruger.
Aunque detrás de la euforia del momento permanecen las estadísticas, señala Nikole Kidman. La australiana llama la atención: “Aunque todo parezca diferente desde aquí, desde Cannes, en realidad no lo es”. Y añade: “En el 2016 tan sólo el 4,2 por ciento de las películas de Hollywood tuvieron una directora detrás (según los datos de Women in Film Group), y de los 4.000 episodios de televisión, 183 nada más tienen una mujer detrás”.
En Catalunya los datos dicen algo parecido. Según CIMA Catalunya, asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales, sólo el 16 por ciento de los proyectos cinematográficos del pasado 2016 fueron dirigidos, escritos o producidos por mujeres. En ese sentido, sí, vivimos un espejismo. Para Emilio Mayorga, de Variety, “cada vez está más y mejor acreditado el talento femenino, pero las posiciones ejecutivas y creativas del cine catalán –productor, director– siguen dominadas por los hombres, como en realidad ocurre en todos los sectores y en todas las cinematografías. Sólo el género documental parece estar en manos femeninas”, señala. Hay expectación por ver Wonder
Woman, la primera gran producción de Hollywood en muchos años protagonizada por una superheroína (Gal Gadot), que tiene la particularidad de haber sido dirigida por una mujer, Patty Jenkins. Su anterior trabajo fue Monster (2004), que le valió el Oscar a Charlize Theron en el 2004. Desde entonces Jenkins no había vuelto a rodar. “Ser mujer quizá haya influido para que los estudios no estuvieran interesados en mis proyectos”, declaraba recientemente la cineastaa The New York Times. Jenkins insiste en que ha creado una heroína vulnerable, y eso no tiene que ver con el género. La crítica ha destacado de Wonder Woman precisamente su mirada diferente. Tanto, que hay una cadena de cines norteamericana, los Alamo Drafthouse, que organiza sesiones de la película de Jenkins sólo para mujeres.
Dicen que llenan.