Teoría conspiranoica sobre Eleanor
París puede esperar Dirección: Eleanor Coppola Intérpretes: Diane Lane, Alec Baldwin, Arnaud Viard, Producción: EE.UU., 2016. 92 m. Paris can wait.
Se podría decir que Eleanor Coppola, la matrona de la familia Coppola, ha realizado, para su debut en la ficción, una obra de una insoportable levedad, poco cautivadora, por momentos disuasoria...
Pero hay más, mucho más si uno presta atención. De entrada este
París puede esperar es un Dos en la carretera por el sur de Francia con dos protagonistas: una dama sin apuro ninguno, encantadora y segura de sí misma (Diane Lane), y Jacques (Arnaud Viard), un tipo que te hace dudar: por un lado parece una promesa de Pierre Nodoyuna, o sea, un melifluo francés de dibujo animado que arrastra a la dama en cuestión. Pero no la arrastra por el barro y la perdición, no. La lleva por todos los restaurantes con estrella Michelin que encuentran en su viaje entre Cannes y París, o eso parece, y por todos los rincones pintorescos de la zona, que son muchos y muy variados. Disfrutando ambos de la joie de vivre y poco más.
La dama, para más datos, está casada con un gran productor de cine (Alec Baldwin) que, tras el festival de Cannes, la abandona en manos de este aparente inofensivo gourmet y chauffeur, socio suyo en no se sabe qué negocios. Pero si nos miramos la cosa por el lado conspiranoico, a la manera de Quentin Tarantino con Top Gun –un clásico insulso que el director de Reservoir dogs reinterpreta en un impagable vídeo (YouTube) como la lucha de un hombre (Cruise) contra su homosexualidad latente–, entonces la cosa es mucho más jugosa.
Porque, a ver, si pensamos que el productor (Baldwin) es un poco su propio marido, Francis Ford, el patriarca del clan Coppola, entonces, bajo la superficie plana de este productor que es Baldwin uno intuye mil mundos oscuros y traiciones sin fin. Es así: Baldwin invita a tal interpretación. Y luego el personaje francés en las efectivas manos de Viard. Un psicokiller en potencia a punto de estallar, parece. Abundan, además, los momentos que parecen premoniciones, augurios, amenazas, dobles sentidos, se habla de un hijo muerto...
Vista así París puede esperar es otra película, algo mucho más serio y más interesante: la venganza de Leonor contra una vida cocinando espaguetis para Sofia, Francis Ford y los demás del clan.