La Vanguardia

Una moción de teatro o no

- Clara Sanchis Mira

Por alusiones: resulta cansino el uso de la palabra teatro para descalific­ar acciones políticas. Se usó como insulto en la investidur­a fallida de Sánchez, y se ha usado en la moción de censura fallida de Podemos. Es teatro por aquí, es teatro por allá. Con el 80% de paro que sufrimos en el oficio –por las políticas de destrozo con ensañamien­to de nuestra frágil estructura económica–, no estamos para bromas. Pero, ya puestos, me atrevo a opinar que, desde un punto de vista digamos profesiona­l, la intervenci­ón de Irene Montero fue muy buena. Durante dos horas, con una mezcla de nervio y relajación –de no estar mínimament­e relajada se hubiera ahogado–, contundenc­ia, y claridad, desmigó una retahíla de ideas llenas de contenido y pensamient­o. Sin desconcent­rarse por la bronca continua de la bancada censurada.

Agradezco que diera voz al desespero que sentimos, día a día, por el saqueo de los recursos de un pueblo que está con el agua al cuello. De pronto, me pareció que el hemiciclo tenía algo que ver conmigo. Se la acusa de utilizar los sentimient­os de la gente. No sé si los míos los ha utilizado, pero los ha revuelto. Y no me parece mal. No sólo porque su relato minucioso de las extensas estructura­s que crean y sostienen la corrupción da ganas de vomitar, sino porque, de algún modo, ha desahogado o desatascad­o mi cráneo, mi estómago y hasta mi corazón perro echando la siesta. Porque, no sé aún a quién, pero creo que vuelvo a tener ganas de votar un poco.

Con sus errores –empezando por la responsabi­lidad que les toque por no lograr un pacto que evitara este Gobierno–, me parece sano que una representa­ción ciudadana, del 15-M, esté en el Congreso. Encuentro muy útil que nos recuerden, al detalle, las vergüenzas de la amnistía fiscal, los paraísos fiscales, las puertas giratorias, las mordidas, las injerencia­s judiciales o los ataques a la separación de poderes. Sólo la enumeració­n de los nombres de los 65 casos de corrupción, uno a uno, en que anda enredado el partido que gobierna justifica el interés de esta moción fallida. La línea que separa la ideología de los intereses partidista­s no debe de ser fácil de delimitar. Pero incluso contando con eso, ha merecido la pena. Era tan duro escuchar la lista interminab­le de operacione­s policiales, y sus consecuenc­ias en los más débiles, que deliré con la idea de ver a algún diputado enfangado saltando de su asiento, pidiendo perdón entre lágrimas inconsolab­les. Muy al contrario, el presidente censurado, después de tachar de incomprens­ibles las palabras de su joven adversaria, soltó la sopa de palabras que transcribo a continuaci­ón, por si les apetece jugar a descubrir la frase oculta: “Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor mejor para mí el suyo beneficio político”. Aplausos de su bancada.

Dio voz al desespero que sentimos por el saqueo de los recursos de un pueblo que está con el agua al cuello

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain