Heroína del ‘roaming’, villana excomisaria
NEELIE KROES IMPULSÓ LA NORMATIVA PARA ACABAR CON LOS RECARGOS POR USAR EL MÓVIL EN EUROPA, PERO SU RECORRIDO POSTERIOR SONROJA A LA COMISIÓN EUROPEA
Kroes ignoró las presiones de las empresas y abogó por el final del ‘roaming’, sin cortapisas
Una filtración reveló que la holandesa dirigía una ‘offshore’ que no declaró cuando era comisaria
El panteón de los héroes de los diez años de batalla para acabar con el roaming –los sobrecostes por usar el móvil dentro de la Unión Europea– tiene varios nombres grabados en mármol. Destaca entre ellos Neelie Kroes, la holandesa que relevó a Viviane Reding como comisaria europea de Telecomunicaciones en el 2010. Pero estos días nadie la reivindica. La heroína del roaming se ha convertido en una herencia incómoda de la comisión Barroso. La investigación del Bahamas Leaks reveló que Kroes dirigía una empresa offshore de cuya existencia nunca informó al ejecutivo comunitario y, tras trabajar 10 años para la UE, ha roto su promesa de no volver al sector privado y se ha puesto a sueldo de empresas estadounidenses, Uber entre ellas.
Miembro del partido liberal holandés, Kroes (Rotterdam, 1941) fue elegida diputada por primera vez en 1971. Entre 1977 y 1989, fue secretaria de Estado y luego ministra de Obras Públicas, Transportes y Gestión de Aguas. En los años 90, Kroes dejó la política para lanzarse de lleno al sector privado, donde pasó por los consejos de administración de decenas de compañías: navieras, financieras, tecnológicas y multinacionales como McDonald’s o Volvo.
Su conocimiento del sector privado fue su mejor –y, a la vez, peor– tarjeta de visita cuando en el 2004 fue nombrada comisaria europea de Competencia por José Manuel Durão Barroso. Tuvo que dejar algún dossier para evitar potenciales conflictos de intereses pero pronto destacó por su firmeza, en especial por su lucha contra los cárteles. Steely Neelie, se la llamaba (Neelie de acero). En el 2010, asumió la cartera de Telecomunicaciones y el dossier del roaming. Ignoró las presiones empresariales y se puso del lado de los consumidores. No se conformó con seguir pidiendo rebajas en las tarifas por hacer y recibir llamadas o navegar con el móvil por internet al salir al extranjero, como se había hecho hasta entonces. La única solución, reclamó, es “acabar completamente con el roaming”. Escarmentados por las elevadas facturas que recibían a la vuelta de las vacaciones, nueve de cada diez usuarios decía haber limitado el uso del teléfono móvil al viajar por Europa. “Hay que acabar con eso”, se propuso Kroes.
Los gobiernos europeos se solidarizaron con las preocupaciones de las grandes operadoras de telefonía y Kroes tuvo que matizar su propuesta. Pero la dirección estaba marcada y en las negociaciones con el Parlamento el final del roaming se convirtió en una causa común. En las elecciones europeas del 2014 se presentó como una de las muchas cosas que la vilipendiada Europa hace por sus ciudadanos. Finalmente, fue el nuevo presidente de la Comisión Europea, JeanClaude Juncker, quien dio el empujón definitivo a la medida, que se ha hecho realidad esta semana.
Bruselas no ha reivindicado sin embargo a Kroes como heroína de la exitosa batalla. Entre las numerosas empresas para las que declaró haber trabajado antes de ser comisaria, no figuraba una offshore de la que fue directora hasta el 2009, creada por Emiratos Árabes Unidos para adquirir acciones de Enron . Su existencia sólo se conoció en el 2016 gracias a una investigación periodística. Juncker le pidió explicaciones pero zanjó el caso con una reprimenda en lugar de llevarlo a los tribunales, a pesar de que esa actividad era incompatible con su cargo.
Cumplido el plazo de enfriamiento mínimo, dos años y medio después de su salida de la Comisión, Kroes se ha olvidado de sus promesas y trabaja como consejera del Bank of America Merrill Lynch, es miembro del consejo de administración de Salesforce y consejera de Uber. La holandesa defendió públicamente y con entusiasmo a la empresa americana poco antes de dejar de ser comisaria. La sombra de los posibles conflictos de intereses ha eclipsado los triunfos pasados.