La bomba del eucaliptal luso
Portugal ha ardido este siglo más que España pese a que su territorio es 5,5 veces inferior
LA REFORMA PENDIENTE El Gobierno aprobó en marzo una moratoria para frenar el avance del eucalipto
MEDIOS DEFICIENTES En el bosque luso son frecuentes los fuegos que se descontrolan al no apagarse rápido
En lo que va de siglo en Portugal han ardido según las cifras oficiales 2,2 millones de hectáreas de bosque, una cantidad que supera a la de los 1,9 millones de hectáreas calcinadas en España, Estado que ocupa un territorio 5,5 veces mayor La desproporción se explica por el mayor impacto relativo de la producción lusa de eucalipto y por los menores medios disponibles para combatir el fuego.
Portugal, que tiene el 15% de la superficie conjunta de los dos países vecinos y sus respectivos archipiélagos, ha sufrido en esta centuria el 53% de la devastación por los fuegos forestales, medida en la cantidad total de terreno ardida, aunque puede ser que en algunos casos se trate de siniestros registrados en años distintos en el mismo escenario.
Y es que la reiteración es una constante de las recurrentes crisis incendiarias en Portugal, como también sucede en la vecina Galicia, con la que comparte el inmenso eucaliptal que se extiende casi sin interrupción por la fachada atlántica peninsular. Se trata de una repetición de los debates políticos y sociales sobre las causas de los siniestros, de las recetas para la siempre pendiente reordenación racional del monte y de las impactantes imágenes de las llamas y del sufrimiento de los afectados en cada catástrofe.
De la última no se ha cumplido ni un año. Fue la de la pavorosa noche del 10 de agosto de 2016 de Funchal, la capital de la región autónoma de Madeira, cuando las llamas se internaron dentro del casco urbano, quemando casas, en medio de las explosiones de los depósitos de combustibles.
Las 160.490 hectáreas ardidas según balance provisional de los incendios forestales de 2016 en Portugal indican que el pasado fue un mal año, con el peor regis- tro desde 2005, cuando se quemaron 339.089 hectáreas, cifra que todavía está por debajo del terrible récord de 425.839 de 2003. El mínimo se alcanzó en 2008, con 17.565 hectáreas, y en 2014, con 19.930. Las oscilaciones suelen coincidir con lo seco o lluvioso que resulte el verano, aunque tampoco han faltado las polémicas sobre los efectos de los recortes presupuestarios y por el hecho de que el 90% del personal contraincendios sea voluntario.
“Ahora mismo no es el momento de hablar del bosque pero hay que hacerlo” afirmó en la noche del sábado el presidente de la Liga de Bomberos Portugueses, Jaime Marta Soares. Ayer por la tarde abogó por de la necesidad de afrontar una auténtica revolución forestal, con un parcelación racional del monte, dejando espacios libres y formando un “mosaico” de especies.
Se trata de un cambio a largo plazo por el que se apuesta en la reforma del sector forestal aprobada el 21 de marzo, en el día internacional de los bosques, por el Gobierno, que previsiblemente la utilizará como escudo ante las críticas por los fallos del dispositivo en Pedrógão. La reforma forestal tiene como medida estrella la moratoria para impedir que siga creciendo de aquí al 2030 la superficie de eucalipto.Desde 1995 hasta 2010 pasó de ocupar 717.000 hectáreas a 811.000, para llegar al 26% del total, como la primera especie. El abandono rural contribuye a que el bosque luso sea en verano una bomba lista para explotar. Frente a ella Portugal acostumbra a mostrar una falta de medios, con un dispositivo que, con excepciones como la de 2006, se muestra menos eficiente que el de la vecina Galicia, al contar en comparación con menos capacidad de respuesta para controlar los incendios cuando se inician. Así, en Portugal se presenta a veces el grave riesgo de que se unan varios fuegos de gran tamaño.