La Vanguardia

Recuperar la memoria

- Enric Sierra

BComú ha fichado como asesores a figuras de la época de Maragall para recuperar su legado político

El perseveran­te Ferran Ferrer Viana, uno de los integrante­s de la sala de máquinas del Ayuntamien­to de Barcelona durante muchos años y director del plan “Barcelona posa’t guapa” desde sus inicios en 1985 hasta el 2001, logró la semana pasada una foto entrañable y a la vez muy complicada de conseguir. Juntó sobre un escenario a los alcaldes de Barcelona Pasqual Maragall, Joan Clos, Jordi Hereu y Xavier Trias. Faltaban Narcís Serra y Ada Colau, el primero en horas bajas por su imputación por el agujero económico dejado en Catalunya Caixa y la segunda porque está de baja maternal.

Fue un acto de recuerdo pero con poca nostalgia porque, como se encargó de explicar Joan Clos, los tiempos pasados del Ayuntamien­to fueron peores en el sentido económico. A diferencia del Consistori­o actual, que nada en la abundancia, los ayuntamien­tos de Barcelona de los años ochenta y noventa tenían poco dinero y para impulsar grandes proyectos necesitaba­n de la ayuda de administra­ciones superiores, como se vio en la preparació­n de los Juegos Olímpicos, o a través de la colaboraci­ón público privada. Había que ser imaginativ­os.

La teniente de alcalde Janet Sanz, que representa­ba a Colau, escuchaba con atención lo que contaban los viejos ocupantes del principal despacho consistori­al. Lo hacía porque Sanz que ahora tiene 33 años, era un bebé cuando empezó a gobernar Maragall. Hay mucho respeto e incluso veneración en el gobierno de Colau por el legado del alcalde olímpico. Tanto es así que algunos de los pesos pesados de BComú han fichado como asesores a figuras que estuvieron trabajando en la época maragallan­a y conservan en el recuerdo cómo se gestaron muchas de sus iniciativa­s.

Me lo reconocía hace poco uno de los dirigentes municipale­s de los comunes que tampoco vivió los tiempos de quien años más tarde se convertirí­a en el primer presidente socialista de Catalunya en democracia: “Necesitamo­s recuperar esa memoria”. Entre otras razones, me contaba, para no quedar en ridículo al plantear iniciativa­s en forma de novedad cuando, en realidad, ya las propuso Maragall. La ciudad sí tiene memoria y los comunes no pueden aparecer como los inventores de la rueda.

Hay una cierta disputa por reivindica­r la obra y figura de Maragall entre los dos socios del gobierno municipal. Por un lado, están los nuevos representa­ntes del PSC, el que fue partido de Maragall y tantos dolores de cabeza le provocó. Y por otra parte, están los comunes, que, conocedore­s del mal final que tuvo la relación del exalcalde con los socialista­s, intentan apropiarse de su legado político.

Es curioso. Maragall asistió al acto que convocó Ferrer Viana y se divirtió oyendo las anécdotas que contaban Clos y Hereu. Incluso llegó a bromear con la peculiar manera de pronunciar la palabra “Jocs” (“xocs”) de Xavier Trias. No ha perdido su sentido del humor. Su enfermedad nos impedirá saber a quién preferiría otorgar el liderazgo de su legado. Pero habiéndolo conocido, no tengo dudas sobre a quién concedería esa confianza.

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