El centro abandonado
Rajoy da por concluida la tregua que mantenía por el proceso congresual del PSOE
El portavoz del PP, Pablo Casado, considera que la tregua del congreso socialista ha terminado y dedica una tromba de críticas a Pedro Sánchez, al que presenta como un radical de izquierdas.
“La tregua se ha terminado”. Fue toda una declaración formal, por boca del portavoz del PP, Pablo Casado, que concretó las críticas a Pedro Sánchez que le dedicaron durante toda el día de ayer el PP, una vez terminado el 39.º congreso del PSOE. Críticas por doquier y un reconocimiento: “No nos ha gustado nada el Sánchez visto ayer (por el domingo)”. El PP presumía de que había mantenido un escrupuloso respeto durante todo el debate precongresual en el PSOE, pero ahora “la tregua se ha terminado”.
Lo hacen tras ver a un Pedro Sánchez que consideran más radical, más extremista, sobreactuado, estridente, que protagonizó una intervención, en su opinión, llena de insultos hacia el PP que los populares no quieren pasar por alto. Para el PP la conclusión es clara: “Nos ha dejado todo el centro político a nosotros”, olvidándose de la existencia de Ciudadanos.
Empezó el propio Mariano Rajoy a primera hora de la mañana, en la presentación de Cristina Cifuentes en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum. No citó a Sánchez, pero a buen entendedor le sobraron las palabras que pronunció: “Hay que dejar de lado el extremismo, el griterío, la radicalidad, la falta de moderación, la crispación, porque no sirven para nada, con eso no se construye nada”. Frente a eso, Rajoy dibujó un PP reflejo de “concordia, tranquilidad, mesura, moderación”.
El PP, pues, no concedió a Sánchez ni los cien días que por lo menos antes se daba a quien era designado para un cargo. Ayer no: “Sánchez se ha instalado en el extremismo”, que los populares vieron reflejados no sólo en las palabras del propio Sánchez contra el PP, sino en el canto de La internacional al término del congreso del PSOE y “la cantidad de banderas republicanas” que había en el Ifema, y ninguna constitucional, en contra de la gran bandera rojigualda que desplegó Sánchez cuando fue designado candidato en la anterior ocasión.
Radical y extremista en todo su discurso, según el PP, pensando sólo en acabar con las reformas realizadas, pero sobre todo en el tema territorial, hasta el punto de que Casado recomendó a Sánchez “escuchar más a (Alfonso) Guerra y menos a (Carles) Puigdemont”. El discurso de Sánchez en la clausura del congreso del PSOE le dio al PP la sensación de que “volvemos a la época de Zapatero”, porque “hace lo mismo”.
Y ese “lo mismo” es para el PP muy grave: “jugar con la ambigüedad en pleno desafío soberanista”. Porque la fórmula de la pluralidad como solución a las demandas de Catalunya que propuso el congreso del PSOE no convence al PP, y menos cuando a la vez se proclama la unidad de España y de la soberanía nacional. “No se puede soplar y sorber”, fue la respuesta que dedicó el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, al PSOE. “Si la soberanía nacional es una y España una, ¿ en qué nación reside la soberanía nacional, ¿qué serían las naciones?”, se preguntó el dirigente popular. Y sobre todo, “¿cuáles serían las naciones?”.
La conclusión a la que llega el PP es que Sánchez, como hacía antes, se esconde detrás de “un debate semántico” y se inventa “esa cursilada” –la de la plurinacionalidad– “para intentar agradar” y lo proclama “como un eslogan o un barniz estético”. El PP sostiene que la cosa es muy seria y teme que con esas ambigüedades o coqueteos “vuelva meternos en un lío importante”, lo mismo que hizo el expresidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero con aquello de que aceptaría cualquier cosa que aprobara el Parlament de Catalunya.
Y más le preocupa aún a Rajoy los ejemplos que han elegido los dirigentes socialistas para explicar la plurinacionalidad que proclaman junto a la unidad de España y a la soberanía nacional, defendiendo una “plurinacionalidad a la boliviana”.
Frente a ese “jeroglífico”, Pablo Casado presentó a un PP “que tiene muy claro lo que es España”, y que defiende “la unidad de España y la soberanía nacional”, que los populares defenderán “acompañados o solos”.
Con esta definición propuesta por los socialistas, el PP ha encontrado una vía de ataque el primer día en que el PSOE se supone que irá a por el PP por todos los medios a su alcance, como también proclamó Sánchez. Una vía que le lleva a afirmar que el PSOE de Sánchez “se ha instalado en la equidistancia para tapar su ausencia de principios y de claridad”. Según el PP, Sánchez ha convertido al nuevo PSOE en un partido “lleno de problemas, pero de problemas que son de diván”, sin que los socialistas se hayan dado cuenta –dijo Casado– de que esas posturas fueron las que provocaron “su caída electoral”.
Los populares piden a los socialistas que escuchen “más a Guerra y menos a Puigdemont”
“No se puede jugar a la ambigüedad en pleno desafío soberanista”, responde Casado sobre la plurinacionalidad