Estrasburgo condena a Rusia por su ley de “propaganda” homosexual
La ley rusa que “prohíbe la propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales entre menores de edad”, y que tanta polémica creó tras su aprobación en el 2013 es “discriminatoria”, según la sentencia que emitió ayer el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. Según la Corte, esta legislación viola los derechos de los homosexuales a la libertad de expresión.
El caso llegó a Estrasburgo de la mano de tres activistas rusos de la causa LGTB, Nikolái Báyev, Alexéi Kiseliov y Nikolái Alexéyev, detenidos y multados en varias ocasiones en aplicación de esta ley, entre otros motivos por haber desplegado delante de una biblioteca infantil una pancarta que proclamaba que la homosexualidad es “normal” y no “una perversión”.
La ley vigente en Rusia establece castigos administrativos por hacer propaganda homosexual entre los menores de edad. La norma fija multas de hasta 5.000 rublos (75 euros). Si la propaganda tiene lugar en internet, el máximo aumenta hasta los 100.000 rublos (unos 1.500 euros), para personas individuales. Si el infractor es una empresa o entidad, puede subir a 15.000 euros.
El Tribunal de Estrasburgo dio ayer la razón a los demandantes y proclamó que fueron víctimas de una violación de su libertad de expresión y de discriminación. Así que condenó a las autoridades rusas a pagar como compensación moral 8.000 euros a Báyev, 15.000 a Kiseliov y 20.000 a Alexéyev. El Gobierno ruso “no ha demostrado cómo influye la libertad de expresión sobre las cuestiones LGTB para desvalorizar y dañar a las ‘familias tradicionales’ existentes o actuales, o cualquier otra manera de poner en peligro su futuro”, dijeron los jueces. Según se lee en la sentencia, la medida “no sirve para defender el objetivo legítimo de la protección de la moral” sino que, al contrario, es “contraproducente”.
La sentencia concluye que la citada ley “no define claramente los límites (del delito), y su aplicación ha sido arbitraria”. Añade que “no sirvió a ningún interés público legítimo”, sino que reforzó el estigma y prejuicio y alentó la homofobia. El fallo recibió el apoyo de seis jueces. El magistrado ruso en el Tribunal, Dimitri Dédov, votó en contra.
Como firmante de la Convención Europea de Derechos Humanos y miembro del Consejo de Europa, Rusia está obligada a acatar la sentencia, pero puede recurrir. El Ministerio de Justicia dijo ayer que se están preparando sus “argumentos legales”.
El activista Alexéyev calificó la sentencia como una “enorme victoria para la comunidad LGBT rusa”. También se felicitó Amnistía Internacional. Su subdirector para Europa y Asia Central, Denís Krivoshéiev, hizo un llamamiento “a las autoridades rusas para abolir esta legislación homófoba, poner fin a las prácticas discriminatorias y respetar plenamente el derecho a la libertad de expresión”.