La Generalitat denuncia retrasos de más de 20 años en obras de Fomento
Un informe del Govern destaca la lentitud de las obras de las infraestructuras que el Estado lleva a cabo en Catalunya. En un fino ejercicio de diplomacia Josep Rull, el conseller de Territori i Sostenibilitat, presentó ayer, precisamente el día en que se reiniciaron las obras de la estación de la Sagrera, un informe elaborado por su departamento que pone el acento en los retrasos que acumulan los proyectos promovidos por el Estado en Catalunya. El conseller Rull subrayó que algunas de las obras viarias y ferroviarias que el Estado se comprometió a ejecutar suman ya más de 22 años de demoras.
Algunas de los proyectos afectados son determinantes para el desarrollo de Catalunya. En esta lista de los grandes retrasos están los nuevos accesos del puerto de Barcelona, tanto viarios como ferroviarios y la conexión de la ronda Litoral con la C-32 en Sant Boi de Llobregat, un proyecto incluido en el Plan Delta del año 1995 que se encuentra paralizado desde el 2015 porque cuando se pusieron a construir sobre el terreno el proyecto redactado en los noventa se dieron cuenta de que no estaba adaptado a la normativa vigente de seguridad viaria.
La verdad es que al Ministerio de Fomento no le hizo ninguna gracia que el Govern tratara de sacarle los colores precisamente ayer. Al poco de conocer el informe del equipo de Josep Rull, el Gobierno central recordó mediante un comunicado de prensa que tiene previsto invertir hasta 4.200 millones de euros en infraestructuras, transporte y vivienda entre los años 2017 y 2021.
Fomento también quiso destacar que continúa trabajando a fin de hacer realidad cuanto antes la estación de la Sagrera, que el ministro Iñigo de la Serna constató también ayer los avances de las obras del tramo del cuarto cinturón entre entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls, que el pasado mayo anunciaron un acuerdo que permitirá soterrar las vías ferroviarias a su paso por Montcada i Reixac, que proyectos como la lanzadera al aeropuerto siguen avanzando al ritmo previsto...
En cualquier caso el análisis que realiza el equipo del departamento de Territori arroja pasajes que se antojan sorprendentes. Las obras de la variante de Vallirana llevan alrededor de quince años en construcción, con interrupciones en diversas ocasiones. Si tenemos en cuenta que hablamos de un tramo de 2,4 kilómetros resulta que su ritmo de ejecución está siendo de 160 metros anuales.
Algo similar pasa en la conexión entre la A-2 y la AP-7 en Castellbisbal. El tramo de 2,4 kilómetros se empezó a construir en 2007, actualmente se encuentra paralizado y la última fecha de finalización habla del 2019. El ritmo de ejecución en este caso es de unos 200 metros por año. Lamentablemente, vino a subrayar ayer el conseller Rull en la presentación de este trabajo, este extremo no es ninguna excepción.
Más allá de los ejemplos, el conseller puso cifras al grado de cumplimiento a los protocolos de actuación de hace más de una década. En la red viaria el ministerio de Fomento ha ejecutado el 31% de actuaciones prometidas. En la red ferroviaria, el cumplimiento se reduce hasta el 26%, según los cálculos hechos por la Generalitat.
La red de Rodalies, de hecho, merece un capítulo aparte. Del plan de Rodalies 2008-2015, valorado en 4.000 millones de euros, se ejecutó el 13,5% y de los 306 millones prometidos en el 2014, se ha materializado el 8%. Las grandes obras también se encuentran paradas. El soterramiento de Montcada se ha reactivado pero en Sant Feliu de Llobregat siguen esperando pese a que ya tienen incluso redactado el proyecto constructivo y l’Hospitalet espera una concreción que no llega.