La Vanguardia

Ascot relaja sus formas

La organizaci­ón permite por primera vez a las mujeres vestir un mono en la zona real

- MARGARITA PUIG

Es el cambio más impactante en la etiqueta desde que en 1971 se permitió que ellas llevaran pantalón

Ascot es el torneo hípico más antiguo del mundo. Y pretende seguir siendo, además, el más elegante y exclusivo. Por ello se exige la etiqueta más estricta, en especial a aquellos visitantes que acceden al Royal Enclosure, o cercado real. Es decir, por donde circula la reina Isabel II (a partir de ciertos metros las exigencias se rebajan) los hombres deben lucir frac y chistera, siempre en tonos grises o negros, y ellas, las mujeres, visten falda por debajo de la rodilla o pantalones hasta los zapatos (eso es lo más nuevo: se aprobó en 1971) y sombrero con un diámetro mínimo de diez centímetro­s. Nada de tocados. Pero ahora, y sólo a partir de este año, la zona noble permite una innovación que hace la vida mucho más fácil a las mujeres que no renuncian a la moda porque se permite el jumpsuit ,oloqueeslo mismo, el mono.

En el 2012, los organizado­res de esta competició­n de hípica que se fundó en 1711 en honor a la reina Ana decidieron endurecer las normas. Ascot se había convertido en un circo. Desconoced­ores de los preceptos, muchos confundían la etiqueta con la exageració­n. Para erradicar la vulgaridad con la que en su opinión llegaron a convertir la cita de Ascot en una especie de discoteca, prohibiero­n los escotes excesivos, los tirantes demasiado finos (deben medir al menos dos centímetro­s y medio), mostrar el vientre y el ombligo, no llevar ropa interior y hasta el bronceado artificial.

Al menos en la zona noble. En el resto resulta difícil teniendo en cuenta que durante los cinco días que dura la competició­n el hipóperar, dromo de Berkshire reúne a unos 300.000 visitantes. Se trata de un evento que traspasa lo deportivo y que palpita en todos los rincones de Londres, especialme­nte en los escaparate­s de los almacenes más prestigios­os. Tal es su impacto que incluso hay marcas, como Boss, que diseñan vestidos y trajes para la ocasión. En especial para el día más importante o Día de las Damas, que, como es de es- es también la jornada que más problemas ocasiona a los directivos del hipódromo de Berkshire.

Porque es justo cuando todos quieren destacar y –sobre todo en los últimos años– compartir su hazaña en las redes sociales. Es entonces cuando los atrevimien­tos rozan demasiadas veces ese mal gusto que los organizado­res han querido poner en vereda.

Pero lo que este año ha acaparado toda la atención ha sido esta inesperada aceptación de los

jumpsuits. Que se permita el uso de esa prenda en la zona de etiqueta más estricta ha sido una sorpresa tan grande que incluso ha arrancado titulares en los rota-

tivos británicos más elitistas. Eso ratifica que es, sin lugar a dudas, el cambio estilístic­o más importante desde que en 1971 se incluyó el pantalón en las posibilida­des de etiqueta para las mujeres que asisten a esta cita tan típicament­e británica.

Los organizado­res han explicado que “incluir el jumpsuit en el

dress code (o etiqueta en el vestir) reconoce el gusto por la moda de nuestros visitantes y refleja nuestro conocimien­to de las tendencias de temporada”.

Para que las señoras que pueden acercarse al cercado real vean que realmente va en serio, incluso proponen marcas para facilitarl­es la decisión y la elección de la prenda. De entre las firmas destacadas está la de la neozelande­sa Emilia Wickstead, una de las preferidas de la duquesa de Cambridge (ayer, perfecta con un vestido blanco calado con sombrero a juego, mientras que la reina Isabel II escogió un conjunto en tono pistacho mucho más atrevido, combinado con guantes blancos). También hacen propuestas para las pamelas, y en este caso citan las de Sarah Cant.

Teniendo en cuenta que los monos que proponen cuestan alrededor de 1.000 euros y las pamelas, unos 800 euros, se confirma la teoría de que cada asistente suele hacer un gasto de al menos 400 euros para asistir a las carreras de Ascot.

El uso generaliza­do del chaqué les pone las cosas mucho más fáciles a ellos, pero para las mujeres ni es fácil ni barato elegir qué ponerse en las carreras.

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Sombreros. El protocolo exige que tengan un mínimo de diez centímetro­s de diámetro
DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP Cercado real. La zona noble, o Royal Enclosure, es donde se exige el cumplimien­to riguroso de la etiqueta Sombreros. El protocolo exige que tengan un mínimo de diez centímetro­s de diámetro
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La competició­n de Ascot se ha convertido en un auténtico circo en el que las invitadas compiten con sus sombreros, de manera que la organizaci­ón se ha visto obligada a poner sus normas
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Gallagher, Katy Heavens y Lisa Millar, del
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ALASTAIR GRANT / AP Artistas. Anna Gilthorpe (a la derecha) con Khiley Williams, Meg Gallagher, Katy Heavens y Lisa Millar, del grupo The Tootsie Rollers
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JONATHAN BRADY - PA IMAGES / GETTY
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Cambio de estilo. Los monos (jumpsuit) se aceptan por primera vez en el estricto protocolo de Ascot. Ayer se vieron pocos

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