Ser o no ser Buffon
La mayor promesa que ha alumbrado Italia en los últimos 11 años, desde que la nazionale tocó el cielo en Berlín al ganar el Mundial de fútbol del 2006, no es el delantero Belotti, autor de 26 goles este curso, ni mucho menos el díscolo Balotelli. Ni siquiera el mediocentro Verratti, pretendido por el Barça, o la zurda de Bernardeschi. Tampoco uno de los muchos defensas, pese a que siempre hay donde elegir (Conti, Spinazzola, Rugani...). En Italia siempre se ha jugado un fútbol eminentemente táctico, por lo que no es casualidad que, en tiempos de Messi y Cristiano, el futbolista que más expectación haya creado en el calcio sea uno destinado a evitar goles: el portero Gianluigi Donnarumma (25/II/1999).
Por eso, a sus 18 años, su decisión de no renovar el contrato que le vincula al Milan sólo hasta el verano del 2018 se ha convertido en asunto de Estado. Incluso la polémica ha llegado al Senado italiano, donde el presidente de la cámara, Pietro Grasso, ha pedido no “criminalizar” a Gigio.
Si no se tuerce, Donnarumma está llamado a ser el portero de Italia para los próximos 15 años, una vez se retire Buffon. Así que, ante la noticia de las negociaciones rotas, los tifosi más radicales del Milan, enfadados, ya se han manifestado por la negativa del joven portero, al que acusan de pesetero. En Polonia, donde el meta se encuentra disputando el Europeo sub-21, el domingo tuvieron que parar un minuto el partido contra Dinamarca para que se pudiesen retirar del área los billetes falsos que se lanzaron desde la grada de detrás de la portería. En esa zona había una pancarta en la que se hacía un juego de palabras con su apellido y su voluntad de querer cobrar más. Dollarumma, le llamaron, criticando que haya declinado firmar por los cinco millones netos por temporada hasta el 2022 que el club lombardo le ofrecía.
“El clima es inaceptable. La familia ha recibido amenazas de muerte”, explotó Mino Raiola, el agente del futbolista, al que consideran el instigador de la trama. En ese sentido, llueve sobre mojado pues el representante italoholandés ya se llevó la temporada pasada a Paul Pogba lejos de la Serie A. Hasta Paolo Maldini ha tenido que interceder por él. “Llamar traidor a un chaval de 18 años es un poco fuerte”, rebajó la tensión la leyenda rossonera.
Mientras el Madrid –pero también el PSG– se lo mira desde la distancia con la intención de pescar en aguas revueltas. “Todo el mundo dice que es un gran jugador y seguro que lo estamos siguiendo”, no dio pistas Florentino Pérez sobre sus planes, ya sea este mismo verano (se habla de 50 millones) o gratis para después del Mundial del 2018, ya que es conocida
DE RÉCORD El pasado 1 de septiembre se convirtió en el futbolista más joven en debutar con Italia en un siglo
Con 18 años, Donnarumma se ha convertido en el portero más cotizado del mercado después de rechazar la renovación con el Milan
ASUNTO DE ESTADO Ha recibido amenazas de muerte, Maldini le entiende y el presidente del Senado pide no “criminalizarle”
la preferencia del presidente blanco por cambiar a Keylor Navas, que ya ha cumplido la treintena, por un galáctico... sobre todo si el crack aún tiene 18 años y es un millennial yun imán para las marcas.
La presión nunca ha sido un problema para Donnarumma, que con 15 años fue convocado por primera vez con el primer equipo y con 16 y 8 meses debutó en la Serie A. Fue el 25 de octubre del 2015 contra el Sassuolo, sentando a Diego López. Gigio ya no se ha movido –lleva 72 partidos ya– y el gallego acabó en el Espanyol. “No miro el DNI. Si un portero me da más seguridad, lo cambio”, razonó Mihajlovic, el técnico que le dio la oportunidad.
Seguramente ayuda que físicamente es un superdotado. Mide 1,97 metros, es rápido y elástico pese a sus 90 kg. Además, siempre ha parecido mayor de lo que es. “Es del 99, pero jugaba con los del 97. Los rivales nos pedían constantemente su ficha porque creían que la habíamos falsificado. Pensaban que era mayor y resulta que era dos años más joven. No se creían que fuese tan bueno con esa edad”, recuerda Ciro Amure, presidente del Castellamare, el equipo napolitano de su ciudad en el que Gigio jugó hasta que a los 14 años y se fue a la cantera del Milan, con el que ya ha levantado un título y con un papel destacado. Sólo fue una Supercopa italiana, la del 2016, pero para ello tuvo que parar dos penaltis de la tanda a Dybala y Pjanic tras el 1-1.
Hasta que el pasado 1 de septiembre ocurrió lo inevitable: su estreno con la azzurra. Aunque lo comparen, Donnarumma no es Buffon, que permaneció en el Juventus durante el descenso a la Serie B, ni Francesco Totti, que acaba de abandonar el Roma tras 25 temporadas defendiendo la camiseta romana. El matiz es que el joven guardameta no quiere ser como ellos, que, aunque se proclamaron campeones del mundo en el 2006 en Alemania, nunca han podido ganar la Champions por un exceso de fidelidad.