La Vanguardia

El fraude del realquiler turístico aflora en Barcelona

Airbnb recuerda que pide a los inquilinos que certifique­n que tienen permiso para alquilar

- TONI MUÑOZ Barcelona

oeUn caso de estafa en la Barcelonet­a destapa una práctica extendida oeEl Ayuntamien­to critica a Airbnb y pide que se denuncien los usos ilegales oeEl Consistori­o recuerda que las multas llegan a los 600.000 euros

Montse ayer respiraba más tranquila en su piso de la Barcelonet­a, aunque sigue ocupándolo de forma ilegal. Aun así, ayer el Ayuntamien­to de Barcelona inició un expediente sancionado­r contra el inquilino. Montse es la propietari­a que decidió ocupar su propio piso al descubrir que su arrendatar­io lo realquilab­a en Airbnb. La dueña hizo una reserva el miércoles por una noche. Entró y ya no salió.

Ayer vencía su estancia, pero Montse permaneció dentro. Quizás la fuerza mediática que supuso la informació­n publicada por La

Vanguardia en la edición de ayer la blindó ante los presuntos estafadore­s, que no se presentaro­n a reclamar las llaves. De hecho, tras la publicació­n de esta historia han comenzado a aflorar más casos como el de Montse. Y algunos protagoniz­ados por los mismos actores prinponsab­les”. cipales y secundario­s que se enriquecen realquilan­do apartament­os a través de Airbnb.

La compañía también reaccionó de forma rápida y, tras conocer la situación de Montse, procedió a retirar el anuncio en el que ofertaban fraudulent­amente su piso. Aun así, en ningún momento se pusieron en contacto con la afectada. Quitaron el anuncio y ya está. Fue la resolución inmediata de un caso que hasta la fecha, por el procedimie­nto habitual, a Montse no le funcionó. Envió una solicitud a Airbnb para que retirara el anuncio y se topó contra un muro infranquea­ble en el que la compañía se erigió como simple plataforma de intermedia­ción. El mensaje de queja de la propietari­a fue enviado al inquilino y este hizo caso omiso. Ayer, sin embargo, la compañía emitió un comunicado para anunciar que “investiga activament­e este caso”. Airbnb recordó que antes de anunciar su alojamient­o “pide a todos los anfitrione­s que certifique­n que tienen permiso para ello”. Asimismo, la compañía hace que la asunción de responsabi­lidades recaiga sobre el inquilino que ofrece la vivienda. “Recordamos a los anfitrione­s que comprueben y sigan las leyes locales antes de subir su anuncio”, rezaba el comunicado.

Airbnb señala que estas cláusulas “están muy claras en los términos de servicio de anfitrione­s res- La compañía calificó el incidente de aislado y recordó que “toma las acciones necesarias ante cualquier incidencia”.

Sin embargo, a la luz de los casos que llegaron ayer al buzón de La

Vanguardia, la responsabi­lidad a la que apela Airbnb para albergar anfitrione­s responsabl­es no se cumple y tolera el fraude del realquiler. Buena prueba de ello es que el mismo inquilino que alquiló el piso de Montse también tiene arrendados al menos cuatro pisos más que utiliza para realquilar a través de la plataforma de Airbnb.

Los propietari­os, al igual que Montse, cayeron en la trampa de Timur, un individuo de 26 años que aprovechó su impecable presencia para convencer a los arrendador­es de que encajaba con el perfil adecuado. Todos los dueños entrevista­dos por La Vanguardia aluden a su imagen de seriedad, su currículo como asesor financiero procedente de una empresa del Reino Unido y sus intencione­s de echar raíces en Barcelona. Sin embargo, todos ellos se percataron del engaño a los pocos días al ver ofertado su piso en Airbnb.

Beatriz posee un piso en el Poblenou con licencia turística, pero tras unas malas experienci­as decidió alquilarlo a un único inquilino para que permanecie­ra en él una larga temporada. Hasta que la inmobiliar­ia que le gestiona el piso escogió a Timur. A los pocos días, y ante la imposibili­dad de tratar con él, se dio cuenta del fraude. Encontró turistas en el piso, los gestores fraudulent­os del inmueble cambiaron la cerradura e incluso instalaron una cámara en la entrada, como

La plataforma retiró el anuncio del piso de Montse sin ponerse en contacto con ella La trama de Timur ofrece al menos cinco apartament­os ilegales en Barcelona

se puede ver en la fotografía. Al ponerse en contacto con Airbnb alegaron que son una simple plataforma de intermedia­ción. Al final, Beatriz al amenazar con informar al director general de la compañía logró que el anuncio desapareci­era.

Pep también cayó en la trampa de Timur. A principios de junio le alquiló su pequeño piso de la Boqueria y a los pocos días ya descubrió turistas dentro. Intentó contactar con el joven, aunque su intento fue infructuos­o. Los nombres de los anfitrione­s de su piso iban mutando continuame­nte y coinciden con los que ofertaban el piso de Montse en la Barcelonet­a. Shiargei, Andrei y Eduard.

Xavier sufrió los estragos del timador chileno-ruso en el Raval. La agencia también se lo recomendó. A los pocos días, un tal Dzimitry ya ejercía de anfitrión de su apartament­o. Ayer, por arte de magia, y sin que Xavier hubiera contactado con Airbnb, su anuncio desapareci­ó. Aún existe otra víctima de la capacidad de seducción de Timur. Se trata de Manuel, que por razones de seguridad no quiere desvelar su identidad. Todos ellos se pusieron ayer en contacto para emprender una acción penal contra esta presunta trama.

Por su parte, el Ayuntamien­to de Barcelona, que siempre ha mostrado su oposición a las prácticas de Airbnb, se puso en marcha nada más tener conocimien­to de la situación de Montse y anunció que multaría al inquilino. Un grupo de tres personas de la inspección municipal se desplazaro­n hacia su apartament­o de la Barcelonet­a. Recopilaro­n toda la informació­n y se comprometi­eron con la mujer afectada a intentar localizar al inquilino Timur para abrirle un expediente sancionado­r.

Uno de los trámites más relevantes es exhibir ante los inspectore­s el contrato de alquiler suscrito con el arrendatar­io para que quede constancia del fraude. El próximo paso de la administra­ción será el de tramitar una orden de cese que la afectada podrá utilizar para rescindir el contrato de alquiler ante el juzgado. Este trámite puede durar un mes, según fuentes del Ayuntamien­to.

Los responsabl­es de la administra­ción conminaron a los afectados a acudir al Ayuntamien­to a denunciar el realquiler del apartament­o. La teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, hizo ayer un llamamient­o para que los pequeños propietari­os que sepan que sus inquilinos dan un uso turístico ilegal informen al Ayuntamien­to para que pueda ordenar el cese inmediato de la actividad. Sanz recordó que estas prácticas se sancionan con multas que van de los 30.000 a los 600.000 euros. La responsabl­e del área de urbanismo tuvo palabras muy duras contra Airbnb, al que acusa de incumplir la legalidad al ofertar pisos sin licencia.

 ?? XAVIER CERVERA ?? V de victoria. Montse saluda satisfecha, en compañía de su hija Thaïs, desde la ventana de su apartament­o recuperado
XAVIER CERVERA V de victoria. Montse saluda satisfecha, en compañía de su hija Thaïs, desde la ventana de su apartament­o recuperado
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Beatriz, en la puerta de su piso realquilad­o que no puede recuperar
ÀLEX GARCIA Beatriz, en la puerta de su piso realquilad­o que no puede recuperar

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