Los equipos de Zoido y Jané se verán el lunes en Madrid para zanjar la crisis
El conseller se compromete a fichar 1.500 nuevos mossos d’esquadra en tres años
El diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat para intentar poner fin a la crisis que enfrenta a los responsables de seguridad de ambas administraciones está encarrilado. El conseller de Interior, Jordi Jané, no es un político que se maneje bien en el conflicto. Su mano tendida para desatascar la situación se mantiene. Y ayer, en un acto en la Escola de Policia de Mollet en el que dio la bienvenida a 92 nuevos agentes municipales, se mostró convencido de que se podrá ampliar la plantilla de los Mossos d’Esquadra “con garantías” y de que se celebrará la Junta de Seguridad de Catalunya con la asistencia de todos los que, por responsabilidad, deben estar en esa mesa.
Precisamente para buscar esa fecha que le vaya bien a todo el mundo, en la primeras dos semanas de julio, el lunes viajarán a Madrid el secretario general del Departament d’Interior, Cèsar Puig, y el director general de la Policia, Albert Batlle. Los recibirá el número dos del Ministerio del Interior, José Antonio Nieto. El equipo de Jané está convencido de que del encuentro de este lunes saldrá la fecha de la nueva Junta de Seguridad de Catalunya, después de que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, anunció esta semana que la celebraría de manera unilateral el 3 de julio ante el ninguneo generalizado de los responsables de seguridad del Estado.
Coincidiendo con el segundo aniversario de su llegada al frente de la Conselleria d’Interior, Jané anunció ayer que en los próximos tres años la Generalitat convocará plazas para 1.500 nuevos mossos d’esquadra. El concurso para los primeros 500 agentes se publicará este verano, pese a las advertencias del Ministerio de Hacienda y Función Pública de que sólo están autorizados a fichar a medio centenar de nuevos policías.
Lo cierto es que el requerimiento amenazante que firmó el segundo del Ministerio de Hacienda, Rafael Nadal, pilló por sorpresa a todos, incluido al propio titular de Interior, Juan Ignacio Zoido. Desde que el sevillano está al frente de Interior es plenamente consciente de las necesidades de plantillas policiales para los nuevos tiempos. Sufre en sus propias carnes la escasez en las plantillas de la Policía Nacional y en la Guardia Civil. Por eso, Jané y su equipo trabajan con el compromiso verbal de que no se impugnará esa convocatoria, y de que el conflicto se resolverá en cuanto se publiquen en el BOE los presupuestos generales del Estado.
El equipo jurídico del Departament d’Interior está trabajando para garantizar que, cuando se firme el decreto de convocatoria, este no será impugnado. Es una cuestión meramente política, de voluntades. Lo demostró el Gobierno central cuando, tras la Junta de Seguridad del País Vasco, el Ministerio de Hacienda retiró inmediatamente las impugnaciones que se habían presentado contra las dos últimas convocatorias de policías para la Ertzaintza.
Más allá de la cuestión política, no hay que olvidar que tras una convocatoria de 500 nuevos agentes de la Generalitat están las ilusiones de decenas de hombres y mujeres que anhelan ser policías y que llevan un tiempo estudiando y preparándose para presentarse. Hace cinco años que no hay convocatoria de mossos. Para no frustrar las ilusiones de todos esos opositores, Jané confía en que la convocatoria se realizará “con plenas garantías” de que no será impugnada.
Y es precisamente la necesidad de recalcular la plantilla uno de los motivos por los que la Generalitat insiste en la convocatoria y celebración de la Junta de Seguridad. En la última reunión de dicho organismo, en el lejano 2009, el Estado y la Generalitat situaron en 18.217 la cifra de agentes que debía tener la plantilla de los Mossos. Ahora cuenta con 16.800, pero en el año que se hicieron aquellos números ni se podían imaginar los políticos de entonces que la policía de la Generalitat acabaría asumiendo muchos de los servicios que hace ahora. Al final, los Mossos se han ido adaptando a las necesidades de la sociedad. Una población que le ha exigido cada vez más cosas y, ante esas nuevas funciones, hay que reformular cuál es la plantilla justa y necesaria.