El 20% de las mujeres españolas de principios de los 70 no son madres
El índice de fecundidad se estabiliza en 1,3 hijos, lo que augura un próximo repunte
Cuando se analizan los datos de fecundidad en España y algunos alertan de las bajas tasas de natalidad hay que observar no el número de hijos por mujer, sino aquellas que no tienen descendencia. Esta es una de las principales causas de que en Catalunya y el resto de España los indicadores sean de los más bajos de Europa, según hace notar Pau Miret, sociólogo investigador del Centre d’Estudis Demogràfics (UAB). De las nacidas en 1970 (y justo los años posteriores) una de cada cuatro no tiene hijos, y en las proyecciones que realizó en el 2016 este centro, se indicaba que casi un 30% de las nacidas en 1975 no tendrán descendencia.
Estas observaciones deben de tenerse en cuenta al analizar el último informe del INE hecho público ayer en el que se indica que el indicador de fecundidad en España es de 1,33 hijos por mujer (1,39) en Catalunya. La familia estadísticamente más normal, comenta Miret, es la que tiene dos hijos y lo que realmente ha cambiado es el porcentaje de mujeres que por las causas que sea no tiene descendencia. En esta amalgama de causas los demógrafos denuncian la ausencia total de políticas públicas que permitan compatibilizar la maternidad y paternidad con la vida laboral.
El índice de fecundidad, al margen de los cambios sociológicos y los avances de las mujeres en materia de igualdad, queda vinculado aquí a la coyuntura económica. Miret señalan que el dato de 1,33 hijos por mujer en el 2016, similar al 2015 y que supone un incremento con respecto al 1,27 del 2013 da a entender que puede haber un repunte en los próximos años.
El índice ha dejado de caer, y a medida que las generaciones jóvenes empiezan a encontrar trabajo lo lógico es que aumente, aunque no de forma significativa debido, como se indicaba, a la ausencia de políticas de conciliación real y a un mercado precario. Asimismo, los datos del INE señalan que la edad media de la maternidad en España se sitúa ya en los 32 años (31,9 en el 2015), lo que indica que las mujeres optan primero por buscar una cierta estabilidad laboral. Si se comparan españolas y extranjeras, la edad media de las primeras es de 32,5 años, y de las segundas de 29,6.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en este 2016 hubo un saldo vegetativo negativo ya que se registraron 259 defunciones más que nacimientos. Según el Centre d’Estudis Demogràfics este dato no tiene que causar ningún tipo de alarma. Lo lógico, se señala, es que las poblaciones se estabilicen. No tiene ningún sentido que las poblaciones crezcan sino lo que realmente relevante para el equilibrio de la sociedad es que haya trabajo.
Este es el elemento fundamental a la hora de hablar del futuro de las pensiones. Miret subraya que si los porcentajes de paro estuviesen en un 5%, no se cargaría con tanto ahínco el problema de las pensiones sobre la demografía. Es cierto que cuando la generación baby-boom en España (nacidos entre los 1960 y 1973) se vaya jubilando entrarán a cobrar una generación muy nutrida por lo que hay que prever una serie de medidas. Pero recuerda que la edad de jubilación ya se ha retrasado.
En esta necesidad de analizar desde varias perspectivas, Miret subraya que quizás el problema no son las generaciones actuales y su índice de fecundidad, sino esos años “tan llenos” del babyboom.
La edad media de la maternidad en España se sitúa ya en los 32 años, cuando en el 2015 era a los 31,9