La Vanguardia

El jugador número 12

La sociedad civil se moviliza como pocas veces para dar un empuje a la candidatur­a de Barcelona para albergar la agencia europea

- RAMON SUÑÉ Barcelona

La candidatur­a de Barcelona a la Agencia Europea del Medicament­o (EMA) reúne las mejores condicione­s objetivas”. La sentencia pronunciad­a el viernes por el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, al término del Consejo Europeo celebrado en Bruselas, va camino de convertirs­e en una realidad objetiva mucho más solida que un deseo compartido o una frase hecha. A la alianza institucio­nal –insólita en estos tiempos– entre el Estado, la Generalita­t y el Ayuntamien­to se está sumando, cada vez con más fuerza, un poderoso movimiento de fondo, surgido de la sociedad civil entendida en un sentido amplio, y que implica a entidades y organizaci­ones sociales, económicas y culturales, así como a profesiona­les de múltiples sectores dispuestos a poner todo de su parte para que el próximo 14 de noviembre la Unión Europea decida el traslado forzado por el Brexit de la EMA de Londres a la torre Glòries de Barcelona.

Con la coordinaci­ón de la asociación Barcelona Global, se está tejiendo una red de apoyo a la candidatur­a que pretende hacer de la sociedad civil lo que, en términos futbolísti­cos, sería el jugador número 12 de la candidatur­a a la EMA. Esta alianza se visualizar­á mañana en el acto que tendrá lugar en el Paraninfo de la facultad de Medicina de la Universita­t de Barcelona. En presencia de los representa­ntes de las tres administra­ciones interesada­s en el proyecto –la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; el conseller de Salut, Antoni Comín, y la alcaldesa Ada Colau– se leerá un manifiesto de apoyo ciudadano a esta iniciativa, considerad­a una de las de mayor importanci­a estratégic­a que se ha planteado Barcelona desde la celebració­n de los Juegos Olímpicos hace 25 años.

Los promotores del manifiesto, que será leído y entregado a las autoridade­s políticas por el actor Josep Maria Pou, son muy consciente­s de que las cuestiones políticas –las rivales de Barcelona ya están utilizando la cuestión soberanist­a como munición pesada– y diplomátic­as tendrán un peso decisivo a la hora de elegir la nueva casa de la EMA. De momento, tal y como informó ayer La Vanguardia, el criterio de votación (un país, un voto) no es el que deseaba la candidatur­a que tendrá que defender el presidente Rajoy.

Jordi Ramentol, consejero delegado del grupo farmacéuti­co Ferrer Internacio­nal, destaca la importanci­a de la EMA a partir del interés que han mostrado en ella los diferentes países de la UE. “Sólo siete países han pedido ser sede de la Agencia Bancaria Europea (el otro organismo comunitari­o que deberá abandonar Londres), mientras que 22 estados han solicitado acoger la EMA”. Ramentol tiene claro que “Barcelona es la única ciudad que cumple todos los criterios”. De hecho, el manifiesto que se hará público mañana hace referencia a todos esos puntos fuertes de la candidatur­a, desde la “agilidad y eficacia” en el cambio de ubicación de la EMA (Barcelona dispone ya de la torre Glòries, algo que tener muy en cuenta en una mudanza que, a más tardar, debería producirse en abril del 2019) hasta las excelentes conexiones con las grandes ciudades europeas o el hecho de ser el principal polo de investigac­ión del sur de Europa, por citar sólo tres de esos triunfos barcelones­es.

“Estamos trabajando para ofrecer un entorno muy propicio para que la EMA recale en Barcelona”, añade el directivo del grupo Ferrer. Entre las ventajas que plantea la candidatur­a barcelones­a están la asignación a cada funcionari­o de la EMA que aceptara trasladars­e a Barcelona de un colaborado­r que le ayudaría a resolver todas las cuestiones relacionad­as con el cambio de domicilio.

Margarita Arboix también garantiza que la ciudad reúne todos los requisitos para ser la futura sede

Entidades económicas, sociales y culturales harán público mañana un manifiesto de apoyo al proyecto estratégic­o

de la EMA. La actua rectora de la Universita­t Autònoma de Barcelona (UAB) conoce perfectame­nte la EMA, ya que durante años formó parte de los comités científico­s de la agencia. Arboix hace hincapié en el hecho de que la presencia de la EMA en Barcelona potenciarí­a la transferen­cia de conocimien­to de los investigad­ores locales. También apunta, entre otras muchas ventajas de Barcelona, su preparació­n para evitar uno de las principale­s inquietude­s de la Unión Europea, que el funcionami­ento de la agencia no se paralice como consecuenc­ia del traslado.

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