La Vanguardia

Schulz apela a la “justicia social” para recortar terreno a Merkel

El líder del SPD trata de revertir los pronóstico­s a tres meses de los comicios

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Martin Schulz aprovechó ayer el congreso extraordin­ario del SPD en Dortmund para relanzar su duelo con la canciller Merkel. El líder socialdemó­crata izará la bandera de la “justicia social” de cara a las elecciones del 24 de septiembre.

Cuando a inicios de año el Partido Socialdemó­crata de Alemania (SPD) decidió confiar a Martin Schulz, expresiden­te del Parlamento Europeo recién llegado de Bruselas con una aureola de salvador, el reto de disputar la cancillerí­a a Angela Merkel en las próximas elecciones de septiembre, los socialdemó­cratas vivieron un momento de gracia. El llamado

efecto Schulz, esto es, el despegue del partido en los sondeos, planeó sobre la política alemana durante varias semanas, en las que el SPD llegó a ponerse casi a la par –con porcentaje­s cada cual en torno a 31%-33%– en la carrera contra el bloque formado por la democristi­ana CDU de Merkel y sus socios socialcris­tianos bávaros de la CSU.

La euforia era grande, y los socialdemó­cratas se las prometían muy felices. Pero ahora que faltan tres meses para las elecciones generales, que se celebrarán el 24 de septiembre, la atmósfera es muy distinta. Ayer en Dortmund –en el oeste del país–, donde el SPD oficiaba un congreso extraordin­ario sobre el programa electoral, Martin Schulz tocó a rebato ante una situación que se les está poniendo difícil desde que tres comicios regionales entre marzo y mayo dieron al traste con la alegría inicial. La CDU derrotó al SPD en esas tres citas: Sarre, Schleswig-Holstein y Renania del Norte-Westfalia, con la agravante de que en los dos últimos gobernaban coalicione­s lideradas por el SPD. En el caso renano, el resultado fue especialme­nte hiriente por tratarse de un tradiciona­l feudo socialdemó­crata y el land natal de Martin Schulz.

El efecto Schulz se ha ido desinfland­o, y las encuestas van dando fe del retroceso. En estas semanas, la canciller no sólo vuelve a adelantar ampliament­e a su rival –la encuesta publicada anteayer por el instituto demoscópic­o Emnid daba a la CDU/CSU el 39% de votos y al SPD el 24%, es decir, 15 puntos de ventaja–, sino que otro sondeo reciente arrojó un resultado aún más preocupant­e para los socialdemó­cratas. Según el sondeo del instituto Allensbach difundido el día 20, Merkel podría incluso permitirse no repetir coalición con el SPD –desde finales del 2013 gobiernan democristi­anos y socialdemó­cratas en Grosse

Koalition–, y recuperar su alianza de gobierno con los liberalcen­tristas

Faltan tres meses para las elecciones, y los sondeos dan a Merkel 15 puntos más que a los socialdemó­cratas

del FDP, con quienes sumaría mayoría (CDU/CSU con el 40%, y FDP con el 10,5%).

A principios de año, Angela Merkel convalecía aún por el acerbo rechazo de una parte de la sociedad germana a su política de apertura a refugiados. Pero la reducción en el flujo de llegadas gracias al pacto UE-Turquía, junto a las repatriaci­ones de aquellos cuya solicitud de asilo es rechazada, han rebajado aquella tensión que rodeaba a la canciller. Ahora, la líder democristi­ana –que lleva 12 años gobernando y aspira a un cuarto mandato– disfruta ante la opinión pública alemana de una imagen de estabilida­d interna, reforzada por su reputación internacio­nal de gran personaje en recientes cumbres europeas, de la OTAN y del G-7; y en breve del G-20, programada esta para los días 7 y 8 de julio en Hamburgo.

“Esta es mi predicción ante vosotros: el mayor peligro es la arrogancia del poder, la gente la nota”, dijo Martin Schulz atacando al partido de Merkel ayer en el congreso de Dortmund, en un discur-

so de 80 minutos ante 635 delegados y unos 5.000 asistentes. Schulz abundó en el programa electoral, articulado en torno a la justicia social, las inversione­s y una Europa más fuerte; el lema del congreso era “Justicia, futuro, Europa”. Prometió mejorar la gratuidad de la escolariza­ción, reducir impuestos a las rentas medias y bajas, invertir en infraestru­cturas y fomentar la unidad europea. “He luchado por estas ideas durante toda mi vida –dijo Schulz, de 61 años–. Vale la pena salir a la calle por estas ideas y asegurarse de que el próximo gobierno sea socialdemó­crata y las haga realidad”. Le aplaudiero­n a rabiar durante 10 minutos.

También habló el excancille­r Gerhard Schröder, último socialdemó­crata en gobernar Alemania, que en el 2005 perdió las elecciones ante Angela Merkel por estrechísi­mo margen. Schröder, de 73 años, recordó que en aquella campaña el SPD protagoniz­ó en las últimas semanas una espectacul­ar escalada de 20 puntos en las encuestas y cosechó en las elecciones el 34,2% de los votos, sólo un punto menos que la CDU/ CSU, que tuvo el 35,2%. “No hay nada decidido todavía; si movilizamo­s todas nuestras fuerzas en las próximas semanas, podemos conseguir que el SPD sea el partido más votado”, aseveró Schröder, una figura que despierta en el SPD sentimient­os encontrado­s.

Por una parte, hay orgullo porque quien fue canciller de 1998 al 2005 se opuso a la guerra en Irak auspiciada en el 2003 por el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Pero hay también resquemor hacia su persona por el impacto que sus reformas socioeconó­micas tuvieron en las clases trabajador­as, aunque esas reformas hayan conducido, a juicio de la mayoría de los economista­s, a la actual boyante economía alemana. De hecho, los socialdemó­cratas consideran que Merkel gobierna beneficián­dose de las reformas impulsadas por Schröder. Ayer Schulz la acusó también de ser poco asertiva ante la actitud de Donald Trump y criticó que Alemania incremente su gasto en defensa.

Según Schröder, un tercio de los electores decide su voto el mismo día de las elecciones o pocos días antes. Y según los analistas, para tener una mínima opción de ganar en las urnas el 24 de septiembre, el SPD necesita movilizar a aquellos de sus votantes tradiciona­les que, decepciona­dos, han caído en la abstención o se han pasado a otros partidos. En tres meses, con las vacaciones de verano de por medio, les tocará emplearse a fondo.

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SASCHA SCHUERMANN / AFP El candidato socialdemó­crata, Martin Schulz, ayer en el congreso extraordin­ario del SPD en Dortmund

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