La Vanguardia

Díaz se consuela con el congreso andaluz

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Habrá paz en el congreso regional del PSOE de Andalucía. Susana Díaz tiene el camino libre para revalidar su jefatura; Pedro Sánchez y sus seguidores no presentará­n batalla. La convocator­ia exprés del cónclave andaluz la misma noche amarga de su derrota en las primarias dejó a sus críticos sin poder de reacción. Una convocator­ia “tramposa”, en expresión de José Antonio Pérez Tapias, líder de Izquierda Socialista, que hasta el último momento calibró presentar su candidatur­a. Finalmente, los sanchistas le han animado a no hacerlo. Sus posibilida­des de triunfo eran nulas y la victoria cantada de la presidenta andaluza se iba a leer como un triunfo de Díaz sobre Sánchez, y no sobre Pérez Tapias.

La actual secretaria general formalizó el martes su candidatur­a. También lo hizo Francisco Tirado, un anónimo militante de Jaén que ya anunció a finales de mayo, mucho antes de la celebració­n del congreso federal, que se iba a presentar. Nada más que un brindis al sol. Ambos necesitan 4.850 firmas, el 10% del censo de militantes socialista­s andaluces. A Díaz le sobren avales; Tirado no los alcanzará.

Esta paz impuesta en el congreso regional, previsto para finales de julio, no va a continuar en los congresos provincial­es de octubre. Los sanchistas van a presentar batalla, habrá guerra al menos en aquellas provincias donde obtuvieron buenos resultados en las primarias, como Granada, Málaga o Cádiz. La idea es hacerse con dos o tres secretaría­s provincial­es que empiecen a erosionar a Díaz desde la base.

El equipo de Díaz tras el congreso regional será de su absoluta confianza. Sin concesión a los críticos. Ninguna. “Vamos a seguir el consejo de José Luis Ábalos”, nuevo secretario de Organizaci­ón del PSOE. “Vamos a crear equipos de absoluta confianza y eficacia. Que no nos pidan integració­n cuando ellos han actuado manu militari”, aseguran desde el entorno de la presidenta. Al enemigo, ni agua. Y es que el sector afín a Díaz ha salido muy escaldado del congreso socialista. Esperaban unos gestos, aunque fueran mínimos, que no se han producido. Ante la deriva que tomaban los acontecimi­entos, quisieron manifestar públicamen­te su malestar con su sonora ausencia del plenario mientras se votaba. Con lo que no contaban era con que se filtraran las esperpénti­cas imágenes de Díaz subida a una silla y rodeada de sus fieles en un bar, llamando a voces a sus hombres más cercanos para que la rodearan, mientras los delegados socialista­s perfilaban las ideas del partido. Unas imágenes que han escocido profundame­nte.

Al margen de la decepción por su escaso peso en el nuevo organigram­a socialista, en el que los susanistas han quedado reducidos a 14 puestos en el nuevo Comité Federal, el aprobado concepto de plurinacio­nalidad arranca pesadillas entre los afines a Díaz. “No sabemos qué significa en realidad, pero nos preocupa que pueda abrir una brecha entre españoles de primera y de segunda”, señalan en su entorno.

Escaldada del congreso nacional, Díaz no sumará a los sanchistas en la nueva dirección de Andalucía

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