La Vanguardia

La séptima plaga de Doñana

Proyectos de desarrollo de todo tipo presionan sobre este enclave protegido

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, se mostraba anoche muy preocupado por la virulencia del incendio. Su temor era que las llamas alcanzaran el centro de visitantes de El Acebuche, en pleno parque nacional de Doñana. “Todo depende de cómo evolucione el fuego durante la noche. Hay un riesgo alto de que entre en el parque nacional”, explicaba apesadumbr­ado. La opinión de WWF es el mejor termómetro de Doñana, parque nacional creado en 1969 a partir de la gran campaña internacio­nal de esta organizaci­ón para proteger este espacio. El enclave es una mezcla de ecosistema­s acuáticos y terrestres que acoge especies de gran valor como el lince ibérico, el águila imperial y otras aves migratoria­s.

La zona forestal que ardía ayer (pinos piñoneros y monte bajo) está cerca de una costa barrida por vientos marinos que crean torbellino­s y provocan situacione­s incontrola­bles. Un área altamente combustibl­e sometida a altas temperatur­as y vientos conforman el peor caldo de cultivo.

El temor de muchos es que el fuego sea la punta de lanza de una nueva plaga para un espacio natural que sufre enormes presiones al estar rodeado de zonas forestales donde han penetrado las urbanizaci­ones, los hoteles, las casas y otras ocupacione­s sin excesivo control (y poca gestión forestal), mientras que los campos de fresas han arrebatado terreno al monte y también han estrechado el cerco a este enclave.

WWF ha denunciado un uso abusivo del agua y la apertura de pozos ilegales, lo que constituye una amenaza para el acuífero sobre el que se asienta la vida acuática de Doñana, el refugio para las aves más importante del sur de Europa. La extracción insostenib­le del agua sería, desde esta óptica, el iceberg de un problema de ordenación territoria­l que tiene otros muchos exponentes. La Unesco ha criticado recienteme­nte la falta de una acción contundent­e del Gobierno español y de la Junta de Andalucía para proteger el parque nacional de Doñana y por no detener las amenazas sobre este humedal catalogado como patrimonio de la humanidad. Su informe –de mayo de este año– exige a España “controlar y reducir las extraccion­es de agua subterráne­a” y proteger su entorno forestal. La Unesco ha planteado la posibilida­d de incluirlo en la lista de patrimonio en peligro si el 1 de febrero del 2018 (fecha para la que se pide un nuevo informe) España no ha iniciado “medidas urgentes para mejorar la situación del acuífero de Doñana”.

WWF reclama también “un compromiso firme” para cancelar el proyecto del dragado del Guadalquiv­ir, algo a lo que se ha comprometi­do el Gobierno, pero sólo con anuncios verbales y sin un acto administra­tivo que haga creíble la renuncia a este viejo proyecto, que podría agudizar la salinizaci­ón de Doñana. Los proyectos de almacenami­ento de gas en Doñana, el recrecimie­nto del embalse del Agrio, la reapertura de la mina de Aznalcólla­r o la modernizac­ión de los arrozales son otras plagas denunciada­s por los conservaci­onistas, que piden una evaluación global de todos estos impactos ambientale­s.

Mientras, Ecologista­s en Acción ha exigido a la Junta de Andalucía que investigue quién o qué intereses están detrás del fuego de Doñana, “una zona con un conflicto permanente entre la actividad agrícola y la actividad conservaci­onista”. También le pide que se mantenga firme “frente a cualquier tipo de chantaje y no permita que se realicen cambios de uso en las zonas forestales”, y que “abandone el papel tibio y permisivo que está jugando frente a los delitos ambientale­s”.

Ocupacione­s urbanístic­as y campos de fresa han arrebatado espacio al monte sin excesivo control

 ?? ALBERTO DÍAZ / AP ?? Agentes locales conducen un grupo de caballos para protegerlo­s en Mazagón
ALBERTO DÍAZ / AP Agentes locales conducen un grupo de caballos para protegerlo­s en Mazagón

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain