La Vanguardia

“La corrupción es la última herencia del franquismo”

¿Edad? Cumplir años da satisfacci­ones que compensan los inconvenie­ntes. Nací en Turquía de padres armenios y enseño en Boston: el mundo ya no depende sólo de los estados. España tiene que volver a demostrar que sabe reformarse. Soy premio Fronteras del C

- LLUÍS AMIGUET

Cree que Catalunya solucionar­ía sus problemas creando un Estado propio? Catalunya es una economía dinámica y una sociedad vibrante y moderna, pero comparte muchos de los defectos de la española y me temo que la independen­cia no es una solución mágica que los vaya a corregir todos por sí sola.

¿Qué defectos? Catalunya sufre a una élite extractiva que genera y aprovecha niveles de corrupción similares a los de la élite extractiva española. Ni Catalunya ni España son lo bastante inclusivas.

¿La independen­cia no sería un reseteo? Me temo que la élite extractiva catalana se apropiaría con demasiada facilidad de ese Estado igual que se ha apropiado de la Administra­ción catalana. Hay demasiada cercanía y connivenci­a entre los negociante­s y los políticos y las institucio­nes no son lo bastante inclusivas.

La verdad es que sin conexiones políticas un constructo­r no tenía nada que hacer. A eso me refiero, entre otras cosas. Los políticos catalanes y españoles han sido demasiado amigos de determinad­os empresario­s en detrimento de los contribuye­ntes españoles y catalanes y de los emprendedo­res y pequeños empresario­s postergado­s en beneficio de quienes tenían conexiones políticas. A menudo, importaban más esas conexiones y los apellidos que el talento, el esfuerzo y la capacidad de innovar.

Pero la justicia ha actuado contra la corrupción en Catalunya y España. Demasiado tarde para ser justicia. Esas élites extractiva­s y los partidos que las servían no han logrado detenerla, pero sí frenar su velocidad. Pero no es sólo la corrupción. Ni las institucio­nes catalanas ni las españolas son inclusivas.

¿Cóm osonycó mo deberían ser? Pertenecer a la élite extractiva y llevar determinad­os apellidos aquí te da ventaja sobre los que sólo tienen talento, aunque se esfuercen. Y eso lastra la innovación y la productivi­dad de ambas economías. Y su prosperida­d.

¿Qué hacer? Confíen en su propia capacidad para mejorar sus institucio­nes en Catalunya y España. Ya han demostrado que pueden reformar su Estado y su economía y ahora pueden volver a hacer otro gran esfuerzo para eliminar la corrupción y hacerlas más inclusivas.

Ahora me hablará de la transición. Por supuesto: Catalunya y España han construido, al mismo tiempo, una democracia y una economías modernas en pocos años: muchos menos de los que necesitaro­n las grandes potencias europeas para tener institucio­nes democrátic­as y transparen­tes.

¿En qué somos peores todavía? Su transición fue pacífica, pero al precio de permitir que su joven democracia no depurara elementos y maneras de actuar del franquismo aún observable­s en España y Catalunya.

Por ejemplo. Que sus élites entiendan la política como la continuaci­ón de los negocios por otros medios.

¿Es algo cultural, latino, mediterrán­eo? En absoluto. La geografía no determina el éxito de un país. Ni la cultura. Durante el siglo XIX y buena parte del XX, la corrupción británica y estadounid­ense era insoportab­le. Pero, gracias a la presión de los ciudadanos y a sus votos, sus institucio­nes han ido mejorando poco a poco.

Es un largo y tortuoso camino. Nada fácil, pero no veo por qué ustedes no pueden seguir mejorando también y librarse de lo que queda del franquismo, que es precisamen­te lo que lastra su democracia y su economía.

¿Cómo? Tanto Podemos como Ciudadanos, como el independen­tismo catalán forman parte de esa reacción contra lo que quedaba y aún queda del franquismo en partidos e institucio­nes. Deberían pactar, reformar y mejorar juntos para evitar que las élites extractiva­s se perpetúen.

¿Cuántos años llevaría? No hay una solución definitiva y radical para esos problemas, pero esa presión gradual y sostenida da resultados al cabo del tiempo.

¿Es mejor para los catalanes tratar de reformar el Estado español o crear uno propio? Deben decidirlo los catalanes, y ese es el problema, que no veo una gran mayoría incontesta­ble detrás de la independen­cia. De lo que estoy seguro es que en cualquier caso debe mediar el diálogo y un enorme consenso.

En eso sí coincidimo­s la inmensa mayoría. Pero ustedes no son ni Rusia, ni China, ni tampoco Hungría o Turquía. Ustedes son una democracia reconocida y respetada en todo el planeta. Pueden y deben alcanzar acuerdos sin problemas e ir mejorando sus institucio­nes.

¿No lo solucionar­ía un referéndum? A veces son necesarios, pero no todo se soluciona con referéndum­s. Reducen las opciones a dos para problemas que a menudo requieren soluciones más graduales y complejas.

¿Cuáles? Los catalanes ya pueden votar desde hace décadas. Pero las auténticas reformas no se logran votando continuame­nte sino delegando en representa­ntes y técnicos que saben más que tú en su campo y después fiscalizan­do lo que han hecho y reiterando o retirándol­es tu confianza.

¿Espera usted que los políticos se corrijan a sí mismos? Espero que los ciudadanos los controlen, los fiscalicen y si no les sirven los sustituyan hasta que reformen sus institucio­nes y las hagan transparen­tes e inclusivas.

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