Terrazas sólo hasta las 23 horas
La Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) pidió ayer al segundo teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni que la nueva ordenanza de terrazas imponga un horario más restrictivo y establezca como norma general el cierre a las 23 horas. Collboni tiene una tarea difícil, casi imposible: casar los intereses contrapuestos de los restauradores y de las entidades vecinales y quiere hacerlo cuanto antes, para evitar que este problema se eternice. La intención es cerrar un acuerdo político antes de marchar de vacaciones a finales de julio, de modo que la nueva regulación pueda empezar su tramitación con el objetivo de aplicarla con toda seguridad el año que viene. La FAVB pide también que la normativa se adapte a las leyes de accesibilidad y que las excepciones en cada distrito estén “muy acotadas”.
rrazas, de las que depende la supervivencia de muchos puestos de trabajo; el parón de las obras de Glòries; el frenazo a la promoción del turismo de calidad (de compras, de ferias y congresos, médico, cultural, deportivo...), y la necesidad de mantener la “gobernanza públicoprivada”, en especial en el consorcio Turisme de Barcelona.
Con unos adversarios en fase de reajuste y recomposición, con la alcaldesa Colau poco debilitada desde el punto de vista político, quién sabe si manifiestos como el que se presentó el martes por la noche en el Ayuntamiento incuban el embrión de un movimiento de oposición, al menos en el ámbito social y ciudadano, al actual gobierno.